Hurgar en la vida de los otros
La biograf¨ªa como g¨¦nero literario vive un momento dulce y no exento de pol¨¦micas con 2.000 t¨ªtulos al a?o
Hablan de una "libido biogr¨¢fica", una explosi¨®n que lleva a publicar al a?o 2.000 t¨ªtulos del g¨¦nero en espa?ol, seg¨²n Rogelio Blanco, director general del Libro. Hurgar, penetrar, indagar y contar la vida de los otros es un arte a medio camino entre el rigor hist¨®rico y la gracia de la literatura. As¨ª lo cre¨ªa Josep Pla y as¨ª lo defienden varios expertos de un g¨¦nero renacido en espa?ol por autores como Anna Caball¨¦. La autora de biograf¨ªas de referencia sobre Francisco Umbral o Carmen Laforet resaltaba en los Encuentros de Formentor el vigor de un m¨¦todo revelador y profundo.
Caball¨¦ no ha hecho muchos amigos indagando en la vida de escritores. Sus revelaciones buscan entender los mecanismos y las motivaciones que empujan una obra literaria. En el caso de Umbral, en vez de abogada del diablo, se vio obligada a hacer de ¨¢ngel. "No encontr¨¦ a ninguna persona que me hablara bien de ¨¦l, por eso tuve que buscar un equilibrio a favor", revel¨®.
Caball¨¦: "No encontr¨¦ a nadie que hablara bien de Umbral"
En cualquier caso, sobre el escritor vallisoletano penetr¨® en las razones que le convirtieron en un autor compulsivo, mientras que cuando se meti¨® en el turbio y oscuro mundo de Laforet debi¨® comprender lo contrario: por qu¨¦ despu¨¦s de una obra maestra como Nada apenas qued¨® rastro de ella, m¨¢s all¨¢ de la locura, y casi no quiso seguir creando. "Creo que hab¨ªa un gran abismo entre lo que pod¨ªa escribir y lo que sent¨ªa que deb¨ªa escribir", afirma Caball¨¦.
La biograf¨ªa en Espa?a tuvo su momento antes de la guerra, con impulsores como Ortega y Gasset, Pla, Benjam¨ªn Jarn¨¦s o Gregorio Mara?¨®n. Ellos quisieron implantar un g¨¦nero que vivi¨® su esplendor vien¨¦s con autores como Stefan Zweig o su vocaci¨®n anglosajona en la ¨¦poca victoriana con Lytton Strachey. Los g¨¦rmenes de algo que Andr¨¦ Maurois llam¨® la nueva biograf¨ªa en un ciclo dictado en Oxford.
El psicoan¨¢lisis supuso todo un impulso en su regeneraci¨®n y lo catapult¨® a la modernidad hasta hoy, cree Miguel Dalmau, autor de trabajos sobre Gil de Biedma o los Goytisolo. Pero Espa?a ya no vive esa corriente truncada por la guerra y la dictadura. La degeneraci¨®n pudre el g¨¦nero hasta convertirlo en burda hagiograf¨ªa. "El idilio espa?ol con la biograf¨ªa fue un coitus interruptus que el franquismo convirti¨® en estatua de sal", dice Caball¨¦. Pero tanto ella como otros se han empe?ado en recuperar el tiempo perdido a pesar del precio de sus compromisos con las verdades inc¨®modas.
No hay buena biograf¨ªa exenta de pol¨¦mica. Y ayer, en las sesiones de Formentor, salt¨®. Se produjo cuando Dalmau relat¨® un episodio con Jos¨¦ Saramago en el que aparec¨ªa su mujer, Pilar del R¨ªo. Cuando el bi¨®grafo pregunt¨® al Nobel portugu¨¦s si colaborar¨ªa con ¨¦l en un trabajo sobre la familia Goytisolo, su esposa, dijo Dalmau, "cometi¨® la estupidez de preguntarme si era a favor o en contra".
La sorpresa de Dalmau fue comprobar que Del R¨ªo estaba presente en la sala sin ¨¦l saberlo. Tom¨® la palabra por alusiones y dijo: "Asumo perfectamente esa an¨¦cdota. Nunca he pasado de ser periodista de provincias. Por eso hago preguntas est¨²pidas. Pero en mi ¨¢nimo estaba proteger a Jos¨¦ de la frivolidad de algunos titulares. No quer¨ªamos que se hiciera da?o a los Goytisolo, una familia que mi marido adoraba. De ah¨ª la pregunta". Luego hubo besos y disculpas. Afrenta olvidada.
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