Un manifiesto inspirado en V¨¢clav Havel
'Carta 08', firmada por 10.000 chinos, pide profundas reformas democr¨¢ticas
Cuando Liu Xiaobo decidi¨® liderar la redacci¨®n de la Carta 08 era consciente de que estaba jugando con fuego. Era un texto ambicioso para una China que, a pesar de sus tres d¨¦cadas de reformas econ¨®micas, ha realizado pocas en el plano pol¨ªtico. Y era un texto peligroso para sus autores y signatarios.
?Por qu¨¦? La Carta 08 fue publicada en Internet coincidiendo con el 60? aniversario de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 2008. Pide profundas reformas pol¨ªticas, por la v¨ªa pac¨ªfica, y propone una serie de medidas para mejorar las libertades, como la instauraci¨®n de una democracia legislativa; la separaci¨®n de poderes; un sistema judicial independiente; libertad de asociaci¨®n, religi¨®n y prensa; la protecci¨®n del medio ambiente, y la modificaci¨®n de la Constituci¨®n. "La democratizaci¨®n de China no puede ser aplazada m¨¢s tiempo", se?ala.
Inicialmente fue firmada por 300 intelectuales -entre ellos, acad¨¦micos, abogados, periodistas y artistas-, pero posteriormente ha sido rubricada, a pesar de los riesgos, por m¨¢s de 10.000 personas, seg¨²n diferentes organizaciones de derechos humanos. Est¨¢ inspirada en la Carta 77, redactada en la antigua Checoslovaquia, que conducir¨ªa a?os despu¨¦s, en 1989, a la revoluci¨®n de terciopelo que barri¨® el r¨¦gimen comunista.
La trascendencia hist¨®rica del manifiesto checoslovaco -difundido por V¨¢clav Havel, quien despu¨¦s se convertir¨ªa en presidente- y el impacto que su sosias chino tuvo entre la ¨¦lite intelectual del pa¨ªs asi¨¢tico caus¨® gran inquietud a las autoridades, que quisieron lanzar un claro mensaje de advertencia a otros disidentes. Liu fue condenado a una dura pena de c¨¢rcel, mientras muchos otros de quienes lo firmaron han sido interrogados por la polic¨ªa, y algunos otros han perdido sus trabajos en organismos p¨²blicos.
Para Pek¨ªn se trata de atajar cualquier movimiento que pueda poner en peligro el poder absoluto del Partido Comunista Chino, y mantener lo que considera la estabilidad pol¨ªtica y social necesaria para continuar con las reformas econ¨®micas lanzadas a finales de 1978. Unas reformas que han permitido sacar a cientos de millones de personas de la pobreza y han convertido China en la segunda potencia econ¨®mica del mundo, pero que, a cambio, han hecho del pa¨ªs uno de los m¨¢s desiguales del planeta, han sembrado la corrupci¨®n en todas las capas de la sociedad y han provocado un grave impacto medioambiental.
Las autoridades chinas siempre han mirado lo ocurrido fuera de sus fronteras, en previsi¨®n de lo que pudiera ocurrir dentro, y el precedente sentado por la Carta 77 no era un buen precedente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.