Repescas y retrocesos
1 ?Nos estamos infantilizando a chorros? ?Es un proceso natural o una conjura general? En mi recuerdo, un recuerdo de hace casi treinta a?os, Nit de Sant Joan (La noche de San Juan), el musical que lanz¨® a Dagoll-Dagom, no era una pieza para cr¨ªos. Aunque era blandita y un tanto inocentona, las historias ten¨ªan imaginaci¨®n (viajes en el tiempo y el espacio, clones multiplicados) y las canciones de Sisa rebosaban magia. No era, de acuerdo, la magia estremecedora de La Catedral, su cumbre gal¨¢ctica: el onirismo de esta revista es m¨¢s soleado y m¨¢s ben¨¦volo. Yo dir¨ªa que tanto Dagoll como Sisa (e incluso Mars¨¦ y Gil de Biedma, autores de la versi¨®n que triunf¨® en Madrid y en media Espa?a) buscaban en 1981 un p¨²blico ir¨®nicamente nost¨¢lgico de las verbenas de los a?os sesenta; aquellas verbenas con hoguera y orquestina (o tocadiscos port¨¢til), atravesadas para siempre, en el recuerdo inventado, por el doble fantasma de Teresa y el Pijoaparte. Sin embargo, el revival del espect¨¢culo que acaba de inaugurar Arteria Paral¡¤lel, el teatro de la SGAE, parece dirigido exclusivamente a un p¨²blico infantil. Corrijo: a un p¨²blico al que Carles Alberola, a juzgar por su puesta, parece considerar un tanto infantilizado. Doble tristeza, porque las estupendas comedias que le dieron a conocer a finales de los noventa (Mand¨ªbula afilada, Curr¨ªculum, ?Por qu¨¦ mueren los padres?) tambi¨¦n se dirig¨ªan a un p¨²blico adulto. O algo le ha pasado a Alberola para dejar de jugar en serio, por mucho que siga invocando el maestrazgo de Gonzalo Su¨¢rez en el programa de mano, o los productores creen que el target potencial (hablan as¨ª) de Nit de Sant Joan se divide entre los ni?os y los que ya hemos rebasado la cincuentena, y han optado por unificar ambas franjas (descartada la del adolescente, que anda en verbenas m¨¢s feroces), porque el tono general oscila entre a) gesticulante maestra de guarder¨ªa, preocupada por el posible d¨¦ficit de atenci¨®n de los cachorros y b) enfermero del Seguro convencido de que el abuelete s¨®lo puede entenderle si muequea ser¨¢ficamente y envuelve en melaza cada palabra. La ?o?er¨ªa campa por sus respetos en las escenas familiares pero tambi¨¦n infecta al chava Macari y sus dobles o al Gran Jordiet, que naci¨® como un homenaje al Gran Gilbert de la Bodega Bohemia y hoy parece un mocito de Operaci¨®n Triunfo. No creo yo que los actores sean muy felices haci¨¦ndolo as¨ª. Las caricaturas y los estereotipos no s¨®lo alejan de la verdad esc¨¦nica y provocan desinter¨¦s: obligan al actor a malgastar su energ¨ªa. Cuando fluye con naturalidad, como en el caso de Marc Pujol (Daniel) y Noelia P¨¦rez (el hada de fuego), o hay modulaci¨®n dentro del exceso (la se?orita Gonz¨¢lez, que Annabel Totusaus lleva un poco a la l¨ªnea Mary Santpere) se nota enormemente. Hay escenas cuajadas, como la de los progres (Jordi Llorella, Meritxell Dur¨®) o la del guateque, pero la mayor¨ªa se alargan, se reblandecen y naufragan por esa infantilizaci¨®n del tono. Tambi¨¦n los estupendos cantables de Sisa podr¨ªan brillar m¨¢s, con m¨¢s cuerpo y m¨¢s malicia, y en esa falta de brillo incluyo el esforzado pero un tanto opaco trabajo del quinteto dirigido por Xavi Lloses.
