De luz de Trento a pa¨ªs de misi¨®n
Benedicto XVI coloca a Espa?a como la pieza principal del nuevo Pontificio Consejo para la Promoci¨®n de la Nueva Evangelizaci¨®n
Secularizaci¨®n, relativismo y ate¨ªsmo son los jabal¨ªes que est¨¢n devastando la vi?a vaticana en Europa, seg¨²n la jerarqu¨ªa cat¨®lica. Para abatirlos, Benedicto XVI cre¨® el pasado 12 de octubre el Pontificio Consejo para la Promoci¨®n de la Nueva Evangelizaci¨®n. Se trata de un nuevo ministerio de la Santa Sede, con el mismo rango que las congregaciones cl¨¢sicas. Para promover la evangelizaci¨®n all¨ª donde las iglesias son de nueva creaci¨®n y los bautizados una minor¨ªa, Roma cuenta con la Congregaci¨®n para la Evangelizaci¨®n de los Pueblos. Este otro organismo se ha creado para anunciar el Evangelio en naciones de antigua cristiandad sumidas ahora en profunda crisis.
Espa?a es el pr¨®ximo fin de semana el primer escenario de ese nuevo proyecto, durante la visita del Papa a Santiago de Compostela y a Barcelona para ganar el jubileo y para convertir en Bas¨ªlica la iglesia del gran Antonio Gaud¨ª, respectivamente. La Espa?a "evangelizadora de la mitad del orbe", seg¨²n Men¨¦ndez Pelayo -"Espa?a martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma...; esa es nuestra grandeza; no tenemos otra", escribi¨® el pol¨ªgrafo santanderino en Historia de los heterodoxos espa?oles-, es hoy, seg¨²n los prelados, un erial religioso, "un pa¨ªs de misi¨®n", seg¨²n el diagn¨®stico del cardenal de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio Mar¨ªa Rouco.
La Asociaci¨®n de Te¨®logos Juan XXIII y Redes Cristianas afean que el Papa viaje como un potentado rodeado de lujos
El temor del Vaticano es que lo que califican como "fundamentalismo laicista" del Gobierno socialista se contagie al resto de Europa y en Latinoam¨¦rica. La ley que legaliz¨® el matrimonio entre personas del mismo sexo es el emblema de esas preocupaciones. Los recelos no se han apaciguado pese a las buenas relaciones que mantienen ahora la Curia y el Ejecutivo espa?ol. El incremento por el Gobierno en un 34% de la cuota que cada cat¨®lico puede destinar a su confesi¨®n en la declaraci¨®n de la renta anual es uno de los ejemplos de ese entendimiento. Tambi¨¦n han pactado parar la reforma de la Ley Org¨¢nica de Libertad Religiosa, varias veces anunciada por el PSOE.
La ofensiva para "recuperar a Espa?a" la encabeza con entusiasmo Benedicto XVI, como demuestra con este viaje. Es el segundo que hace, despu¨¦s de su visita a Valencia para clausurar, en julio de 2006, el V Encuentro Mundial de las Familias. El pr¨®ximo verano regresar¨¢, esta vez a Madrid, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. Son tres visitas en apenas seis a?os. Ning¨²n otro pa¨ªs ha merecido, ni de lejos, tanta atenci¨®n.
Pero no todo son triunfos. El inter¨¦s del Pont¨ªfice no se concreta en nombramiento de cardenales, por ejemplo. En este momento solo hay activos dos, uno en Madrid (Rouco, a punto de cumplir 75 a?os), y el de Barcelona, Llu¨ªs Mart¨ªnez i Sistach, nacido 1937. Hay otros purpurados espa?oles, pero ya est¨¢n jubilados (Carlos Amigo en Sevilla y Juli¨¢n Herranz en Roma, entre otros), o trabajan en la Curia romana, como Antonio Ca?izares (Utiel, Valencia, 1945), primado de Toledo hasta que Benedicto XVI le hizo en 2008 prefecto de la Congregaci¨®n para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Las archidi¨®cesis de Valencia, Valladolid, Oviedo, Santiago de Compostela o Burgos, entre otras, y la sede primada de Toledo esperan, algunas desde hace un siglo, que el Papa distinga a sus respectivos arzobispos con el capelo cardenalicio. En cambio, acaba de hacer cardenal al arzobispo Jos¨¦ Manuel Estepa Llaurens, que fue vicario general castrense de 1983 a 1995 y va a cumplir en enero pr¨®ximo 85 a?os de edad.
Este viaje del Papa est¨¢ sumido en otras pol¨¦micas, especialmente por las organizaciones laicas. Tambi¨¦n han alzado la voz muchos cat¨®licos, como Redes Cristianas y la Asociaci¨®n de Te¨®logos Juan XXIII. Acusan al Gobierno de comprometer el car¨¢cter aconfesional del Estado. Otras cr¨ªticas alcanzan al factor econ¨®mico. Seg¨²n Europa Laica, la visita va a costar al Estado cinco millones, a raz¨®n de 200.000 euros por hora de estancia.
Otros reparos se refieren a la propia misi¨®n del Papa, "que tiene que ir por el mundo anunciando el Evangelio", subraya el te¨®logo Jos¨¦ Mar¨ªa Castillo. Frente al fundador cristiano, que entr¨® en Jerusal¨¦n cabalgando sobre un asno, los cat¨®licos de base se fijan en la pompa de unas visitas que "llenan estadios, pero vac¨ªan iglesias". "No hay l¨ªder mundial que se presente con la pompa con que lo hace el sucesor de Pedro, o sea, el sucesor de aquel modesto pescador de Galilea. Cuando Jes¨²s mand¨® a sus ap¨®stoles a predicar el Evangelio, les prohibi¨® severamente llevar oro, plata, calderilla, alforja, dos t¨²nicas, sandalia o bast¨®n, seg¨²n escribi¨® el evangelista Mateo".
La tesis de la Asociaci¨®n de Te¨®logos Juan XXII es que, aun cuando el viaje se presenta como una visita pastoral y con car¨¢cter religioso, no puede desconocerse el car¨¢cter eminentemente pol¨ªtico del Papa al reunir en su persona la doble funci¨®n de autoridad religiosa y jefe del Estado de la Ciudad de Vaticano. "La funci¨®n de autoridad religiosa la ejerce de manera antidemocr¨¢tica, y la de jefe de Estado nos parece un contrasentido, est¨¢ en abierta oposici¨®n al Evangelio y es un contrasigno que, lejos de acercar, aleja de la fe en Jes¨²s de Nazaret", dicen.
"Creemos que este viaje tiene muy poco que ver con los viajes apost¨®licos de Pablo de Tarso, cuya finalidad era anunciar a Jesucristo liberador y la buena noticia de la liberaci¨®n, crear comunidades cristianas y fortalecer en la fe a las ya existentes, con riesgo de su vida por las amenazas de las autoridades civiles. El viaje est¨¢ programado como un fen¨®meno de masas y de aclamaci¨®n a su figura en un acto de papolatr¨ªa, sin contacto con las comunidades cristianas vivas, y menos a¨²n con los sectores m¨¢s desfavorecidos. Tiene mucho de folcl¨®rico y muy poco de expresi¨®n de fe genuina y aut¨¦ntica", concluye esta asociaci¨®n de te¨®logos.
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