La Orquesta Nacional suena de cine

La Orquesta Nacional de Espa?a le ha cogido el gusto a los preludios de su temporada sinf¨®nica. Y este mes ha preparado un par de programas dedicados a la m¨²sica de cine. El tipo de m¨²sica que practica en septiembre supone mucho m¨¢s que un precalentamiento y entra en la categor¨ªa de un ensanchamiento de horizontes y, de rebote, en la b¨²squeda de nuevos espectadores. En ediciones anteriores hab¨ªan puesto en pie alguna experiencia, como la convivencia con el guitarrista flamenco Tomatito en el Matadero. Que saliese mejor o peor es secundario. Lo importante es la intencionalidad y el esp¨ªritu.

La noche del s¨¢bado se pusieron alfombras rojas en el Auditorio Nacional y abundantes focos. La ilusi¨®n del cine se hizo presente. Los olvidados (en alusi¨®n a la pel¨ªcula de Bu?uel) de la m¨²sica cinematogr¨¢fica fueron esta vez los protagonistas. Los autores de las bandas sonoras de Amarcord, Casablanca, Con la muerte en los talones, Dr¨¢cula, Volver o Alatistre, entre otras, pasaron a primer plano el pasado s¨¢bado 11 y sus composiciones lucieron en todo su esplendor separadas de su sumisi¨®n incondicional a las im¨¢genes cinematogr¨¢ficas. O tal vez por ello, y su instalaci¨®n en la memoria colectiva, se vivieron con especial gozo.

El desfile sonoro comenz¨® con el gran Nino Rota y el sonido del acorde¨®n

Alberto Iglesias deslumbr¨® musicalmente con la 'suite' de 'Volver'

El desfile sonoro comenz¨® con el gran Nino Rota y la personalidad del sonido del acorde¨®n que tan bien resaltaba las intenciones de Federico Fellini. Max Steiner nos llev¨® a Casablanca, para recordarnos en m¨²sica, con los ecos de La Marsellesa, que siempre nos quedar¨¢ Par¨ªs. Con Bernard Herrmann la atm¨®sfera de las pel¨ªculas de Alfred Hitch-cock se impuso como un estremecimiento compartido: Psicosis, V¨¦rtigo, Con la muerte en los talones. En fin.

Tres m¨²sicos espa?oles se unieron a esta particular fiesta del cine. De Miguel Asins Arb¨® se seleccion¨® el foxtrot que compuso para Pl¨¢cido de Luis Garc¨ªa Berlanga. Alberto Iglesias deslumbr¨® musicalmente con la suite de Volver, de Pedro Almod¨®var, justificando, si es que hac¨ªa falta, su posici¨®n de privilegio en el Olimpo de este mundo de sonidos de ensue?o. Roque Ba?os recibi¨® en la sala abundantes aplausos por su espectacular trabajo para Alatistre de Agust¨ªn D¨ªaz Yanes, con el refuerzo de la participaci¨®n del Coro Nacional de Espa?a, que se hab¨ªa incorporado al concierto a partir de la m¨²sica de Wojciech Kilar para Dr¨¢cula.

El p¨²blico reaccion¨® con entusiasmo y propici¨® una propina con un thriller -como dijo con simpat¨ªa Josep Pons- del pr¨®ximo concierto el s¨¢bado 18 con m¨²sicas ¨ªntegramente de John Williams (entre otras, En busca del arca perdida, La guerra de las galaxias, E.T.). Era un p¨²blico muy diferente al habitual, con un porcentaje elevado de j¨®venes, e incluso alg¨²n ni?o arropado en familia, y con un considerable n¨²mero de gente de la cultura: Ana Bel¨¦n, Elvira Lindo y Antonio Mu?oz Molina, Juanjo Puigcorb¨¦ y Pilar Jurado, entre otros. Lo fundamental es que todo el mundo se lo pas¨® muy bien: director, orquesta, coro, espectadores. La m¨²sica del cine sali¨® reivindicada sin necesidad de palomitas. Los olvidados han favorecido que nos sintamos rejuvenecer, que dir¨ªa Howard Hawks. "Un concierto de cine", testimoniaban algunos al abandonar la sala. Desde luego, nunca mejor dicho.