Energ¨ªa: nuevos objetivos, ?viejo modelo?
Seguridad de suministro, descarbonizaci¨®n y ahorro son las nuevas metas de Espa?a. ?Pueden abordarse con un sector el¨¦ctrico dise?ado para otra ¨¦poca, la de la competitividad y el aumento de la demanda?
En los ¨²ltimos meses los medios han publicado incontables informaciones sobre el sector el¨¦ctrico de nuestro pa¨ªs. Noticias sobre el coste de las primas a las energ¨ªas renovables, las ayudas a la generaci¨®n con carb¨®n nacional o las deudas exorbitantes con las el¨¦ctricas por la acumulaci¨®n del llamado d¨¦ficit de tarifa, muestran que existe un cierto desconcierto en el sector. Un desconcierto que puede explicarse por los ajustes que requiere cualquier industria que atraviesa una transformaci¨®n de tanto calado como la que experimenta la el¨¦ctrica, pero tambi¨¦n por seguir aplicando viejos modelos para alcanzar nuevos objetivos.
En efecto, durante la ¨²ltima d¨¦cada el sector el¨¦ctrico de nuestro pa¨ªs se transform¨®: separaci¨®n de actividades y liberalizaci¨®n de mercados, cambios de propiedad empresarial, incremento de la demanda del 30% y un enorme aumento de la generaci¨®n el¨¦ctrica con gas y renovables, que pasaban de ser tecnolog¨ªas testimoniales a ser piezas b¨¢sicas en el mix de generaci¨®n del pa¨ªs. En este contexto, reguladores y empresas fueron configurando un modelo de sector coherente con las preocupaciones de la ¨¦poca: mercados competitivos y eficiencia. El proceso no estuvo libre de problemas como el poder de mercado de los generadores o la creaci¨®n artificial del d¨¦ficit de tarifa, pero acab¨® estableci¨¦ndose un modelo el¨¦ctrico acorde con los objetivos pol¨ªticos del momento.
El entorno econ¨®mico es id¨®neo para el cambio. Flaquea la demanda y es lo que hace falta
La tecnolog¨ªa e¨®lica empieza a ser competitiva, pero no as¨ª la solar fotovoltaica
Sin embargo, el paradigma de fijaci¨®n de precios de mercado presentaba ya desde su nacimiento problemas en su aplicaci¨®n a la generaci¨®n el¨¦ctrica. El mercado mayorista de electricidad, un pool el¨¦ctrico que fija el precio con la ¨²ltima oferta que entra en el mercado, genera rentas desiguales cuando los productores tienen costes diferentes y no hay libertad de entrada para invertir en las tecnolog¨ªas m¨¢s competitivas. Aparecen en el sector el¨¦ctrico las "rentas diferenciales" que David Ricardo encontr¨® en la agricultura analizando la diferencia entre el coste de trabajar un campo y el valor de mercado del producto, marcado a su vez por el ¨²ltimo campo productivo que entra en el mercado. En definitiva, las f¨¦rtiles tierras del bar¨®n son hoy en d¨ªa las ya amortizadas centrales de generaci¨®n hidr¨¢ulicas o nucleares.
A medida que avanzaba la d¨¦cada, renovadas sensibilidades sobre problemas como el d¨¦ficit exterior de fuentes de energ¨ªa o el cambio clim¨¢tico, llevaron a la introducci¨®n progresiva de nuevos objetivos en el modelo el¨¦ctrico: ahorro y eficiencia energ¨¦tica, reducci¨®n de emisiones de CO2 y seguridad de suministro. En este nuevo contexto ten¨ªa sentido apostar por las energ¨ªas renovables como fuentes limpias y aut¨®ctonas. No obstante, las generosas primas que recibieron y su entrada preferencial en el sistema el¨¦ctrico pronto generaron un boom de las renovables, un boom previsto en el Plan de Energ¨ªas Renovables 2005-10, pero no por la industria el¨¦ctrica tradicional. La generaci¨®n peninsular renovable primada pas¨® de representar el 5% de la generaci¨®n en 2000 a m¨¢s del 20% en 2009. En consecuencia, el pool el¨¦ctrico quedaba adulterado: las renovables primadas fuera del pool acaparan una considerable parte del mercado, mientras que los ciclos combinados de gas, la otra tecnolog¨ªa de exorbitante crecimiento de la d¨¦cada, languidecen trabajando mucho menos de lo que hab¨ªan planificado sus promotores.
