Indignaci¨®n ante la situaci¨®n de Hait¨ª
Gracias a Javier Ayuso y Bernardo P¨¦rez por su reportaje publicado el 15 de agosto desmenuz¨¢ndonos la realidad del sufrimiento en Hait¨ª a los siete meses de la cat¨¢strofe. Y a las ONG que evitan que el problema sea infinitamente mayor. Cerca de 1.300.000 de haitianos viven bajo los pl¨¢sticos en 1.384 campos de desplazados; las mujeres se prostituyen para dar de comer a sus hijos, violencia sexual, aumento del VIH, malaria... Dejaron de recibir alimentos en abril para evitar una dependencia excesiva. Y la Conferencia de Donantes cuenta con 5.300 millones de d¨®lares para reconstruir el pa¨ªs (350 millones de Espa?a), aunque no se entregar¨¢ el dinero hasta que no haya un Gobierno estable, con un proyecto claro y transparente.
Se pueden entender las cautelas, pero: ?no es lo primero restaurar la dignidad humana? ?Es esta toda la capacidad de gesti¨®n que puede desplegar la ONU? ?No se puede dotar de recursos y materiales a las ONG que ya est¨¢n operando? ?Tan imposible resulta montar tiendas de campa?a "dignas" y resistentes de las que se disponen en las intendencias de los ej¨¦rcitos de todo el mundo, hospitales, escuelas y cocinas donde repartir agua, leche y papillas para los ni?os y un plato de comida? En la atronadora inoperancia de los l¨ªderes nacionales y mundiales, ecos de un estribillo descorazonador se repiten como en el tsunami de Indonesia: de momento, se morir¨¢n unas decenas de miles; m¨¢s adelante podremos comenzar la reconstrucci¨®n con nuestras empresas y obtener beneficios en la explotaci¨®n del turismo o sus recursos naturales.
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