Una de terror

Desde ma?ana las tres primeras p¨¢ginas de este peri¨®dico, y de todos, las escribir¨¢ el PSOE con sus buenas noticias; las dos siguientes, el PP; la sexta ser¨¢ para IU, y la s¨¦ptima para otros partidos. ?Terror¨ªfico? Los pol¨ªticos est¨¢n rumiando una ley para que las televisiones privadas se vean obligadas a emitir equis minutos con las buenas obras de cada partido parlamentario. No solo en las p¨²blicas, que ya lo hacen en periodo electoral, sino tambi¨¦n en las privadas. Y no solo para hablar de ellos, que lo hacen hasta la saciedad, sino para hablar de ellos bien. Y nadie alza la voz, ni Human Rights Watch o Periodistas sin Fronteras o cosas as¨ª. Si ya es parad¨®jico que, ante unas elecciones, cada cadena p¨²blica tenga que dedicar equis minutos seg¨²n los esca?os que el partido consigui¨® en la convocatoria anterior, el siguiente paso es obligar a las teles privadas, y por qu¨¦ no a las radios y a los peri¨®dicos. El argumento es que hay que luchar contra el abstencionismo y para eso deben explicar bien su labor, ignorando que cuanto m¨¢s salen m¨¢s cae su prestigio. Las encuestas del CIS ya colocan a la clase pol¨ªtica como uno de los principales problemas del pa¨ªs. Pero, as¨ª sea, minutos para que se expliquen: se?or Artur Mas, por qu¨¦ est¨¢ en contra de la tortura de los toros y a favor de la tortura de las vaquillas; se?or Ridao, por qu¨¦ le gusta tanto el Estatut ahora si no lo vot¨® en el refer¨¦ndum; se?or Aznar, ?por qu¨¦ visit¨® Melilla ahora y no en los ocho a?os de aznarato? ?O era una excursi¨®n del Inserso? Para amenizar, un dueto: ministro Blanco por qu¨¦ es necesario subir los impuestos; ministra Salgado, por qu¨¦ no.

Hace tiempo que la partitocracia instal¨® el cron¨®metro en los telediarios, pero no previeron que se volver¨ªa en su contra; el caso G¨¹rtel cuenta como minutaje dado al PP, el caso Pretoria, como minutaje del PSOE. Ahora se trata de dar minutos, pero buenos, por obligaci¨®n y en los medios privados. Si realmente les preocupa la abstenci¨®n, ah¨ª va una idea: reducir el n¨²mero de esca?os seg¨²n el nivel de abstenci¨®n. Mientras se sigan eligiendo sus mismos puestos de trabajo (esca?os) sea cual sea el abstencionismo, la clase pol¨ªtica seguir¨¢ redactando leyes a su medida, hundiendo la participaci¨®n ciudadana, la televisi¨®n p¨²blica, ya, y las privadas, pronto.