Evidente agravio

La lucha por la igualdad ha sido la de hacer legal lo evidente. En Espa?a, Clara Campoamor es el paradigma de esta batalla. En 1931 consigui¨® el derecho al voto para las mujeres, hizo que nuestro pa¨ªs fuera por primera vez una democracia. Si hubiera sido hombre o inglesa o americana ya tendr¨ªamos un pu?ado de pel¨ªculas que narrase aquel debate memorable en el que frente a todo y a todos consigui¨® acelerar la historia.

Hoy, ochenta a?os despu¨¦s, una productora est¨¢ rodando su peripecia. Evidentemente quiso hacerlo en el Congreso de los Diputados. Y extra?amente el Congreso se ha negado. Poco import¨® a los diputados la envergadura pol¨ªtica del personaje y de su haza?a.

Tampoco ha servido el aval del Consejo de Ministros, condici¨®n requerida por la Mesa de la C¨¢mara para estudiar cualquier petici¨®n de rodaje en la carrera de San Jer¨®nimo. Y por si fuera poco, con su decisi¨®n han evidenciado un agravio: unos meses antes del portazo a Clara Campoamor, el hemiciclo sirvi¨® de escenario para una pel¨ªcula sobre el golpe del 23-F. Se me escapa el sutil matiz aplicado para adoptar decisiones tan asim¨¦tricas.

Al final la pel¨ªcula ver¨¢ la luz y Clara Campoamor, encarnada por una extraordinaria Elvira M¨ªnguez, defender¨¢ el sufragio en el Parlamento... de Catalu?a, que solo ha brindado facilidades donde otros pusieron barreras. Siendo verdad, parece mentira.