'Tafallako plazatik dator notiziya'
Tafallako plazatik dator notiziya: zezen bat atera da jeniyoz biziya. Que me perdone el gran Xenpelar por la adaptaci¨®n de su conocido bertso, pero lo acontecido en Pasaia hace unos 150 a?os se repiti¨® anteayer en el coso de la citada localidad navarra. Las im¨¢genes de un toro corneando a cuanto aficionado del tendido de sol se pon¨ªa a su alcance nos hacen volver a preguntarnos si los espect¨¢culos que tienen como protagonistas a los astados siguen estando a la altura del siglo XXI.
Abrumados por el interminable debate acerca de si los animales tienen derechos, son conscientes de su sufrimiento o sobre si es ¨¦tico hacer una fiesta a costa de su muerte; es dif¨ªcil saber qu¨¦ pudo pasar por el cerebro de Quesero, nombre del novillo que provoc¨® cuarenta heridos entre el p¨²blico tafall¨¦s, alguno de los cuales acab¨® en la UCI del hospital.
Desde una ¨®ptica taurina, la reacci¨®n de la res podr¨ªa explicarse por la frustraci¨®n. Tantos a?os esperando el momento culminante de su debut en la plaza y -?horror!- resulta que en lugar de una corrida con toreros, banderilleros, picadores y pasadobles, en la que poder lucirte; te topas con un concurso de recortadores, que te van a volver loco sin recibir un triste muletazo. Vamos, es como al que le dicen que le ha tocado un Mercedes y cuando va a recoger el premio se encuentra con un Ibiza. O como que un miura se vea de repente en mitad del show del Bombero Torero.
Tal vez, Quesero ya salt¨® rebotado a la arena, por saberse segundo plato. Seg¨²n cuentan las cr¨®nicas, estaba previsto que los protagonistas de la tarde fueran los ejemplares que hab¨ªan corrido el encierro matutino, pero finalmente la organizaci¨®n opt¨® por un cambio de ganader¨ªa. Y es que a nadie le gusta ser el suplente de otro.
Quereso no asumi¨® el dicho de que "una mala tarde la tiene cualquiera", y como asegura la ley de Murphy, por muy mal que vayan las cosas, siempre pueden ir peor. As¨ª, el marcado con el 102 se hizo trizas uno de sus pitones al embestir contra un burladero; por lo que iba a tener que retomar prematuramente el camino de los toriles. Fue una humillaci¨®n excesiva. Si algunos de nuestros futbolistas m¨¢s inteligentes montan en c¨®lera cuando van a ser sustituidos por un compa?ero; qu¨¦ se puede esperar del instinto salvaje de una bestia.
A la quinta intentona, el morlaco consigui¨® su prop¨®sito de trepar a las localidades. All¨ª, consum¨® su venganza contra quienes se divert¨ªan a su costa. Quesero no alcanz¨® el honor de ser estoqueado por una figura de la tauromaquia. En lugar de ello, fue mortalmente apuntillado en una esquina de la grada, tras ser inmovilizado con unas cuerdas, y sacado del recinto en un d¨²mper. A veces, me gustar¨ªa realizar un viaje al futuro y, si a¨²n existe la humanidad, leer c¨®mo explicar¨¢n los historiadores nuestras pasiones por los toros o el f¨²tbol. Seguro que ser¨ªa desternillante.
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