Ba?o de oro para Enhamed
Ciego desde los ocho a?os, el canario de origen saharaui encuentra en la piscina un motivo para ser feliz
Aunque baj¨® la cabeza para mirar sus medallas, Enhamed Enhamed no pudo verlas. Este nadador canario de origen saharaui perdi¨® la vista a los ocho a?os mientras jugaba en casa con su hermano, pero encontr¨® en el deporte y, en concreto, en la nataci¨®n una forma de motivarse y ser feliz. Ahora, a los 22 a?os, cuelgan de su cuello las 16 medallas de oro que gan¨® entre los Mundiales Paral¨ªmpicos de Brasil 2007, los Juegos de Pek¨ªn 2008 y la semana pasada en los Mundiales de Eindhoven. Todas en los 50, los 100 y los 400 metros libre y en los 100 metros mariposa.
"Fue duro", confiesa cuando recuerda el momento en que perdi¨® la vista por un desprendimiento de retina que ya le hab¨ªan anunciado. "El m¨¦dico me hab¨ªa dicho que evitara movimientos bruscos, saltos y carreras. Pero era un ni?o y estaba jugando con mi hermano. Me tumb¨¦. Y, de pronto, al levantar la cabeza no ve¨ªa absolutamente nada. Me frot¨¦ los ojos, cre¨ª que era algo pasajero, un momento... Pero no". Enhamed llam¨® a su madre y entonces, ante el lamento de su progenitora, intuy¨® la dimensi¨®n de lo que estaba ocurriendo.
Desde 2007 suma 22 medallas entre Juegos y Mundiales en libre y mariposa
Nunca m¨¢s volvi¨® a ver. "Sab¨ªa que eso pod¨ªa ocurrir y que no hab¨ªa soluci¨®n", confiesa con frialdad. Sus padres decidieron mandarle a un colegio de la ONCE en Madrid. En ¨¦l entr¨® en contacto con el deporte. "Empec¨¦ a nadar como actividad extraescolar", cuenta, "y fue un hallazgo crucial porque no solo me ampli¨® el horizonte, sino que tambi¨¦n se convirti¨® en un reto personal. Aprend¨ª muchas cosas: la autodisciplina, la exigencia, la necesidad de trabajar. Y a disfrutar de todo ello, algo esencial para ser feliz".
Enhamed no se plante¨® seriamente competir en la nataci¨®n hasta los 14 a?os, ya de vuelta a Canarias. Pero, cuando Olivier Rivero cogi¨® las riendas de su carrera, comenz¨® a pensar que todo era posible. "Entonces me entren¨¦ con un objetivo, los Juegos de Atenas 2004". Tuvo que aprender muchas cosas. La perspectiva era otra si ten¨ªa que competir: "Hab¨ªa algunas cuestiones t¨¦cnicas que requer¨ªan mucho entrenamiento. Si eres ciego, necesitas que tu entrenador [le llaman palero] te golpee en la cabeza con un palo para avisarte de que te quedan dos metros antes del giro. Hay que ser muy preciso. M¨¢s de una vez me he estrellado contra la pared".
Superados los aspectos t¨¦cnicos, quedaba la dificultad t¨¢ctica de discernir lo que ocurr¨ªa a su alrededor durante la competici¨®n. "Eso es imposible", confiesa; "en realidad, la carrera te la montas en tu cabeza. Te imaginas cosas que no son. Piensas una estrategia, pero a veces no aciertas porque crees que vas primero y no es verdad. No sabes c¨®mo vas". En los Mundiales de Sud¨¢frica 2006, en los 100 metros libre, estaba convencido de que iba a ganar, tuvo que conformarse con el bronce y casi lo pierde.
Sin embargo, en los Mundiales de Brasil 2007 comenz¨® a vislumbrarse su potencial real: fue el mejor en sus cuatro pruebas y comenz¨® a lograr r¨¦cords mundiales y europeos. "Ahora, el objetivo es mantener el nivel hasta los Juegos de Londres 2012", concluye; "hacerme con el r¨¦cord en los 400 metros libre y bajar del minuto en los 100 mariposa". Enhamed sabe que hay cosas que nunca podr¨¢ hacer, pero ser ciego no destruir¨¢ su vida.
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