Tordesillas, otra vez

Tordesillas. Otra vez. A?o del Se?or de 2010. Docenas de caballistas esperan al toro en el campo, al otro lado del Duero. Cientos de lanzas, miles de piernas. Hasta all¨ª llega Platanito con su gallard¨ªa entera y el arenal descansa sus cascos, que ard¨ªan calle abajo, en el asfalto. 550 kilos de bravura y casta van a estrellarse aturdidos contra las picas de los feroces mozos. La mayor¨ªa luce palmito y botas encima de sus monturas enjaezadas. Todo lo m¨¢s contribuyen a la inmensa polvareda que pone fin al espect¨¢culo para los visitantes.

Pero el toro sigue dentro de aquella nube, rodeado de acero, y en su piel negra se van abriendo grietas. La mortal la asest¨® este a?o Marcos Rodr¨ªguez, un tordesillano de 26 a?os, muy orgulloso de su haza?a. Lo mat¨® de tres lanzadas y a caballo. Y a caballo, con el rabo de Platanito clavado en lo alto de su pica, volvi¨® al pueblo. Como manda la tradici¨®n. La charanga le abr¨ªa paso, par¨® la montura un momento delante de la Virgen, en la mitad del puente, y sigui¨® calle arriba aplaudido desde los balcones. Apenas 20 minutos antes hab¨ªa bajado Platanito por la misma calle, ahora solo sub¨ªa su rabo.

Este a?o el festejo ha sido "fant¨¢stico, limpio y r¨¢pido", dice la alcaldesa

El muchacho, que se hab¨ªa "jugado la vida" hac¨ªa nada, no pod¨ªa ahora contener la mand¨ªbula y ten¨ªa los ojos h¨²medos. M¨¢s de media vida so?ando con eso, dec¨ªa despu¨¦s de que la alcaldesa le pusiera la insignia. Misi¨®n cumplida, ahora va "a ser pap¨¢ en abril" y posiblemente abandone las actividades de riesgo. "Me faltan las palabras".

La fiesta, a pesar de que cada a?o arrecia la pol¨¦mica, parece que va a m¨¢s por el gent¨ªo que all¨ª se congrega para ver un trozo de toro y largos minutos de polvo denso. La ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, se vio obligada ayer a pronunciarse sobre el asunto en el Senado, todo prudencia: la cosa est¨¢ en manos de la Junta de Castilla y Le¨®n y del Ayuntamiento de Tordesillas.

La alcaldesa, Mar¨ªa del Milagro Zarzuelo (PP), dice que no se puede dulcificar m¨¢s el asunto. Porque solo cabr¨ªa ya dejar al toro vivo y no es el caso. Hace a?os se prohibi¨® que le cortaran los test¨ªculos. Pero si se los cortan o no lo sabr¨¢n los hombres del cami¨®n, donde subieron a Platanito ya muerto. Nadie dir¨ªa que es el momento m¨¢s tenso. Pues lo es; para algunos incluso el m¨¢s peligroso, porque ah¨ª es donde los lugare?os a¨²llan contra las c¨¢maras de televisi¨®n, de fotos: "Fuera las c¨¢maras, fuera las c¨¢maras", gritan desde el remolque. Y uno de los subalternos se esmera en frotar con la arena los manchurrones de sangre que han quedado en la carrocer¨ªa antes de arrancar.

Pero las c¨¢maras cada a?o se empe?an en retratar la ag¨®nica muerte del toro en el campo. Y as¨ª seguir¨¢ siendo si persiste el respeto que, dice la alcaldesa, impera en el pueblo. Zarzuelo estaba feliz de que este a?o el torneo haya sido "fant¨¢stico, limpio y r¨¢pido". "Una lanzada de muerte", dijo. El propio matador habl¨® de tres. Y hubo m¨¢s. Platanito naci¨® en 2005 y su muerte ha costado al Ayuntamiento "7.500 euros m¨¢s IVA". El orgullo del matador no tiene precio: "No entro en pol¨¦micas, ellos no lo entienden".