Los hombres se suicidan, las mujeres lo intentan
Las muertes voluntarias masculinas triplican las femeninas - La desproporci¨®n se atribuye a factores gen¨¦ticos y biol¨®gicos - En 2008 hubo m¨¢s fallecidos por esta causa que por el tr¨¢fico
En el mundo se suicidan cada d¨ªa unas 2.700 personas y lo intentan otras 54.000. Al menos esas son las estimaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), a partir de las cifras oficiales recogidas en los cinco continentes y que no incluyen ?frica ni algunos pa¨ªses asi¨¢ticos. Lo que nadie discute es que el suicidio es la primera causa de muerte violenta y que esas cifras superan a la suma de las v¨ªctimas mortales de todas las guerras y los homicidios que se producen en el planeta. Se trata de un fen¨®meno que aumenta a?o tras a?o y ese motivo ha llevado a la OMS a estimar que en 2020 habr¨¢ aumentado un 50% el n¨²mero de personas que se quitan la vida.
En el caso de Espa?a, los ¨²ltimos datos oficiales revelan que en 2008 hubo 3.457 suicidios, una cifra que por primera vez supera a los fallecidos en accidente de tr¨¢fico (3.021). Eso significa una media de nueve suicidios diarios. Llama la atenci¨®n que de ese total, el 77,4% fueron hombres (2.676), frente a 781 mujeres.
El Instituto Nacional de Estad¨ªstica constata que esa proporci¨®n de tres a uno es id¨¦ntica en todas las provincias y comunidades, y muy similar a la de la Uni¨®n Europea y a la de la inmensa mayor¨ªa de los pa¨ªses del mundo. Otra cosa es la tasa de suicidios, que en Espa?a se sit¨²a en 7,58 por 100.000 habitantes, muy por debajo de la media europea. Entre los 10 pa¨ªses con mayor ¨ªndice de suicidio en el planeta, cinco son miembros de la Uni¨®n Europea (Lituania, Hungr¨ªa, Eslovenia, B¨¦lgica y Finlandia).
?Por qu¨¦ se suicidan tanto los hombres? No es una pregunta de respuesta r¨¢pida. Los especialistas llevan a?os conviviendo con esa realidad, pero existen pocos estudios rigurosos para responderla. "Es verdad que los hombres se suicidan tres veces m¨¢s que las mujeres, en Espa?a y en Europa, pero tambi¨¦n se sabe que las mujeres intentan quitarse la vida tres veces m¨¢s que los hombres porque viven con una presi¨®n tres veces superior", explica la psiquiatra Carmen Tejedor, una de las voces m¨¢s autorizadas de Espa?a para hablar del espinoso y complejo tema del suicidio. En 2005, Tejedor fue la impulsora del primer plan de prevenci¨®n del suicidio que se aplic¨® en Espa?a. Fue en el hospital Sant Pau de Barcelona y cinco a?os despu¨¦s ha logrado reducir las muertes en un 20%.
"La gran desproporci¨®n entre hombres y mujeres suicidas se debe a factores gen¨¦ticos y biol¨®gicos. La testosterona les ha convertido hist¨®ricamente en cazadores, les hace m¨¢s impulsivos y m¨¢s resolutivos", explica Tejedor. A eso se unen factores socioculturales e incluso morales. "El suicidio masculino est¨¢ visto como una cuesti¨®n de honor, lo que no ocurre con las mujeres. Su muerte se acepta menos y se tiende a pensar que si se quita la vida es porque es una mala madre. El suicidio femenino supone el reconocimiento de que la tribu no la ha protegido", razona la psiquiatra. La excepci¨®n a esa norma de tres suicidios masculinos por uno femenino es China, donde las mujeres se suicidan el doble que los varones. Tejedor lo atribuye al rol social que tiene la mujer en aquel pa¨ªs.
"Los varones eligen un m¨¦todo mucho m¨¢s mort¨ªfero y resolutivo", apunta Javier Jim¨¦nez, psic¨®logo cl¨ªnico y presidente de la Asociaci¨®n de Investigaci¨®n, Prevenci¨®n e Intervenci¨®n del Suicidio. Los datos oficiales revelan que la mitad de los suicidas en Espa?a (1.723 de 3.457) emplearon el ahorcamiento o la estrangulaci¨®n. De ellos 1.426 fueron hombres y 247 mujeres. El segundo m¨¦todo m¨¢s empleado fue saltar al vac¨ªo desde un lugar elevado (705 casos) y con armas de fuego se quitaron la vida 194, de las que 186 fueron hombres.
