Avatar existe en India
La tribu dongria kondh logra frenar los planes de la multinacional Vedanta de excavar una mina en su monta?a sagrada - Los medioambientalistas lo celebran
"Estamos felices de que al fin se ha reconocido que esta es nuestra monta?a. Los dongria kondh no podemos vivir fuera de aqu¨ª". As¨ª explica con una amplia sonrisa el anciano Turumagi la decisi¨®n del Gobierno de India de detener el plan de una mina de bauxita en la monta?a Niyamgiri, que se extiende majestuosamente verde en un paraje bastante inaccesible del estado oriental de Orissa. Turumagi pertenece a los dongria kondh, una tribu ancestral animista de unas 8.000 personas, que considera sagrada la monta?a y adora a la naturaleza. El monte les da sustento y de ah¨ª solo bajan en contadas ocasiones a vender los frutos recolectados. "Aqu¨ª nac¨ª, tambi¨¦n mi padre, mi abuelo y as¨ª hasta tiempos inmemoriales, no podemos ni queremos movernos", dice Turumagi.
La mina contaminar¨ªa el agua que da sustento a la tribu
Rahul, el hijo de Sonia Gandhi, acudi¨® a apoyar a los indigenas
La empresa tiene que traer el mineral de fuera para la refiner¨ªa
La multinacional ha invertido ya 1.500 millones de euros en la zona
Los empresarios afirman que el motivo es pol¨ªtico, no medioambiental
La lucha de los ind¨ªgenas se compara a la de los navi de 'Avatar'
Pero desde hace a?os Niyamgiri ha sido tambi¨¦n el objeto del deseo de la gigante minera Vedanta, que cotiza en Londres, pero que tiene como due?o al indio, Anil Agarwal. En un pueblo al pie de la monta?a, Lanjigarh, Vedanta tiene ya en operaci¨®n una refiner¨ªa que transforma la bauxita en al¨²mina, pero por ahora trae el mineral de los Estados vecinos. Sus planes de extraer la materia prima del aluminio en el mismo lugar han sido detenidos, al menos por ahora. Y sus intenciones de expandir la refiner¨ªa tambi¨¦n ser¨¢n estudiados, seg¨²n las autoridades.
El Partido del Congreso se felicit¨® tanto del que se considera un logro sin precedentes para los medioambientalistas e indigenistas que envi¨® a su hijo predilecto, Rahul Gandhi, a hablar ante los dongria kondh en el d¨ªa que celebraron "el d¨ªa de las tribus" (el pasado 26 de agosto). En Lanjigarh se le dio el recibimiento de un h¨¦roe con pancartas y banderines con su foto por todas partes.
"El verdadero desarrollo es el que se hace respetando los intereses de los pobres y de las tribus y no acallando su voz", coron¨® la decisi¨®n Rahul Gandhi, hijo de la l¨ªder del gobernante partido del Congreso, Sonia Gandhi, del que se considera que est¨¢ prepar¨¢ndose a marchas forzadas para ser primer ministro.
A principios de la semana, el plan de excavar la mina hab¨ªa sido detenido por no cumplir con leyes medioambientales y de los derechos de las tribus que "son completamente dependientes del bosque y para las que cualquier violaci¨®n a la protecci¨®n de su h¨¢bitat es simplemente inaceptable", anunci¨® el ministro de Medio Ambiente, Jairam Ramesh. El informe en que se bas¨® el Gobierno para tomar esta decisi¨®n tambi¨¦n indicaba que la mina "tendr¨ªa consecuencias en la seguridad y bienestar de todo el pa¨ªs", en alusi¨®n a la insurgencia mao¨ªsta presente en muchas partes de India. Los rebeldes aseguran que en parte pelean por los derechos de los pobres y los de las tribus desplazadas por grandes proyectos industriales. Los dongria kondh niegan todo contacto con los mao¨ªstas. "Son s¨®lo excusas del Gobierno local para usar la fuerza contra nosotros", asegura uno de sus l¨ªderes m¨¢s conocidos, Lado Sikaka. Este activista afirma que fue secuestrado y torturado por la polic¨ªa durante cuatro d¨ªas a principios de mes y se le hizo firmar una declaraci¨®n en que se le relacionaba con los rebeldes.
La controversia de Vedanta y los dongria kondh ejemplifica el gran dilema de India ante el crecimiento econ¨®mico: c¨®mo cuidar el medio ambiente y respetar a la gente. La decisi¨®n de detener a Vedanta ha sido calificada como "una sensacional victoria de una tribu sobre una de las m¨¢s grandes compa?¨ªas mineras", por Survival, una de las m¨¢s reconocidas ONG en los derechos de las tribus. Tambi¨¦n ha sido bienvenida por los ecologistas que aseguran que se ha defendido a los m¨¢s pobres entre los pobres.
"La gran batalla en India ahora es por la tenencia de la tierra. Las grandes empresas quieren adue?arse de ella a costa de los pobres. Queremos desarrollo, pero no pisoteando a los pobres". As¨ª felicitaba la decisi¨®n el portavoz del influyente think tank de medio ambiente Centro para la Ciencia y el Medio Ambiente (CSE, en ingl¨¦s), Souparno Banerjee. Tambi¨¦n seg¨²n Action Aid, con oficinas en Lanjigarh, el proyecto de la mina contaminar¨ªa el agua que beben miles de personas. Ya ahora se puede ver un dep¨®sito de los desechos de la refiner¨ªa justo al lado de su planta. Y es evidente que la paz de las aldeas ha sido perturbada por las decenas de camiones de carga de Vedanta que pasan por los estrech¨ªsimos caminos.
