Ma?anayer
Seg¨²n parece, ma?ana se decide si la renovaci¨®n del Tribunal Constitucional se paraliza de nuevo. La carta est¨¢ en manos del partido conservador, que a su vez, oscila entre dos tendencias, la que aboga por no dilatar m¨¢s los nuevos nombramientos y la que defiende prolongar la par¨¢lisis, confiados en que la actual alineaci¨®n pueda frenar la aprobaci¨®n de la reformada ley del aborto. La imagen televisiva de un asunto tan abstracto suele ser la fachada del Constitucional y la imagen de Federico Trillo presentando orgulloso el recurso en la secretar¨ªa. Es precisamente Trillo quien fascina en esta historia. Hay que felicitarlo por personalizar la vocaci¨®n pol¨ªtica entre tanto arribista que, descabalgado del poder, ahora campa en consejos de administraci¨®n bien regados, verdadero cementerio de elefantes de la ¨¦lite pol¨ªtica. Trillo no, ¨¦l persiste en la caldera, en l¨ªnea directa con tantos jueces que le deben favores y alpiste de su ¨¦poca de ministro, haciendo pie en un fondo de limo que pone turbia el agua clara. Trillo, bajo paraguas, sabe manejar los tiempos: veloz forense, lento negociador.
Los populares solo son antiabortistas, anticatalanistas, antimilitaristas, antiautonomistas y prosindicalistas cuando est¨¢n en la oposici¨®n. Los miles de abortos realizados en sus ocho a?os de poder deber¨ªan bastar para convencer a la ciudadan¨ªa de que la interrupci¨®n del embarazo es una realidad que esquiva cualquier disparidad de criterio. Pero m¨¢s triste que esa mentira es la manipulaci¨®n de los tribunales superiores. En Estados Unidos la ¨²ltima incorporaci¨®n al Supremo se ha producido tras meses de debate enconado pero abierto. Aqu¨ª la renovaci¨®n dura tanto que si el Constitucional fuera La Roja seguir¨ªa jugando Zarra. Para los que a¨²n creemos con la infantil fe de los ocho a?os en la divisi¨®n de poderes, porque ten¨ªamos esa edad tan cr¨¦dula cuando naci¨® la democracia espa?ola, ver tanto c¨¢lculo y manoseo es una pista de que tambi¨¦n en aquello nos mintieron, nos dijeron que eran las cataratas del Ni¨¢gara y era un desag¨¹e de canal¨®n. La libertad y la justicia precisan de instituciones libres y justas. No va por ah¨ª la pol¨ªtica. Muchos de sus representantes parecen cobradores del frac, persiguiendo a morosos que les deben vete t¨² a saber qu¨¦ turbios favores. Ma?ana ser¨¢ el mismo d¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.