"Siempre hay trabajo para un buen guitarrista"
Peter Frampton, precursor del rock de estadio, vuelve con 'Thank you, Mr. Churchill', un disco autobiogr¨¢fico
Peter Frampton (Reino Unido, 1950) detesta que su vida profesional quede reducida a una moraleja. Es el hombre que en 1976 entr¨® en la Primera Divisi¨®n al lanzar Frampton comes alive!, uno de los discos dobles m¨¢s populares de la historia del rock; alguien decidi¨® venderle como ¨ªdolo juvenil y su carrera patin¨®. Pero hay otra lectura, explica v¨ªa telef¨®nica: "Llevo actuando desde los sesenta y eso me parece un ¨¦xito incre¨ªble. Cuando empez¨¢bamos, cre¨ªamos que la vida media de un m¨²sico pop se contaba con los dedos de una mano. Yo sigo aqu¨ª, sacando discos cuando realmente tengo algo que compartir".
El ¨²ltimo es Thank you, Mr. Churchill (PIAS), que parte de una especulaci¨®n hist¨®rica: "en 1940, buena parte del establishment brit¨¢nico se planteaba rendirse ante Hitler. De no alzarse Winston Churchill, hubi¨¦ramos terminado como un sat¨¦lite de Alemania. Y entonces, ?ni Beatles ni Rolling Stones ni swinging London! Lo que cuento es una especie de biograf¨ªa personal y musical, con paradas en el blues, en Motown, en el jazz gitano".
Peter Frampton tiene ahora la nacionalidad estadounidense y pasa temporadas en Nashville. "Gran ciudad para crear m¨²sica, donde te topas con gente muy diversa, desde Jack White a Elvis Costello. Aunque parezca imposible, por la abundancia de instrumentistas de estudio, siempre hay hueco para un buen guitarrista: hice una sesi¨®n maravillosa con Ricky Skaggs, maestro del bluegrass. All¨ª puedes experimentar. Mi anterior trabajo [Fingerprints, 2006] fue instrumental. En una discogr¨¢fica fuerte inglesa, nunca lo hubieran aceptado. Pero aqu¨ª se vendi¨® bien, incluso gan¨® un grammy".
Le quedan algunas querencias brit¨¢nicas. Cuando sale de gira, se inscribe en los hoteles con nombres de futbolistas: hoy, hab¨ªa que preguntar por Mr. George Best. ?No es tentar a la suerte el invocar a alguien de vida tan catastr¨®fica? "Yo tambi¨¦n he tenido mis etapas desastrosas, de abuso de sustancias y accidentes est¨²pidos. Afortunadamente, aqu¨ª nadie conoce a George Best".
Ahora, Frampton se cuida mucho. Est¨¢ siempre disponible para colaborar con los amigos. "Toqu¨¦ en giras y discos con David Bowie, fuimos compa?eros de colegio. Los Stones me tentaron en los setenta, necesitaban reemplazar a Mick Taylor, pero mi carrera estaba despegando. Mejor as¨ª: seg¨²n Bill, es muy posible que no hubiera sobrevivido".
Demasiados colegas ca¨ªdos, suspira. No olvida a Steve Marriott, su c¨®mplice en el primer Humble Pie. "Cantaba como nadie, tocaba como un demonio, pose¨ªa una capacidad de comunicaci¨®n extraordinaria. Pero tuvo mala suerte. Me horroriza recordar que muri¨® al incendiarse su habitaci¨®n por un cigarrillo".
Como Bowie, Marriott y Frampton surgieron de la f¨¦rtil subcultura mod. "Fuimos la primera generaci¨®n que se olvid¨® del racionamiento, de la escasez, del destino programado. Nuestros padres hab¨ªan pasado por vivencias terribles y no entend¨ªan aquella ansia por emanciparnos. ?bamos conquistando locales, calles, barrios enteros de Londres".
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