La Guerra Civil a vista de p¨¢jaro
Sobre las 12.45, Durruti sal¨ªa de su puesto de mando en Madrid, en el cuartel de la Guardia Civil de Guzm¨¢n el Bueno, montado en su Packard. Pas¨® cerca de la l¨ªnea del frente y del principal objetivo, el Hospital Cl¨ªnico, ocupado el d¨ªa anterior por las tropas franquistas. Apenas un cuarto de hora despu¨¦s, tras salir del coche, qued¨® herido de bala en el pecho. Seg¨²n unos, cay¨® por el lado norte del cuartel, como marca la explosi¨®n roja; seg¨²n otros, por el sur, m¨¢s cerca de su columna militar, como muestra la explosi¨®n azul. En cualquier caso, entre las 14.30 y las 15.00 del 19 de noviembre de 1936, Durruti, muy grave, ingresa en el Hotel Ritz, entonces hospital de campa?a. Sobre las cuatro de la tarde, fallecer¨¢.
Desde las seis de la ma?ana, los ¨²ltimos pasos del m¨ªtico oficial anarquista est¨¢n detallados en un milim¨¦trico mapa, como lo est¨¢ la escalofriante trama civil del golpe de Estado en Barcelona de esa primavera y en el que se reconocen a¨²n el bar de la Universidad Central, el tambi¨¦n Bar Estudiantil, la cervecer¨ªa Heidelberg o las antiguas instalaciones del RCD Espa?ol... O el no menos fascinante recorrido de los guardias de asalto por los t¨²neles del metro de Barcelona entre las 12.30 y las 14.00 del 19 de julio, maniobra que ayud¨® mucho a acabar con la insurrecci¨®n golpista en la ciudad. En todos los casos, se trataba de reunir el m¨¢ximo de informaci¨®n sobre la guerra civil espa?ola y la intervenci¨®n catalana de cualquier tipo en un trabajo ¨²nico en la bibliograf¨ªa sobre el tema en Espa?a. Son cartograf¨ªas fascinantes, pero apenas tres muestras de los m¨¢s de cuatrocientos milim¨¦tricos mapas que conforman el Atles de la Guerra Civil a Catalunya, o el fruto de cinco a?os de trabajo de un equipo del Centro de Estudios Hist¨®ricos Internacionales de la Universidad de Barcelona.
Las redes viarias y ferroviarias, el nomencl¨¢tor de las ciudades..., todo responde a la ¨¦poca; y los detalles y la precisi¨®n horaria y militar es total. ?De d¨®nde sale tanta documentaci¨®n, como el descorazonador listado de los 70 altos mandos del Ej¨¦rcito de Catalu?a golpistas ese 18 de julio y los cuarteles donde se ubican? ?O la colocaci¨®n y formaci¨®n de las columnas militares, pero tambi¨¦n de las locales fruto de la iniciativa popular sin apoyo de partido alguno? ?O las cartograf¨ªas con todas las entidades bancarias de la Ciudad Condal? "Una buena parte es informaci¨®n in¨¦dita, como la que sacamos de los bajos de la casa de Carmen Negr¨ªn, la nieta del ministro y presidente del Gobierno republicano que vive en Francia y guarda sus papeles; o del archivo de Josep Bertran y Musitu [que fue carlista y esp¨ªa de primera hora franquista], o de patearse las sedes que los partidos pol¨ªticos ten¨ªan en los barrios de la ciudad o de incorporar todo dato obtenido de libros de memorias o la documentaci¨®n de los hospitales", enumera el catedr¨¢tico de Historia Antoni Segura, quien junto al ide¨®logo del libro, su colega Joan Villarroya, y la labor del cart¨®grafo V¨ªctor Hurtado han comandado las casi quinientas p¨¢ginas del volumen.
Es otra manera de ver la Guerra Civil. "A?adimos m¨¢s rigor o ponemos en cuarentena muchas de las afirmaciones hechas; aqu¨ª solo presentamos datos en unos momentos en que se revisa este conflicto en base a planteamientos exclusivamente ideol¨®gicos; en nuestro caso solo hay trabajo sobre el terreno y un buen vaciado del Archivo de Salamanca", lanza Segura. En total, se han consultado 20 archivos (uno de Noruega, cuatro de Italia y uno de Francia), 8 bibliotecas (una holandesa) y hay 88 libros referenciados.
