Utilidad de la ficci¨®n
Si hoy me pregunto por qu¨¦ amo la literatura, la respuesta que de forma espont¨¢nea me viene a la cabeza es: porque me ayuda a vivir, "escribi¨® T. Todorov en el pr¨®logo a su libro La literatura en peligro. Y a?ad¨ªa luego: "La literatura, m¨¢s densa y m¨¢s elocuente que la vida cotidiana, pero no radicalmente diferente, ampl¨ªa nuestro universo, nos invita a imaginar otras maneras de concebirlo y de organizarlo". En esa misma l¨ªnea, Alberto Manguel subraya la importancia de los relatos de ficci¨®n para una comprensi¨®n aut¨¦ntica y panor¨¢mica del mundo y de nuestra accidental existencia. Ya que vivimos en un tiempo y un espacio hist¨®rico muy limitados, la lectura de textos literarios nos abre ventanas a experiencias y mundos de otros horizontes; nos invita a entender, imaginar, y convivir otras aventuras, dramas y realidades, y as¨ª ahondar en el conocimiento de lo humano, es decir, de nosotros mismos, m¨¢s all¨¢ de nuestra casual y exigua circunstancia. El encuentro con esas ficciones estimula nuestro imaginario, educa nuestra conciencia y habla de cu¨¢n interesante y m¨²ltiple es la condici¨®n humana.
Ser buen lector no requiere ser pedante, docto, erudito, ni nada parecido. Leer bien requiere atenci¨®n, agudeza y tiempo
Sobre la utilidad vital de las ficciones escribe Manguel: "Las ficciones pueden ayudarnos, aliviarnos, iluminarnos y mostrarnos el camino. Sobre todo, pueden recordarnos nuestra condici¨®n, traspasar la apariencia superficial de las cosas... pueden alimentar nuestra conciencia... para saber qu¨¦ somos, un conocimiento esencial que nace de la confrontaci¨®n con la voz de otro. So?ar historias, contar historias, escribir historias, leer historias, son artes complementarias que otorgan palabras a nuestro sentido de la realidad...". (Tambi¨¦n Vargas Llosa, con claro estilo, ha comentado c¨®mo ese mundo ficticio de la literatura, con "la verdad de las mentiras", parad¨®jicamente, nos ofrece una verdad m¨¢s honda que la de la limitada experiencia personal). Para ilustrarlo, Manguel evoca ficciones y fantasmas familiares: Gilgam¨¦s, Casandra, Don Quijote, Kafka, y otros, que nos sugieren propuestas audaces de un mundo interesante y mejor.
Lector, autor y personajes de ficci¨®n configuran un tri¨¢ngulo esencial en ese proceso de comunicaci¨®n. En el cap¨ªtulo 'Los ladrillos de Babel' recuerda el espectacular progreso de los medios de la difusi¨®n de la escritura "desde los tiempos de las tablillas mesopot¨¢micas hasta los medios electr¨®nicos de hoy, bancos de memoria m¨¢s vastos y fiables que el cerebro humano" (abrumadora e infinitamente m¨¢s vastos). Pero a la par advierte que, tras tantos avances, "leer no es dominar un texto, y (como bien sab¨ªan los antiguos bibliotecarios de Alejandr¨ªa) la acumulaci¨®n de saber no equivale a conocimiento". Leer bien e interpretar a fondo los textos a¨²n requiere siempre tiempo, memoria e inteligencia. (Aunque sea una tarea, en efecto, bastante m¨¢s c¨®moda que en Babilonia o Alejandr¨ªa). Los impactantes avances electr¨®nicos mejoran el instrumental, pero no cambian el encuentro: la verdadera lectura sigue siendo un desaf¨ªo intelectual y un arte y una educaci¨®n sentimental. Moraleja: "Para ello (leer bien) necesitamos prescindir de las tan cacareadas virtudes de lo r¨¢pido y lo f¨¢cil y recuperar el valor positivo de ciertas cualidades casi perdidas: la profundidad de la reflexi¨®n, la lentitud del avance, la dificultad de la empresa".
En su conocido ensayo sobre La experiencia de la lectura ya C. S. Lewis insist¨ªa en que los buenos libros, los que proporcionan una ampliaci¨®n de nuestra conciencia, se diferencian de los otros en que "proponen una buena lectura", y necesitan lectores cr¨ªticos y con gusto. "El valor de la literatura se verifica cuando tiene buenos lectores". Ser buen lector no requiere ser pedante, docto, erudito, ni nada parecido. Leer bien requiere atenci¨®n, agudeza y tiempo. Y ese educado h¨¢bito es lo que ahora, con la proliferaci¨®n de publicaciones y la literatura de consumo r¨¢pido y entretenimiento f¨¢cil, parece muy amenazado. Este es el asunto central del ¨²ltimo cap¨ªtulo de Manguel: la comercializaci¨®n de la literatura, que se hace trivial y banal para el consumo de una sociedad masiva y medi¨¢tica. "Las cadenas de librer¨ªas venden el espacio de sus escaparates y mesas al mejor postor, de forma que lo que ve el p¨²blico es aquello que la editorial paga para que se vea. En consecuencia, pilas de libros que anunciados como best sellers ocupan la mayor parte del espacio f¨ªsico de la librer¨ªa y todos ellos, como las salchichas, llevan una fecha de caducidad impl¨ªcita que garantiza una producci¨®n constante". Novelas superficiales inundan el mercado, gozan de amplia publicidad bien pagada, y con lenguaje facil¨®n e intriga trepidante ofrecen saciar las ansias lectoras de un p¨²blico espeso, vasto, apresurado y un¨¢nime. La publicidad es enga?osa; la cr¨ªtica a menudo negligente. No es f¨¢cil, en mi opini¨®n, definir qu¨¦ es buena literatura; hemos de recurrir al juicio de los raros buenos lectores. A¨²n quedan; incluso entre los viajeros en metro. Como los buenos relatos, amigas voces de alerta, a contrapelo de las modas, siguen ah¨ª, incorruptibles. La ciudad de las palabras, razonado y ameno elogio de la ficci¨®n, lo demuestra.
La ciudad de las palabras. Mentiras pol¨ªticas, verdades literarias. Alberto Manguel. Traducci¨®n de C armen Criado. RBA. Barcelona, 2010. 192 p¨¢ginas. 21 euros. La experiencia de leer. . Alba / Quaderns Crema. Barcelona, 2000 / 1998. 144 p¨¢ginas. / 216 14,42 / 16 euros. La literatura en peligro / La literatura en perfil. T. todorov. Traducci¨®n de Noem¨ª Sobregu¨¦s / Isabel Margel¨ª. Galaxia Gutemberg. Barcelona 2009 / 2007. 120 / 101 p¨¢ginas 16 / 17,50 euros. Was ist gute Literatur? H. D. Gelfert. Beck Munich 2004. . . Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2009 / 2007. 120 / 101 p¨¢ginas. 16 / 17,50 euros. Was ist gute Literatur? . Beck. M¨²nich, 2004. Traducci¨®n de Carmen Criado. Un ejercicio de cr¨ªtica experimental / Un experiment de cr¨ªtica liter¨¤ria. C. S. Lewis Traducci¨®n de R. Pochtar / Jaume Vallcorba. La literatura en perill. T. Todorov Traducci¨®n de Noem¨ª Sobregu¨¦s / Isabel Margel¨ª H. D. Gelfert
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