Berlusconi encara una votaci¨®n clave en el Congreso sin el apoyo de Fini
Una moci¨®n contra un viceministro amenaza la supervivencia del Gobierno
El Gobierno de Silvio Berlusconi est¨¢ a punto de enfrentarse a su primer examen de estabilidad tras la expulsi¨®n de Gianfranco Fini del Pueblo de la Libertad (PDL), el partido que ¨¦l mismo fund¨® junto al primer ministro. El Parlamento votar¨¢ ma?ana una moci¨®n de censura contra el subsecretario de Justicia, Giacomo Caliendo, implicado en la investigaci¨®n sobre la llamada P3, una logia secreta que quer¨ªa condicionar el nombramiento de los jueces de tribunales y del Consejo Superior de la Magistratura.
Mientras que la oposici¨®n pide la dimisi¨®n de Caliendo, la parte del PDL que se ha quedado al lado del primer ministro tras la escisi¨®n del partido la semana pasada arropa a su compa?ero. As¨ª que los 33 disidentes del PDL, que despu¨¦s de la expulsi¨®n del presidente de la C¨¢mara han creado el nuevo grupo parlamentario Futuro y Libertad (FIL), decidir¨¢n con su voto el destino del Ejecutivo. Si votan con la oposici¨®n, dejar¨¢n en minor¨ªa al Gobierno y lo herir¨¢n de muerte.
El voto de los 33 diputados de Fini decidir¨¢ ma?ana el destino del Ejecutivo
Los finianos, sin embargo, no parecen tan compactos y tienen que ser prudentes para no tropezar al dar su primer paso. Se han ido todos, eso s¨ª. Ni Il Cavaliere se esperaba un ¨¦xodo tan masivo y tanta rapidez de iniciativa. Diez senadores siguieron ayer el ejemplo de sus compa?eros de la C¨¢mara baja, y formaron en el Senado un grupo aut¨®nomo que cuenta ya con 10 hombres. Pero, seg¨²n varios an¨¢lisis, el grupo disidente se divide en dos corrientes: una menos agresiva con el ex partido com¨²n y una que presiona para dar un portazo cuanto antes.
Fini tiene dos d¨ªas para terciar y encontrar una estrategia que no desagrade a nadie dentro de la neonata formaci¨®n y que, a la vez, refleje en el exterior una imagen de firmeza y disciplina. A¨²n no tiene las fuerzas para votar en contra del Ejecutivo. Pero no puede apoyar a Caliendo. No ser¨ªa cre¨ªble. Los continuos ataques a los afiliados del PDL que est¨¢n siendo investigados enfurecieron a Berlusconi y desencadenaron la ruptura de la convivencia forzada entre ¨¦l y Fini. "Representamos a la parte honesta del electorado -dijo Fini- que se pregunta por qu¨¦ algunos miembros del partido confunden la presunci¨®n de inocencia con la pretensi¨®n de impunidad".
La versi¨®n m¨¢s plausible es que el FIL se abstenga en la votaci¨®n y presente un documento propio que reitere la centralidad de la cuesti¨®n moral sin hablar de dimisiones. Un documento que podr¨ªa votar tambi¨¦n el partido de los cat¨®licos Uni¨®n de Centro (UDC), empezando a delinear una alianza en el centro. Las formaciones de la oposici¨®n tampoco crispan la situaci¨®n. El Partido Democr¨¢tico, siempre en ascuas, no pide elecciones sino un Ejecutivo de transici¨®n. Los cat¨®licos del centro se niegan a apoyar al Gobierno y se dicen abiertos a otro de amplios acuerdos. Berlusconi, por su parte, repite que tiene los n¨²meros para gobernar.
El peri¨®dico La Repubblica contaba ayer las maniobras del primer ministro, que estar¨ªa llamando uno a uno a todos los disidentes para intentar reconquistarles. Su ¨²ltimo aliado, Umberto Bossi, cuya Liga Norte forma parte de la coalici¨®n y tiene miedo de echar a perder la reforma sobre el federalismo, le da muestras de fidelidad. De todos modos, el Ejecutivo navega a vista, entre equilibrismos muy delicados. La ruptura con Fini, el recelo del presidente de la Republica, Giorgio Napolitano; la crisis econ¨®mica, la investigaci¨®n de la P3, el consenso que baja en los sondeos son elementos que hacen a Berlusconi m¨¢s d¨¦bil que nunca.
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