"Que mueran palestinos no es noticia"
Lubna Masarwa es una mujer curtida en unas cuantas batallas. Eso no impide que el caparaz¨®n se le resquebraje cuando recuerda el mort¨ªfero abordaje israel¨ª al convoy de activistas que aspiraba a romper el bloqueo de la franja de Gaza. Se le escapan las l¨¢grimas cuando se acuerda de c¨®mo le agarraba la mano a un hombre mayor, herido de muerte por los disparos del Ej¨¦rcito en el Mavi M¨¢rmara. Le abanic¨® impotente mientras el hombre agonizaba tendido en el suelo. "No s¨¦ si hice lo suficiente para salvarle", a¨²n se lamenta.
A sus 32 a?os, esta palestina-israel¨ª fue una de las responsables de que la llamada flotilla de la libertad saliera a la mar cargada de ayuda humanitaria con la firme decisi¨®n de alcanzar las costas de la asediada franja de Gaza. Trabaj¨® durante m¨¢s de un a?o, recaudando fondos y coordinando organizaciones. Formaba parte del grupo que decid¨ªa qu¨¦ rumbo tomar¨ªan las naves y qu¨¦ hacer cuando se acercara la Marina israel¨ª.
Un activista agoniz¨® en sus brazos tras el asalto del Ej¨¦rcito israel¨ª
Relata con minuciosidad lo que sucedi¨® aquella madrugada, c¨®mo a las dos de la madrugada les iluminaron por primera vez desde los helic¨®pteros, c¨®mo a las cuatro les cortaron el acceso a Internet y c¨®mo 20 minutos m¨¢s tarde estaban rodeados por barcos de la Marina israel¨ª. "No nos lo esper¨¢bamos. No cre¨ªamos que nos fueran a atacar en aguas internacionales. Quer¨ªamos llegar de d¨ªa porque nuestra idea era que el mundo entero viera el ataque". Dice que todo fue muy r¨¢pido. Que el M¨¢rmara pas¨® de ser "un barco de activistas ilusionados a una zona de guerra en cuesti¨®n de minutos". "Hab¨ªa mucha sangre. Coloc¨¢bamos a todos los heridos juntos, pero no hab¨ªa suficientes m¨¦dicos. Enseguida empezaron a llegar los cad¨¢veres. Uno de ellos era Jawdat, un joven encargado de fotografiar todo. Hab¨ªa estado con ¨¦l hac¨ªa pocos minutos. Le dispararon en la cabeza". Y contin¨²a. "Estaban asustados. Disparaban sin parar".
Cuenta que los organizadores de la flotilla hab¨ªan acordado el d¨ªa antes que no pelear¨ªan, que no habr¨ªa violencia. Las im¨¢genes publicadas por el Ej¨¦rcito israel¨ª no dejan, sin embargo, lugar a dudas de que algunos activistas atacaron a los soldados. "Fue una reacci¨®n espont¨¢nea. Se defendieron. No esper¨¢bamos que bajaran de los helic¨®pteros como lo hicieron".
Musawara, con pasaporte israel¨ª, trabaja en la Universidad palestina Al Quds. Pertenece a ese 20% de ¨¢rabes que dice sentirse ciudadano de segunda en Israel. Otros cuatro palestino-israel¨ªes, entre ellos una diputada de la Knesset y un conocido l¨ªder isl¨¢mico, participaron en la expedici¨®n. Mientras los activistas internacionales quedaron enseguida en libertad gracias a las presiones internacionales, Musawara y sus colegas pasaron cuatro d¨ªas en prisi¨®n y otros ocho en arresto domiciliario. Lo suyo es considerado una traici¨®n al Estado al que pertenecen. Como a los dem¨¢s pasajeros, a esta joven le requisaron el ordenador, la cartera, el equipaje... Todo. En su caso, adem¨¢s, no ha podido recuperar todav¨ªa su pasaporte. "Estoy encerrada aqu¨ª. En cualquier caso, me han prohibido salir del pa¨ªs en 45 d¨ªas".
En un caf¨¦ de Jerusal¨¦n Este, Musawara explica que el del M¨¢rmara fue su cuarto intento de burlar el cerco de Gaza. Esta vez, ella y el resto de los organizadores decidieron cambiar de t¨¢ctica. Pensaron que si juntaban varios barcos, a los israel¨ªes les resultar¨ªa m¨¢s dif¨ªcil interceptarlos. As¨ª naci¨® la idea de la flotilla, que a pesar del tr¨¢gico final -nueve activistas turcos, uno tambi¨¦n ciudadano de EE UU murieron- logr¨® lo que los activistas se propon¨ªan: colocar a la franja de Gaza y el embargo en la agenda internacional. La mort¨ªfera operaci¨®n desat¨® una lluvia de condenas internacionales y se reavivaron las peticiones para poner fin al bloqueo. La presi¨®n oblig¨® a Israel a aliviar el cerco, y ahora puede entrar un n¨²mero mayor de mercanc¨ªas a la franja. Las exportaciones y la salida y entrada de personas contin¨²an, no obstante, prohibidas. Activistas como Musawara aspiran al fin total del embargo, pero reconocen que el viaje de la flotilla ha surtido efecto. "Que mueran palestinos no es noticia, pero como los que murieron eran extranjeros, la comunidad internacional ha reaccionado".
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