No son unas primarias

La cita del pr¨®ximo a?o no deber¨ªa plantearse en ning¨²n caso como un plebiscito de la gesti¨®n nacional. No deber¨ªan ser unas primarias en medio de las generales. Es evidente que el PP tratar¨¢ de introducir debates de ¨¢mbito nacional, como la reforma laboral o las pensiones, pero yo espero que de verdad sean unas elecciones municipales, en las que hay en juego cuestiones de enorme inter¨¦s para los ciudadanos.

Es en ese marco donde, como alcalde y candidato a la reelecci¨®n, pretendo que los electores examinen y eval¨²en la gesti¨®n de mi mandato y presentar propuestas para salir m¨¢s r¨¢pido y mejor de la crisis. Mi obligaci¨®n es defender a los zaragozanos por encima de todo, al igual que estoy convencido que el presidente del Gobierno va a defender los intereses del conjunto de los espa?oles.

De los estudios demosc¨®picos que se conocen parece que la situaci¨®n pol¨ªtica nacional puede influir en las elecciones auton¨®micas y municipales. No obstante, eso en cierta manera siempre ha ocurrido, aunque tambi¨¦n se han producido resultados electorales diferenciados en los distintos ¨¢mbitos territoriales. Y en todo caso, los responsables politicos de los resultados de las elecciones municipales y auton¨®micas seremos los presidentes y alcaldes que nos presentemos.

En una crisis como la actual, en las elecciones los ciudadanos no van a votar solo por lo que se ha hecho, sino por la capacidad de garantizar y dar seguridad a nuestros vecinos para adoptar las medidas que la crisis requiere. En este contexto, las ciudades se convierten en espacios para la integraci¨®n y la cohesi¨®n social, pero tambi¨¦n en entornos capaces de atraer y generar iniciativas empresariales y favorecer el empleo.

Mi deber es ejercer de alcalde en todo momento y no hacer campa?a hasta que empiece el periodo que la ley establece. Lo ¨²ltimo que mis vecinos necesitan es un largo periodo de exhibicionismo partidista y frivolidades de los dirigentes pol¨ªticos. Aspiro a culminar el proyecto de ciudad con el que fui elegido en 2003. Estoy convencido de que Zaragoza —que acaba de superar los 700.000 habitantes— ha comenzado un proceso de modernizaci¨®n y progreso sin marcha atr¨¢s.

Juan Alberto Belloch es alcalde de Zaragoza.