El plan contra la trata choca con el silencio de las mujeres
La Polic¨ªa detecta a 500 esclavizadas en la prostituci¨®n en cuatro meses, una de cada ocho localizadas en redadas - Solo 96 proxenetas acusados de 700 detenidos
En bares de carretera, en pisos privados y en la v¨ªa p¨²blica. En Espa?a tambi¨¦n existen esclavas sexuales. Las autoridades detectaron entre enero y abril a casi 500 mujeres obligadas a prostituirse. Los datos del balance de los cuatro primeros meses del a?o sobre trata de seres humanos con fines de explotaci¨®n sexual en Espa?a a los que ha tenido acceso EL PA?S muestran que en ese periodo hubo 509 inspecciones en las que se identific¨® a 3.910 "v¨ªctimas potenciales". Sin embargo, de ellas solo una de cada ocho (493) fueron consideradas despu¨¦s v¨ªctimas de explotaci¨®n sexual o trata por las autoridades. Y de estas solo una peque?a parte denuncia a sus explotadores.
Polic¨ªa y Guardia Civil califican como v¨ªctima de trata o explotaci¨®n sexual a las mujeres que lo denuncian, pero tambi¨¦n a las que, aunque no lo hagan, presentan signos de haber sido obligadas a prostituirse. La mayor¨ªa de las mujeres detectadas eran rumanas, brasile?as y paraguayas.
La ONU cree que el miedo a las mafias explica la resistencia a denunciar
Tras una operaci¨®n policial con 350 mujeres, solo una reclam¨® protecci¨®n
Los datos muestran que las inspecciones y la identificaci¨®n de las v¨ªctimas aumenta cada mes. En 2009, primer a?o del Plan Integral de Lucha contra la Trata, al menos 1.300 mujeres fueron obligadas a prostituirse en todo el pa¨ªs, seg¨²n datos de Igualdad e Interior. Ese a?o -en el que se localiz¨® a m¨¢s de 6.000 "v¨ªctimas potenciales"- hubo 726 detenidos. Sin embargo, la Fiscal¨ªa acus¨® a 96 personas por delitos de explotaci¨®n sexual -en 2008 fueron 56 los acusados por este delito-.
Un desequilibrio que, seg¨²n Joaqu¨ªn S¨¢nchez-Covisa, fiscal de sala del Tribunal Supremo y coordinador de Extranjer¨ªa, se explica por varios motivos: "No siempre hay una sucesi¨®n cronol¨®gica en la fecha de la detenci¨®n y la de la acusaci¨®n. Un detenido puede ser acusado meses despu¨¦s", dice. "Adem¨¢s, la dificultad de que prosperen los casos es grande, muchas veces porque las propias v¨ªctimas no colaboran en su desarrollo porque tienen miedo", afirma.
Hay otros motivos. No todos los detenidos en las redadas contra la trata y la explotaci¨®n sexual resultan despu¨¦s acusados por estos delitos. Tambi¨¦n puede haber integrantes de las mafias dedicadas a ellos que se ocupen de la falsificaci¨®n de documentos o de la entrada irregular en el pa¨ªs, por ejemplo. Pero a pesar de esto, la oscilaci¨®n de cifras sigue siendo grande.
Y es que una de las pruebas fundamentales, puntualiza S¨¢nchez-Covisa, es el testimonio de las v¨ªctimas. Y de las mujeres finalmente identificadas por las autoridades como v¨ªctimas de explotaci¨®n sexual o trata, son pocas las que deciden -o pueden- solicitar medidas de protecci¨®n para colaborar en los casos. Un ejemplo: de la macrorredada contra la prostituci¨®n de lujo en Madrid del pasado julio, en la que se localiz¨® a 350 mujeres explotadas, solo una se acogi¨® a los medios de protecci¨®n establecidos.
"Una vez que ha terminado todo, muy pocas quieren colaborar. Muchas desaparecen tras la redada y si no est¨¢n en situaci¨®n irregular en Espa?a no se las puede detener. No tienen obligaci¨®n de nada", aclara una fuente del Gobierno experta en estos temas. Solo el 20% de las v¨ªctimas localizadas entre enero y abril estaba en Espa?a de manera irregular.
Ese p¨¢nico de las mujeres hacia sus verdugos y las mafias no se da solo en Espa?a. La ONU, en un extenso informe sobre la trata de seres humanos con fines de explotaci¨®n sexual, aseguraba hace unos meses que solo el 1% de las v¨ªctimas colabora en los casos.
Precisamente para ayudar a las damnificadas, darles mayor seguridad y fomentar que declaren, el Gobierno cambi¨® la Ley de Extranjer¨ªa para dar a las v¨ªctimas de trata o explotaci¨®n un periodo de al menos 30 d¨ªas de reflexi¨®n para decidir si quieren presentar testimonio contra sus verdugos. Sin embargo, a¨²n no hay datos de cu¨¢ntas han empleado esta medida, en vigor desde el 1 de enero.
