El disfraz del socialismo valenciano
Con faldas y a lo loco es el t¨ªtulo en castellano de una de las obras maestras del director de cine Billy Wilder. La trama es conocida. Dos m¨²sicos se ven obligados a huir por diversas circunstancias y tratan de pasar desapercibidos, disimulando su personalidad para alcanzar sus objetivos: conquistar a una mujer y no ser conquistado por un millonario.
?Y por qu¨¦ esta sinopsis? se preguntar¨¢ el lector de estas palabras. Porque podemos establecer, a?adiendo cierta dosis de humor, una similitud con el papel jugado por dos diputados socialistas, el Sr. Luna y la Sra. Tirado, a prop¨®sito del trabajo que realizan las ONG de la Comunidad Valenciana. Ambos se han visto impelidos a travestirse pol¨ªticamente tras ser part¨ªcipes, el primero en la reforma de su casa que pag¨® un empresario sin solicitar ni tan siquiera licencia de obras. Tras adjudicarle al susodicho empresario contratos por valor de 1.200 millones de pesetas durante su etapa como alcalde, entr¨® en su n¨®mina con sueldo de directivo de alto standing, coche de lujo y al parecer con una reforma valorada en varios millones de pesetas. Y la segunda, por presentar una denuncia que, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, est¨¢ destinada al archivo por falta de pruebas.
Luna y Tirado son los art¨ªfices de un embrollo que no soportar¨¢ el contraste con la realidad
A pesar de estos antecedentes, tienen que entrar en la farsa porque las circunstancias les obligan a tratar de tapar sus verg¨¹enzas y las de su grupo pol¨ªtico. El PSOE tiene en su haber el mayor desastre social jam¨¢s conocido en la democracia espa?ola, como son casi cinco millones de parados y m¨¢s de 1,3 millones de hogares sin ingresos porque todos sus miembros se encuentran en el paro. Sus luchas internas les han situado en el abismo de unas primarias en las que los propios militantes acusan a la direcci¨®n de un pucherazo y, para mayor inri, la n¨²mero tres del PSOE, la se?ora Leire Paj¨ªn, ha dado su visto bueno al mayor caso de transfuguismo (Benidorm), por el simple hecho de que un familiar, su madre, se encuentra entre los tr¨¢nsfugas.
Sobre estas bases, la puntilla les lleg¨® el mismo 9 d'Octubre, con varias encuestas en las que quedan a una distancia estratosf¨¦rica del PP en la intenci¨®n de voto de los ciudadanos valencianos. No les quedaba m¨¢s apuesta que el disfraz para salir del atolladero. Un disfraz que les est¨¢ generando m¨¢s problemas de los esperados: Joe y Jerry en el filme tuvieron que inventar argumentos que tapasen su realidad. Luna y Tirado est¨¢n envueltos en una ficci¨®n semejante. Pero al final se acabar¨¢ por descubrir sus verdaderas personalidades y sus objetivos.
Porque solo quienes han sido espectadores del enredo conocen qu¨¦ hay detr¨¢s del disfraz. Quienes han sido espectadores, y los dos aludidos: art¨ªfices de un embrollo que no soportar¨¢ el contraste con la realidad.
En este remake cin¨¦filo hay m¨¢s personajes, aunque todos ellos secundarios: los viajeros de un tren en el que se desarrolla la trama, y que se sienten persuadidos por el estelar papel de dos personajes envueltos en una situaci¨®n que si no fuera por la perfecta direcci¨®n de Billy Wilder ser¨ªa una obra rayana en el rid¨ªculo. Algunos de estos viajeros puede identificarlos el lector con total claridad en el papel que desarrollan ciertos miembros de la bancada de la oposici¨®n en las Cortes Valencianas.
Pero como ocurre en la pel¨ªcula, todo acaba cuando se descubre a los verdaderos personajes que se esconden tras el disfraz, porque al final la verdad pone a cada uno en su sitio. Si en el filme cada una de las disparatadas escenas supera a la anterior, no es menos cierto que en este caso la trama urdida por los socialistas podr¨ªa superar al gui¨®n de la pel¨ªcula. Pero lo m¨¢s doloroso es el da?o ocasionado a la cooperaci¨®n valenciana (en la que trabajan y se esfuerzan personas extraordinarias), como excusa para conseguir fines pol¨ªticos. Aqu¨ª no cabe ninguna nota de humor, todo lo contrario. Qu¨¦ triste.
Alicia de Miguel es diputada del Partido Popular en las Cortes Valencianas.
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