Peces grandes, peces peque?os

En estos momentos de crisis en que parece que la m¨¢xima "s¨¢lvese quien pueda" cobra carta de naturaleza, resulta sintom¨¢tico el cinismo con el que -y dentro de la Uni¨®n Europea, los pa¨ªses ricos, como Alemania- est¨¢n tratando a los pa¨ªses que ellos consideran "pedig¨¹e?os", por ejemplo, Grecia y Espa?a.

Hace pocos d¨ªas le¨ªamos en la prensa el esc¨¢ndalo que ha supuesto los negocios del Estado griego con poderosos grupos industriales alemanes que han suministrado submarinos y otros equipos de alto precio al Ej¨¦rcito griego. Estos suministros han supuesto cifras impresionantes de euros en la ya de por s¨ª abultada deuda griega. Lo c¨ªnico de este caso es que, al parecer, los mismos grupos econ¨®micos alemanes ayudaban en el mercado internacional a digerir la deuda de Grecia a cambio de asegurarse nuevos pedidos de armamento.

En Espa?a, en estos d¨ªas una constructora espa?ola ha presentado una opa para aumentar su participaci¨®n en otra constructora alemana. El Consejo de esta compa?¨ªa, apoyada por sus trabajadores, est¨¢ en contra de esta operaci¨®n, aduciendo que la empresa espa?ola debe en buena parte su crecimiento a las ayudas que la UE, con su principal aportante, Alemania, ha beneficiado a Espa?a desde su adhesi¨®n a la Comunidad Europea.

Efectivamente, en parte puede ser as¨ª, pero sin embargo se ignora que en el camino que Espa?a tuvo que recorrer para alcanzar esta meta, todo el aparato aduanero con el que proteg¨ªa su producci¨®n tuvo que ser desmantelado en pro de una apertura de mercados hacia Europa en la cual Alemania ejerce de actor principal. El resultado de este proceso es bien patente. Hoy d¨ªa grandes espacios del mercado espa?ol (autom¨®viles, maquinaria, trenes, armamento, distribuci¨®n, y un largo etc¨¦tera) est¨¢n en buena parte en manos alemanas, dejando a sus empresas jugosos beneficios que en el supuesto de que Espa?a no hubiese entrado en la UE ser¨ªan muy inferiores. Es un claro ejemplo de c¨®mo el pez grande se come al chico.