Drogadictos
La tragedia a veces impone una calma desolada desde la que apreciar las verdades. Como un vaso que al romperse permitiera ver la belleza, la utilidad y el valor de ese vaso, hasta entonces manejado sin ning¨²n mimo. Sucede con las personas reales y la televisi¨®n. La televisi¨®n, urgida a tratar a las personas como meros personajes, solo repara en su fragilidad humana cuando ya se han roto. La tragedia que rodea la agresi¨®n al profesor Jes¨²s Neira ha tenido todos los ingredientes de un goloso espect¨¢culo. Sucedi¨® ante las c¨¢maras de vigilancia de un hotel, provoc¨® el histerismo social, puso en marcha el negocio medi¨¢tico, dispar¨® la lujuria pol¨ªtica por fabricar h¨¦roes y floreros y evidenci¨® el h¨¢bito de juzgar a mazazos del telediario. Finalmente, tiene a un protagonista muerto y al otro en estado grav¨ªsimo. Doloroso bot¨ªn para tanta fiesta.
La hermana de Antonio Puerta llam¨® la noche del s¨¢bado a La noria para tratar de aguar la queimada. Dejen de lucrarse, de comerciar con el dolor, rog¨®. Y fue capaz, pese a la tristeza, de hacer p¨²blica una petici¨®n bien inc¨®moda a los medios: ustedes que podr¨ªan ayudar a mejorar la sociedad, a hacerla m¨¢s vivible, por qu¨¦ se empe?an en pervertirla a¨²n m¨¢s. Hubo una fracci¨®n de segundo de amargura, pero el espect¨¢culo se impone, hay que seguir, la televisi¨®n quiere ser ventana transparente de la sociedad, si hay crueldad damos crueldad, si hay miseria damos miseria, pero se empe?a en ignorar que es una lupa, que todo lo agranda, que todo lo hace absoluto y que al elegir d¨®nde posa su mirada crea monstruos donde solo hay sombras. La televisi¨®n es un anabolizante de la realidad, hiperdesarrolla alguno de sus m¨²sculos, los que m¨¢s convienen al negocio.
Los responsables del programa trataron de combatir los rasgu?os que el sentido com¨²n de Isabel Puerta, su sensibilidad y su decencia, pudiera causarle al prime time. Desvelaron que el hermano fallecido estaba negociando un contrato bien pagado para acudir al programa. Pero ella devolvi¨® el golpe: mi hermano era un drogadicto, necesitaba el dinero. Tranquila, Isabel, en esta historia muchos se han comportado como drogadictos, esclavos de su dosis. Todo se rompe por su extremo m¨¢s d¨¦bil.
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