Subidos a la cinta

En pleno barrio de Salamanca abri¨® en mayo Go!kaiten, un restaurante japon¨¦s di¨¢fano y lleno de luz. "Busc¨¢bamos un nuevo concepto. Un restaurante m¨¢s urbano, diferente, donde comer bien de una manera m¨¢s desenfadada en 20 minutos o dos horas. De ah¨ª que apost¨¢ramos por el kaiten y por este tipo de decoraci¨®n". El que habla es Luis Aniceto, el socio que lidera este proyecto. El kaiten al que se refiere es una especie de cinta transportadora que muchos tendr¨¢n en su imaginario cinematogr¨¢fico y que traslada los platos para que los comensales elijan los que prefieran.

El sushiman Michael Malabo y su ayudante preparan la comida frente a los comensales y la van colocando sobre platos de diferentes colores (cada uno tiene un precio). Sashimi, sushi niguiri, rollos hosomaki... Todo rueda, excepto los platos calientes, que hay que solicitar a los camareros. Especialmente demandados dos platos: la tempura y unos langostinos picantes. Sorprenden algunos platos de la carta, y Malabo lo sabe: "El p¨²blico que viene ha viajado bastante. Les encanta la fusi¨®n y eso me permite transgredir las normas b¨¢sicas y ofrecer cosas diferentes, como un maki de Nocilla de postre".

Eso s¨ª, falta un plato muy com¨²n de los restaurantes japoneses: el at¨²n rojo. En Go!kaiten han decidido no servirlo por razones medioambientales. Se basan en un dato de la ONG Oceana que afirma que la poblaci¨®n de este at¨²n se ha reducido a la mitad en cinco a?os; por eso, en vez de at¨²n rojo se sirve otro, conocido como "de aleta amarilla". Tampoco se puede fumar, contamina el ambiente y la comida.

Para ajustarse al p¨²blico que va al restaurante (alrededor hay muchas oficinas y comercios) hay una barra bastante amplia, as¨ª como varias mesas y una zona de reservado. El precio no se va m¨¢s all¨¢ de 30 euros y existen dos men¨²s de mediod¨ªa, as¨ª como comida para llevar.