C¨¢ncer

Con motivo de la muerte de Jos¨¦ Antonio Labordeta he vuelto a leer ese lamentable eufemismo de que muri¨® "tras una larga y penosa enfermedad". Todos los lectores del peri¨®dico, el redactor que escribi¨® la cr¨®nica y el director que decidi¨® publicarla sabemos de qu¨¦ estamos hablando: del c¨¢ncer. Sobre todo porque, en este caso, el propio cantautor hab¨ªa anunciado su enfermedad hace algunos a?os cuando se la detectaron.

?Por qu¨¦ entonces ocultar el nombre del mal tras una expresi¨®n vergonzante? En Espa?a se registran 200.000 pacientes nuevos cada a?o y, seg¨²n las estimaciones del proyecto Globocom, de la Agency for Research on Cancer, se prev¨¦ que en los pr¨®ximos 10 a?os habr¨¢ crecido un 30%.

Por otra parte, no todos los procesos tumorales se convierten en "larga y penosa enfermedad". A veces, por desgracia, son breves y fulminantes y otras, por fortuna, no son penosos sino que permiten descubrir otros aspectos de la vida, algunos muy placenteros.

Adem¨¢s, gracias a los avances de la investigaci¨®n cient¨ªfica, a los denodados esfuerzos de los profesionales de oncolog¨ªa y a los progresos tecnol¨®gicos, cada vez es mayor el n¨²mero de curaciones. Por ello, ser¨ªa de agradecer que no se aborde esta enfermedad como un tab¨², y se trate a sus afectados como a cualquier otro enfermo.

Quiero, por ¨²ltimo, rendir desde aqu¨ª homenaje a los m¨¦dicos y enfermeros del hospital Madrid Sanchinarro que desde hace un a?o me han atendido con dedicaci¨®n, esfuerzo y delicadeza, y, siempre, con una sonrisa en los labios.