"Que no se diga que ellas mueren menos porque solo quieren llamar la atenci¨®n. No es verdad. Se quieren suicidar, pero no lo logran", dice el psic¨®logo Jim¨¦nez. M¨¢s contundente se muestra su colega. "Una persona no se juega la vida en el intento solo por notoriedad. Esa explicaci¨®n del finalismo hist¨¦rico para explicar el suicidio es no entender nada. Hablar de teatro en esos casos me parece, cuando menos, s¨¢dico, porque lo que es en realidad es una ruleta rusa", asegura Tejedor.
Esta psiquiatra ha tratado a centenares de personas con tendencias suicidas durante su carrera profesional y tambi¨¦n ha asistido al entierro de muchos de ellos. "Son personas profundamente desgraciadas porque su ¨²nico pensamiento esencial es la muerte. Las ganas que tienen de morirse son inversamente proporcionales a la felicidad que sienten". Por eso, a?ade, cuando esos pacientes acuden a su consulta y los encuentra animados, Tejedor constata que tienen muchas ganas de seguir viviendo.
Otra forma de suicidio en ambos sexos es el envenenamiento autointencionado por medicamentos o drogas (217 en el caso de los hombres y 137 en las mujeres). "Los f¨¢rmacos son un gran avance para la humanidad, pero pueden resultar mort¨ªferos mezclados con unos cubatas. Los venenos caseros est¨¢n m¨¢s al alcance de las mujeres", razona Tejedor.
"El suicidio es una p¨¦rdida in¨²til. Es el reconocimiento del fracaso de toda la sociedad, del sistema m¨¦dico, laboral, del entorno familiar. Da mucha verg¨¹enza hablar de ¨¦l porque siempre queda la sensaci¨®n de que se pod¨ªa haber hecho algo m¨¢s para evitarlo", explica Miquel Or¨®s, un m¨¦dico forense con 25 a?os de experiencia que durante m¨¢s de una d¨¦cada form¨® parte de un grupo de facultativos del hospital de Bellvitge dedicado al estudio bioqu¨ªmico de las patolog¨ªas cerebrales. Ha tratado a centenares de pacientes y sostiene que la principal causa que lleva al suicidio es la depresi¨®n, la soledad y la falta de comunicaci¨®n en la que est¨¢n sumidas miles de personas.
"Suicidarse no es f¨¢cil. Para quitarse la vida hay que tener una gran capacidad de razonamiento", asegura Miquel Or¨®s. La doctora Carmen Tejedor tambi¨¦n transmite un respeto por esas personas, muy alejado del t¨®pico social, que los considera cobardes. "Los suicidas son personas tremendamente desgraciadas y el suicido es la muerte m¨¢s desoladora que existe, much¨ªsimo m¨¢s que un c¨¢ncer terminal", concluye.
En el caso de los hombres, a?ade Or¨®s, la alta proporci¨®n de suicidios tambi¨¦n tiene que ver con que son m¨¢s introvertidos. "A nosotros nos cuesta mucho comunicarnos. Muy pocos hombres admiten que se encuentran mal y que necesitan ayuda". En este sentido, Jim¨¦nez recuerda que m¨¢s del 90% de sus pacientes son mujeres. "Cuando sufren una depresi¨®n ellas son m¨¢s conscientes y no ven al psic¨®logo o al psiquiatra como un extra?o. Los problemas hay que descargarlos de manera constructiva. Si no, explotan y las consecuencias pueden ser tremendas".
El tema del suicidio sigue yendo aparejado todav¨ªa a prejuicios sociales, ¨¦ticos y morales. Es un tema del que no se habla con normalidad y provoca mucho pudor, hasta el punto que algunas religiones a¨²n lo consideran pecado. En Espa?a, por ejemplo, hasta 1983 la Iglesia cat¨®lica priv¨® del rito funerario y de la sepultura eclesi¨¢stica a los suicidas, que ten¨ªan un enterramiento diferenciado. "?Por qu¨¦ causa tanto rechazo el tema del suicidio?", se pregunta Tejedor. "Porque es un fen¨®meno desconocido. Se trata de un acto voluntario en el que siempre se tiende a buscar un culpable: el jefe de France T¨¦l¨¦com, la familia, la mujer, el marido, los hijos que les han abandonado. Siempre se hace un juicio paralelo y se acaba escondiendo esa muerte". "No hay nada peor para un padre que el suicidio de un hijo", explica Or¨®s, quien no puede dejar de evocar el caso de una paciente que se acab¨® quitando la vida despu¨¦s de tres a?os de tratamiento. El desencadenante fue la absoluci¨®n de su vecino, denunciado por violaci¨®n. "Es un claro ejemplo del fracaso de todo el sistema", a?ade. "Por eso se reh¨²ye siempre el tema", dice.