Esta Guerra Civil, a vista de p¨¢jaro y gr¨¢ficos, es otra. Barcelona amanece golpista y solo hacia la tarde-noche los enfrentamientos armados cambian de signo. El 19 de julio hubo combates a¨¦reos: sorprende reseguir la ruta de los hidroaviones del general Goded, que acaban marchando antes de recibir la orden de su jefe de bombardear el aer¨®dromo de El Prat. La ubicaci¨®n de las temibles checas constata que la mayor¨ªa eran de la CNT-FAI, que ERC ten¨ªa dos y UGT una, en la pudiente Bonanova; tras los Fets de Maig, una decena desaparecieron y las restantes quedaron bajo el control del Servicio de Inteligencia Militar (SIM).
Los mapas no son mudos. En la batalla del Ebro (cargada de la detallad¨ªsima informaci¨®n de Bertran y Musitu), la contraofensiva fascista desvela la existencia de ocho aer¨®dromos alemanes y tres de italianos; el que recoge la barbaridad de barcos hundidos frente a las costas catalanas por nacionalidades y tipolog¨ªa del atacante muestra que la mayor¨ªa de las naves afectadas son mercantes, hundidas m¨¢s por aviones que por barcos enemigos; los nav¨ªos de bandera inglesa fueron las v¨ªctimas m¨¢s numerosas. Entre las tristes haza?as, las seis grandes operaciones del buque franquista Canarias en 1936 y su cacareada proeza del combate y captura de los buques republicanos Jaime II y del J. J. Sister en la misma operaci¨®n del 17 de septiembre de 1937. O la incomprensible conducta de una escuadrilla a¨¦rea republicana en el cielo del frente de Arag¨®n del 24 de diciembre de 1939 y que cost¨® (qu¨¦ menos) la destituci¨®n del jefe de la misma.
Todas las barricadas y su ubicaci¨®n en los Fets de Maig en Barcelona en 1937, la arter¨ªa de los italianos del Eugenio di Savoi que, camuflado de negro como su tripulaci¨®n, ca?one¨® de noche Barcelona avisando de qu¨¦ palo ir¨ªa la guerra (13-15 de febrero de 1937); la sospechosa mala punter¨ªa de la aviaci¨®n franquista a lo largo de todo el conflicto, la situaci¨®n de las 11 bibliotecas m¨®viles para los soldados que la Generalitat dispuso en el frente de Arag¨®n o el sinf¨ªn de oferta l¨²dica que a¨²n se empe?aba en ofrecer Barcelona en esos a?os de plomo y sangre (m¨¢s cines y mejor distribuidos; ?tres plazas de toros y dos circos en 1938!) son parte de una cartograf¨ªa que no tiene parang¨®n en el resto de Espa?a, "pero que ser¨ªa un modelo exportable", afirma el historiador. Hay muchos m¨¢s mapas, claro, como los de las ¨²ltimas horas de la defensa de Barcelona, quiz¨¢ los m¨¢s tristes: el gran n¨²mero de deserciones que dejaron ya a las 10 de la noche del 25 de enero de 1939 desprotegidos el Banco de Espa?a, el edificio de Telef¨®nica y las prisiones o el de los intentos tragic¨®micos de poner barricadas en la carretera de Sants y en la plaza de la Bonanova por parte de los j¨®venes comunistas del JSU entre las 4 y las 8 de la ma?ana de un fr¨ªo 26 de enero. Una buena ¨²ltima cartograf¨ªa de la esperanza.
Atles de la Guerra Civil a Catalunya. V¨ªctor Hurtado, Antoni Segura y Joan Villarroya. Dau, Centre d'Estudis Hist¨°rics Internacionals-Pavell¨® de la Rep¨²blica y Universitat de Barcelona. 508 p¨¢ginas. 79 euros.
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