2 Un retroceso similar, en grado mucho menor (la entrega y el ritmo de reparto y direcci¨®n son muy notables) se advierte en Pel davant i pel darrera, la versi¨®n catalana (a cargo de Paco Mir) de Noises Off, la formidable comedia de Michael Frayn, que Alexander Herold lleva dirigiendo, caso singular¨ªsimo, desde hace un cuarto de siglo y que ha vuelto al Borr¨¢s de Barcelona. La estren¨® en 1984, en el Alc¨¢zar (Al derecho y al rev¨¦s), con un reparto encabezado por Amparo Bar¨®, Jos¨¦ Mar¨ªa Pou, Joaqu¨ªn Kremel, Manuel Zarzo y Paca Gabald¨®n. Al a?o se presentaba en el Condal el primer montaje catal¨¢n con Mario Gas, Juanjo Puigcorb¨¦, Marta Padov¨¢n y Joaquim Cardona, entre otros. La funci¨®n, un aut¨¦ntico tour de force, narra los desvelos de una compa?¨ªa de repertorio tratando de poner en pie un achacoso vodevil llamado Ens¨¦?ame la sardina. En el primer acto asistimos a un calamitoso ensayo general; en el segundo, ya en gira, vemos lo que sucede tras el decorado casi en registro de slapstick mudo: ataques de celos, depresiones, olvidos, enfrentamientos. En el tercero, un mes m¨¢s tarde y de nuevo "por delante", las tensiones estallan en el escenario y Ens¨¦?ame la sardina se convierte en una apoteosis del absurdo. No vi los montajes de 1996 y 2002, pero recuerdo lo fundamental de los primeros: la gracia (y la verdad) radicaban en que la compa?¨ªa ficticia se tomaba en serio su vodevil, sin degradarlo ni degradar a sus personajes para buscar la risa f¨¢cil del p¨²blico. Eran profesionales, m¨¢s o menos mediocres, tratando de sacar adelante un proyecto imposible. Si la clave es ahora "mira qu¨¦ malos actores son y qu¨¦ cutrez est¨¢n haciendo", nos desvinculamos de su af¨¢n y el vodevil se vuelve tedioso. No son cre¨ªbles el apayasamiento desaforado de la primera actriz venida a menos (Rosa G¨¢miz), ni la bober¨ªa extrema de la starlette (M¨®nica P¨¦rez), ni el sonambulismo alcoh¨®lico del actor veterano (Enric Maj¨®): en una palabra, la infantilizaci¨®n que les ha marcado Alexander Herold. Es una l¨¢stima, porque son estupendos int¨¦rpretes que no necesitan rebajar sus poderes. As¨ª las cosas, quienes se llevan el gato al agua, como viene siendo habitual desde que se acu?¨® el t¨¦rmino "comedia", son los que trabajan desde la verdad, respetando la humanidad del personaje y sirviendo cada situaci¨®n sin venderla barata: es un placer disfrutar de los trabajos de Anna Barrachina (un retorno que ya estaba tardando) y Carles Mart¨ªnez, siempre impecable; de Pep Planes en el rol del director, de Dafnis Balduz como el regidor y de Saida Mancha, que hace un doblete infrecuente: ayudante de direcci¨®n en el vodevil y en el espect¨¢culo. A caballo entre el desafuero farsesco y la justeza de tono est¨¢ Miquel Sitjar, que interpreta a un gal¨¢n tan corto de luces como conmovedor. Pel davant i pel darrera funciona, pero con este reparto convenientemente unificado ser¨ªa un aut¨¦ntico ca?onazo.
Nit de Sant Joan. Dagoll Dagom. Arteria Paral¡¤lel. Barcelona. www.arteria.com. www.dagolldagom.com. Pel davant i pel darrera, de Michael Frayn. Versi¨®n de Paco Mir. Direcci¨®n de Alexander Herold. Teatro Borr¨¢s. Barcelona.
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