La ONG Women's Link Worldwide, sin embargo, asegura que son pocas. Creen que el periodo de reflexi¨®n apenas se aplica. "A muchas de las mujeres que se localiza en las redadas ni siquiera se les ofrece", dice Cristina S¨¢nchez Vel¨¢zquez, asistente de programas de esa ONG. Una opini¨®n que comparte Marta Gonz¨¢lez, coordinadora de la ONG de atenci¨®n a v¨ªctimas Proyecto Esperanza. "A veces es tan sencillo como llevar a la mujer a un lugar seguro, darle de comer y que descanse. Y despu¨¦s podr¨¢ plantearse si denuncia o no. Y esto no siempre se hace. Necesitan tranquilidad y apoyo para colaborar", dice. Gonz¨¢lez critica, adem¨¢s, que el proceso de identificaci¨®n de las mujeres v¨ªctimas est¨¢ fallando, que es subjetivo y que son muchas m¨¢s que las que las autoridades dicen.
"Ahora, por ejemplo, si una de las v¨ªctimas detectadas es rumana no se la puede considerar v¨ªctima de trata, aunque lo sea, sino de explotaci¨®n sexual. Con la ley actual, las ciudadanas comunitarias o espa?olas no pueden ser v¨ªctimas de ese delito", ejemplifica S¨¢nchez-Covisa. Algo que terminar¨¢ con la nueva ley de trata, que entra en vigor en diciembre.
El estatus de las ciudadanas comunitarias es, seg¨²n el Gobierno, uno de los motivos por los que las mafias prefieren traer a Espa?a a ciudadanas rumanas o b¨²lgaras, por ejemplo. De hecho, ese es el perfil de la mayor¨ªa de las v¨ªctimas de explotaci¨®n sexual, el de una mujer rumana de entre 23 y 32 a?os que ejerce la prostituci¨®n en clubes de alterne. El 52% de las v¨ªctimas de explotaci¨®n sexual localizadas entre enero y abril cumpl¨ªa ese patr¨®n.
En los cuatro primeros meses del a?o, la polic¨ªa y la Guardia Civil detuvieron a 105 personas por delitos de trata y explotaci¨®n sexual. Fueron sobre todo espa?oles, brasile?os y rumanos. La mayor¨ªa eran hombres, aunque el 38,1% eran mujeres. El balance explica que las autoridades detectaron a 23 grupos criminales y 40 asociaciones de delincuentes sin estructura organizativa. Al igual que en 2009, los clubes de alterne aglutinaron la mayor¨ªa de las inspecciones. El 55,4% fueron en ciudades. Andaluc¨ªa, Castilla y Le¨®n, Extremadura y la Comunidad Valenciana fueron las regiones con m¨¢s inspecciones.
La UE urge a apoyar a las v¨ªctimas
Poca asistencia a las v¨ªctimas de la trata y un n¨²mero "reducido" de permisos de residencia para las damnificadas. Un panorama deficiente que ayer, d¨ªa europeo de lucha contra la trata, critic¨® la comisaria comunitaria de Interior, Cecilia Malmstr?m. Una directiva europea de 2004 prev¨¦ que a cambio de cooperar con las autoridades, los ciudadanos de fuera de la UE que han sido v¨ªctimas de estos delitos puedan conseguir permisos temporales de residencia. Sin embargo, seg¨²n Malmstr?m, aunque el n¨²mero anual de v¨ªctimas identificadas en algunos Estados miembros va de varios cientos hasta 2.000, la cifra de permisos de residencia concedidos por esa directiva raramente supera la veintena anual.
En Espa?a, no hay datos de a cu¨¢ntas personas se les ha concedido este permiso especial de residencia, pero las ONG especializadas aseguran que a muy pocas. Algo que, recuerdan, es fundamental para que las v¨ªctimas venzan sus temores y reticencias a colaborar con las autoridades. "La asistencia a las v¨ªctimas implica no solo prestarles ayuda, sino evitar que las mismas redes traten con otros seres humanos. Las v¨ªctimas de trata no est¨¢n siempre dispuestas a cooperar con las fuerzas policiales, lo que hace dif¨ªcil la identificaci¨®n de los delincuentes. As¨ª, son varias las razones que aconsejan hacer un uso exhaustivo de los instrumentos existentes en materia de protecci¨®n de las v¨ªctimas", dijo la comisaria de Interior en un comunicado.
El pasado mes de marzo, Bruselas present¨® una propuesta para mejorar la asistencia a las v¨ªctimas en la que inclu¨ªa la posibilidad de conceder un permiso de residencia temporal a las v¨ªctimas que se encuentren en una situaci¨®n vulnerable, sin que sea necesaria la cooperaci¨®n con las autoridades.
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