Durante el pasado invierno, la generaci¨®n t¨¦rmica de carb¨®n y gas toc¨® fondo: la abundancia de energ¨ªa renovable y la ca¨ªda de la demanda hizo que el precio medio de la electricidad en el mercado mayorista bajase por debajo de los 25 euros/MWh, precio muy inferior al de las principales econom¨ªas europeas. Evidentemente, los precios bajos son ventajosos para los consumidores. No obstante, no se trata de una bajada de precios por aumento directo de competencia en el mercado mayorista, sino por una reducci¨®n del pastel a repartir por la abundancia de renovables, con la consecuente p¨¦rdida de rentas en la industria convencional. La mencionada ca¨ªda de precios en el mercado mayorista no lleg¨®, sin embargo, a la mayor parte de los consumidores dom¨¦sticos, ya que la tarifa de ¨²ltimo recurso se fija con otro mecanismo, las subastas Cesur, donde la bajada de precios ha sido mucho menor.
La industria de generaci¨®n tradicional atiz¨® entonces el debate sobre los costes de las renovables, a menudo mezclando argumentos de peso con otros simplistas y tendenciosos. Como en tantos otros casos, el resultado de la discusi¨®n depende de qu¨¦ componentes se incluyan en el an¨¢lisis: si se incluyen los sobrecostes asociados a la energ¨ªa renovable intermitente o sus ventajas ambientales o macroecon¨®micas. En todo caso, no conviene poner a todas las tecnolog¨ªas en el mismo saco: algunas pronto ser¨¢n competitivas -si no lo son ya algunos emplazamientos de e¨®lica- respecto a la generaci¨®n t¨¦rmica con combustibles f¨®siles, mientras que otras, como la solar fotovoltaica, est¨¢n lejos de ser competitivas a d¨ªa de hoy, sobre todo si se alejan de los puntos de demanda. Cuando una tecnolog¨ªa est¨¢ en una fase inmadura de desarrollo tiene m¨¢s sentido apoyarla financiando programas de I+D que incentivando a promotores para que compren equipos, ya sea su fabricante espa?ol o chino.
Llegados a la segunda d¨¦cada del siglo XXI, el antiguo paradigma regulador basado en separaci¨®n y liberalizaci¨®n de mercados parece inadecuado para encarar los nuevos objetivos de descarbonizaci¨®n de la econom¨ªa y seguridad de suministro. En el modelo el¨¦ctrico actual, donde las empresas obtienen mayor beneficio por vender m¨¢s cantidad de energ¨ªa, parece contradictorio promover ahorro. Tal vez para alcanzar los objetivos del momento ser¨ªa m¨¢s conveniente avanzar hacia un modelo regulatorio basado en la eficiencia global, valorando el papel de cada pieza en el sistema (redes, almacenamiento, capacidad de reserva, mantenimiento...), y separando el beneficio de las ventas de energ¨ªa. En ese modelo, las empresas deber¨ªan reciclarse para encontrar nuevas v¨ªas por las que aportar valor a sus clientes, y cobrar por hacerlo.
Los programas de ayuda a las renovables tambi¨¦n deber¨ªan redefinirse, ya que el af¨¢n pol¨ªtico por promocionar unas tecnolog¨ªas determinadas puede impedir ver el bosque del potencial negocio de ahorrar energ¨ªa y reducir emisiones. Si lo que se quiere es reducir CO2, ?por qu¨¦ pagar primas a ciertas tecnolog¨ªas en vez de pagar a quien efectivamente reduzca emisiones? ?Por qu¨¦ no aprovechar la creatividad de emprendedores para encontrar la forma de reducir emisiones de forma eficiente, guiados por la b¨²squeda del beneficio?
Si tomamos las primas que recibieron las renovables en 2009, la reducci¨®n de una tonelada de di¨®xido de carbono generando electricidad con un panel fotovoltaico pudo costarnos alrededor de 760 euros. Considerando que las cotizaciones de los derechos de emisiones de CO2 est¨¢ por debajo de 20 euros, desde luego dichas primas no parecen la forma m¨¢s eficiente de alcanzar los objetivos de reducci¨®n de emisiones. Seguramente un empresario que cobrase por reducir emisiones hallar¨ªa f¨®rmulas m¨¢s baratas de hacerlo reduciendo y gestionando la demanda, u ofertando nuevas soluciones de generaci¨®n y almacenamiento de electricidad.
La buena noticia es que el actual entorno econ¨®mico puede ser id¨®neo para abordar el cambio de modelo. La anterior transformaci¨®n del sector se hizo en un contexto de crecimiento de la demanda. Ahora la demanda flaquea cuando la transformaci¨®n consiste precisamente en reducirla, o al menos la intensidad energ¨¦tica y las emisiones. En definitiva, se trata de cambiar el viejo modelo por otro que retribuya los negocios que se alinean con los objetivos actuales del pa¨ªs: seguridad de suministro, descarbonizaci¨®n y ahorro.
Eric Su?ol es economista.
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