Pero la decisi¨®n de conservar a la monta?a Niyamgiri intacta no ha sido bien recibida por todo el mundo. En Lanjigarh, el pueblo donde est¨¢ la refiner¨ªa, un grupo de empleados cualificados de Vedanta asegura que el la econom¨ªa del lugar sufrir¨¢ much¨ªsimo.
"Somos m¨¢s de mil empleados que hemos venido con nuestras familias de todas partes de la India, alrededor de nosotros se ha creado todo tipo de servicios como escuelas, hospitales, caminos, que han beneficiado a toda la comunidad", resume uno, apoyado por los dem¨¢s.
Tambi¨¦n hacen latente la divisi¨®n que hay entre los diferentes estratos sociales en India, sobre todo con las tribus, que est¨¢n entre las m¨¢s pobres: "Los dongria kondh no quieren el desarrollo simplemente porque no est¨¢n educados y no saben lo que es, prefieren vivir entre los ¨¢rboles", dice otro. Por el bienestar de 8.000 miembros de una tribu desperdigados por las monta?as se est¨¢ da?ando el bienestar de un pueblo de unos 20.000 habitantes, es el resumen que se puede sacar de una conversaci¨®n con los empleados de Vedanta.
Para Mahesh Agarwal, que ha puesto con un socio el primer y ¨²nico hotel de Lanjigarh "la industrializaci¨®n debe continuar y se tiene que sacrificar algo, en este caso un poco del medio ambiente. Adem¨¢s no se puede vivir de los ¨¢rboles". ?Pero si no se tienen ¨¢rboles? "Bueno, s¨ª, tener ox¨ªgeno qu¨¦ respirar es un problema", acepta.
Para este empresario literalmente de casta (se le ve en el apellido, Agarwal, que curiosamente coincide con el del due?o de la minera Vedanta) "los que son todav¨ªa pobres en India lo son porque son perezosos".
Para Agarwal, como para otros de clase media, "al Gobierno no le importan ni el medio ambiente ni los pobres; es s¨®lo una movida pol¨ªtica".
La minor¨ªa que ha tomado el tren del desarrollo indio cree que el Gobierno ha parado este proyecto para ganar popularidad en un caso muy criticado internacionalmente (a los dongria kondh incluso se les comparaba con los navi de la pel¨ªcula Avatar), pero que tambi¨¦n lo hicieron porque en Orissa (el Estado donde est¨¢ Niyamgiri) gobierna otro partido.
Pero justo por esta batalla pol¨ªtica, puede ser que el freno a la mina no sea la ¨²ltima palabra. "El Gobierno estatal es quien tiene el usufructo de las minas, y Vedanta tiene un acuerdo con este Gobierno. Ahora el Ejecutivo de Orissa est¨¢ considerando las opciones de ir a un tribunal, y creo que es muy f¨¢cil que ganen", asegura a este diario el director de operaciones de Vedanta Aluminium Limited, Mukesh Kumar.
Afirma que la explotaci¨®n del aluminio es "amigable con el medio ambiente". Aunque acepta que explotar Niyamgiri le puede llevar a?os, el empresario asegura que Vedanta no tiene intenciones de parar un proyecto que ya ha costado 2.000 millones de d¨®lares (unos 1.500 millones de euros). "Tenemos un contrato con el Gobierno local para explotar 150 millones de toneladas de bauxita, as¨ª que les pediremos que mientras se resuelve el embrollo nos dejen explotar en otras partes", dice. Para Kumar es il¨®gico tener los recursos "sin utilizar mientras hay mucha gente pobre".
Pero los dongria kondh no est¨¢n dispuestos a ceder un ¨¢pice: "Para nosotros esta monta?a no significa dinero, sino nuestra supervivencia y lucharemos por ella hasta la muerte, porque sin ella de todas formas estaremos muertos". As¨ª de tajante es el l¨ªder Lado Sikaka, que ya lleva siete de sus 42 a?os en la batalla, aunque no se le notan en su ani?ada cara. Sin embargo su mirada denota tristeza, angustia y enojo.
Por ahora sonr¨ªe porque han logrado parar la mina, pero "la refiner¨ªa a¨²n est¨¢ ah¨ª y tambi¨¦n debe detenerse, ha contaminado el agua". Siempre se le ve con el cuello rodeado de collares, sus cabellos recogidos por un sinf¨ªn de orquillas, y un hacha en el hombro. Al preguntarle si alg¨²n d¨ªa dejar¨¢ su arma, dice que no. "Vedanta es un monstruo, que est¨¢ devorando la monta?a y nosotros la defenderemos con nuestras vidas".
La otra batalla de los dongria kondh es por la simple supervivencia en la monta?a. Muchos dependen de los arroyos para el agua, no hay electricidad, es un ¨¢rea infestada de mosquitos que transmiten la malaria y pocos ni?os van a la escuela. "Queremos estar aqu¨ª, esta es nuestra tierra. Pero nos gustar¨ªa tener algunas necesidades b¨¢sicas y que los maestros vengan a dar clases", afirma Guillu Magi. En las aldeas hay escuelas, pero algunos aseguran que lo m¨¢s com¨²n es que los maestros, que vienen de pueblos cercanos, falten.
Rama Pusika, que a sus 22 a?os est¨¢ estudiando un m¨¢ster en negocios en la capital del Estado y es uno de los pocos dongria kondh que habla ingl¨¦s y tiene educaci¨®n, dice: "Deber¨ªamos poder continuar con nuestra cultura, pero poder ver el mundo, tener educaci¨®n, porque ahora se nos est¨¢ dejando morir, estamos en la oscuridad".
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