"Hay que agarrarse a esta lucecita"
Hace siete a?os y cuatro meses Laura Poll¨¢n desfil¨® por primera vez vestida de blanco por la Quinta Avenida de La Habana. Acababan de condenar a 20 a?os de prisi¨®n a su esposo, el opositor H¨¦ctor Maseda, durante los famosos juicios sumar¨ªsimos de la primavera de 2003. En pocos d¨ªas, 75 disidentes pac¨ªficos fueron condenados a penas hasta de 28 a?os de c¨¢rcel por "conspirar con Estados Unidos", algo que ellos siempre rechazaron. "Fue terrible, no sab¨ªamos qu¨¦ estaba pasando, pero las esposas y madres de los presos nos dijimos: 'Tenemos que hacer algo".
Ni Laura ni ninguna de sus compa?eras de desgracia pudo suponer entonces que aquella protesta casi instintiva cuajar¨ªa en el movimiento de las Damas de Blanco, cuyo activismo ha resultado decisivo para llegar al actual proceso de excarcelaciones decretado por Ra¨²l Castro. Seg¨²n lo anunciado el 7 de julio por la Iglesia cat¨®lica, como mediadora ante el Gobierno, los 52 miembros del Grupo de los 75 que permanec¨ªan en prisi¨®n ser¨¢n liberados y podr¨¢n viajar a Espa?a antes de cuatro meses. Ya lo han hecho 20.
"En realidad, son deportaciones, no les han permitido ni despedirse"
"Esto ha sido m¨¦rito de muchos y, primero, del sacrificio de Orlando Zapata", asegura Poll¨¢n. A la "conmoci¨®n" provocada por la muerte de este preso de conciencia, despu¨¦s de 85 d¨ªas en huelga de hambre, le sigui¨® la "brutal represi¨®n" de las Damas de Blanco y el ayuno de 135 d¨ªas del opositor Guillermo Fari?as. "Todo ello, junto a la mediaci¨®n de la Iglesia, el inter¨¦s de la comunidad internacional y la cr¨ªtica situaci¨®n de Cuba, llev¨® al r¨¦gimen a ceder", piensa Laura.
Dice que la liberaci¨®n de los presos es un "primer paso positivo", pero no "supone" una "nueva etapa" en Cuba. "Ahora vamos camino a abrir una nueva etapa", matiza esta maestra de 62 a?os, que propone mirar adelante "sin odios" pero "sin ser ingenuos". "Todav¨ªa faltan muchas cosas por hacer", sentencia.
La entrevista tiene lugar en su peque?o apartamento de la calle Neptuno, donde han llegado a dormir en el suelo 30 Damas de Blanco en v¨ªsperas de alguna de sus marchas dominicales.
-Quedan en prisi¨®n 32 miembros del Grupo de los 75. ?Y cuando sean excarcelados?
-Seguiremos desfilando.
-?Hasta cu¨¢ndo?
-Mientras quede un solo preso pol¨ªtico pac¨ªfico.
-?Y si liberan a todos, como promete el Gobierno (en la categor¨ªa de presos pol¨ªticos "pac¨ªficos", seg¨²n Laura, hay unos 60)?
-Bueno, entonces veremos...
La hoja de ruta de Poll¨¢n es amplia: "Hay que cambiar leyes para que no entren m¨¢s presos por diferir del discurso gubernamental; hay que realizar cambios econ¨®micos; hay que respetar los derechos civiles, muchas cosas...". Critica la forma en que se han producido las primeras excarcelaciones. "En realidad son deportaciones. A los presos no se les ha permitido ni pasar 24 horas en su casa despidi¨¦ndose de los familiares que no viajan con ellos".
Ha planteado esta "inquietud" a la Iglesia. Tambi¨¦n, qu¨¦ pasar¨¢ con los que no quieren irse del pa¨ªs. Una decena de presos ya ha dicho que desea quedarse en Cuba o viajar directamente a Estados Unidos, pero no a Espa?a. Uno de ellos es Maseda, pero Laura aclara: "Si H¨¦ctor quiere irse, me parece bien, pero yo me quedo. Las Damas de Blanco son mi vida y seguir¨¦ aqu¨ª mientras pueda ayudar".
En estos momentos, cuando tanto se habla de lo que deben hacer la Uni¨®n Europea y Washington, ella es cauta. "A¨²n no es momento de eliminar la Posici¨®n Com¨²n, pero tanto la UE como EE UU deber¨ªan dar pasos de acercamiento, a ver qu¨¦ hace el Gobierno". Se pronuncia a favor del di¨¢logo, pero "de uno verdadero, que incluya a todos, no de un mon¨®logo". "La presi¨®n, que puede llevar a la violencia", para ella no es una alternativa.
A pesar de tanto sufrimiento, Laura no ha perdido el sentido del humor, y es de agradecer. Le pregunto cu¨¢ntos hijos tiene. Uno, dice; H¨¦ctor, de 67 a?os, tiene cuatro con diferentes mujeres. "Yo soy su sexta esposa y espero ser la ¨²ltima. Vamos, que si despu¨¦s de estos siete a?os cambiara, ser¨ªa para ahorcarlo". Ya en serio, considera que lo que est¨¢ sucediendo con los presos es "una lucecita". "Es peque?a, s¨ª, pero tenemos que agarrarnos a ella".
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