Uno de cada cuatro suicidios que se producen en el mundo lo protagonizan menores de 25 a?os. "Me cuesta mucho m¨¢s entender que un chaval de 15 a?os se quite la vida por un desenga?o amoroso que no un anciano que vive solo", explica Jim¨¦nez, aunque la doctora Tejedor recuerda que "las tormentas emocionales en la adolescencia son mucho peores que las de la vejez porque, adem¨¢s, existe mayor consumo de sustancias t¨®xicas". Lo que rechaza de plano la psiquiatra es ese manto de silencio de los medios con el tema. "Nadie se cree eso del efecto llamada. Decir que no se habla para no provocar m¨¢s v¨ªctimas no tiene sentido", asegura.
La tasa de suicidios se va incrementando con la edad. En los hombres de entre 15 a 19 a?os es de 2,55 por cada 100.000 habitantes; de 20 a 24 a?os asciende a 7,8 y entre los 90 y los 94 a?os, la tasa es superior a 47 muertes. Lo que s¨ª es com¨²n en ambos sexos es que la mayor proporci¨®n tienen entre 40 y 45 a?os. ?Por qu¨¦? Javier Jim¨¦nez afirma que "no se puede generalizar, no existe una ¨²nica raz¨®n. Es un simplismo decir que el hombre se suicida porque ella es una v¨ªbora que le ha dejado sin piso y sin ver a los ni?os. Igual que decir que la mujer se quita la vida porque ¨¦l la maltrata. Nunca existe un ¨²nico motivo". Lo decisivo, en su opini¨®n, es el car¨¢cter, la actitud ante la vida y, sobre todo, el entorno. "Si te quedas en paro, pero tienes un colch¨®n profesional, amigos y familia, no te matas".
Las cinco causas
Cinco son las causas que pueden empujar a una persona al suicidio, explica la psiquiatra Carmen Tejedor. La m¨¢s frecuente es sufrir un trastorno mental por depresi¨®n, esquizofrenia o adicci¨®n a las drogas. Le sigue el tener pensamientos suicidas o haberlo intentado, y el tercer motivo es padecer una enfermedad dolorosa o cr¨®nica.
Sufrir las consecuencias de un acontecimiento personal duro de digerir, como la muerte de una familiar o la ruptura matrimonial, tambi¨¦n llevan al suicidio. Finalmente, el aislamiento social y la falta de arraigo es otra causa desencadenante. "Y eso puede estar motivado por ser inmigrante, o gay, o anciano que vive en una sexta planta sin ascensor", explica Tejedor, que se muestra esc¨¦ptica con las estad¨ªsticas oficiales. "Cre¨¦rselas forma parte de la ingenuidad humana". Y se explica. "Si en Madrid hay muy pocos suicidas es porque no los registran, pero, por ejemplo, en Palencia, que son tres y el de la gorra, no se pueden esconder".
Efectivamente, para el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) solo constan 178 suicidios en 2008 en la Comunidad de Madrid, por detr¨¢s de Galicia o Canarias, con mucha menos poblaci¨®n. La lista la lidera Andaluc¨ªa, con 813 suicidas, seguida de Catalu?a, con 424.
Todo eso plantea la cuesti¨®n pol¨¦mica del suicidio encubierto y de la tendencia de los poderes p¨²blicos a ocultarlo. El psic¨®logo Javier Jim¨¦nez afirma que "hay muchos suicidios que pasan por accidentes". Como ocurre en todos los ¨¢mbitos, depende de c¨®mo y qui¨¦n contabilice. Para el INE, por ejemplo, en Extremadura hubo 78 suicidios en 2008. Segun el Instituto de Medicina Legal de aquella comunidad fueron 96.
Perfil del suicida en Espa?a
- Hombre y espa?ol. El 77,4% de las personas que se quitan la vida (2.676) son de sexo masculino y el 80% del total son de nacionalidad espa?ola. Los suicidas extranjeros en 2008 fueron 291.
- Entre 35 y 55 a?os. En esa amplia franja de edad se concentra m¨¢s de la tercera parte de los suicidas (1.233), tanto en hombres como en mujeres. El subgrupo m¨¢s numeroso oscila entre los 40 y los 45 a?os (341 personas).
- A m¨¢s edad, m¨¢s tasa. La tasa de suicidios por 100.000 habitantes entre los varones aumenta con la edad, cosa que no ocurre con las mujeres. Entre los 25 y los 29 a?os es de 9,1, de los 65 y los 69 se sit¨²a en 18,4 y entre los 90 y los 94 a?os la tasa es de 47,6.
- Estrangulado o ahorcado. Es, con mucha diferencia, el m¨¦todo m¨¢s empleado por el conjunto de los suicidas (1.723). Le sigue el salto al vac¨ªo desde un lugar elevado (705). Las mujeres optan m¨¢s por esta segunda forma (254), frente a la primera (247), as¨ª el como el envenenamiento con cualquier sustancia (137).
- Disparo con armas de fuego. Es una forma de suicidio abrumadoramente masculina. La emplearon 186 hombres frente a solo ocho mujeres.
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