La marea confidencial
Si los ciudadanos prestamos atenci¨®n a las noticias que se van publicando, ac¨¢ y all¨¢, sobre informaciones confidenciales llegaremos a la conclusi¨®n de que existe una aut¨¦ntica marea de "acuerdos de no difusi¨®n o publicaci¨®n", que afectan a gobiernos, empresas, conglomerados y organismos internacionales, y que la crisis financiera y econ¨®mica, en lugar de favorecer la transparencia, est¨¢ levantando nuevos muros para dificultar el acceso a datos, documentos y an¨¢lisis que deber¨ªan ser p¨²blicos y que van quedando, cada vez m¨¢s, "secuestrados".
Esta semana, la web Intelligence Online (http://www.intelligenceonline.com/) inform¨® sobre ataques de tipo hacker contra los ordenadores de la OCDE. No ten¨ªan objetivos destructivos (que pretendieran borrar archivos, inutilizar discos duros o impedir comunicaciones) sino que el objetivo era capturar informaci¨®n. ?Qu¨¦ tipo de informaci¨®n puede tener la OCDE, una organizaci¨®n de an¨¢lisis y estudios, que re¨²ne datos estad¨ªsticos de pa¨ªses democr¨¢ticos con econom¨ªas de mercado y que tiene por objetivo "aumentar la estabilidad financiera, el nivel de vida, el crecimiento econ¨®mico y el apoyo a pa¨ªses en desarrollo", como para que pueda atraer a unos hackers tan sofisticados?
Un tercio de las quejas que recibe el 'ombudsman' europeo trata de la falta de transparencia de la Administraci¨®n de la UE
Seg¨²n informaci¨®n de los portavoces de la misma OCDE, recogidas en www.eurobserver.com, los piratas, que han tenido ¨¦xito, buscaban apoderarse de informaciones relativas a "lavado de dinero de procedencia ilegal, corrupci¨®n de alto nivel y evasi¨®n de impuestos".
La pregunta que nos podemos hacer muchos ciudadanos es ?por qu¨¦ esas informaciones no son p¨²blicas si tratan sobre delitos que afectan al inter¨¦s general? La OCDE es, precisamente, uno de los organismos del mundo que m¨¢s publicaciones, an¨¢lisis y estudios ofrece. ?Por qu¨¦ la informaci¨®n de que dispone relacionada con estos tres campos merece ser pirateada? ?Acaso no iba a ser analizada y puesta a disposici¨®n de los ciudadanos?
El af¨¢n de muchos organismos internacionales por ocultar determinados tipos de informaci¨®n y de distribuir ampliamente otros, de acuerdo con su propio y nunca discutido criterio, es antiguo. En la propia Uni¨®n Europea hay ahora una sonora pelea a cuenta de un acuerdo firmado por el Parlamento y la Comisi¨®n sobre la transmisi¨®n de informaci¨®n entre un organismo y otro. Los jefes de Gobierno de los 27 se han irritado y, en un comunicado difundido el pasado 21 de octubre, han amenazado, incluso, con acudir a la Corte de Justicia para impedir que la Comisi¨®n env¨ªe al PE "documentos clasificados". Los ciudadanos no tenemos siquiera derecho a que se nos explique en qu¨¦ se basan para decidir que ese documento no puede ser examinado por unos parlamentarios que han sido elegidos democr¨¢ticamente.
M¨¢s de un tercio de las quejas que recibe el ombudsman europeo (que, aunque mantiene un perfil baj¨ªsimo, existe y, a veces, termina por ser "descubierto" por algunos ciudadanos espabilados) trata precisamente de la falta de transparencia de la administraci¨®n europea. No crean que la cosa gira en torno a la protecci¨®n de secretos de Estado, de los que dependa la seguridad nacional. No, los ciudadanos se suelen quejar de interpretaciones muy amplias y generalmente interesadas de lo que es un documento "confidencial".
De hecho, el ombudsman, el griego Nikiforos Diamandouros, ha condenado hace poco, por primera vez en su historia (http://www.ombudsman.europa.eu/home.faces), a la Comisi¨®n por negarse a "liberar" la correspondencia entre el comisario de turno y los responsables de la industria automovil¨ªstica europea. No se trata de cartas con secretos industriales, que pongan en peligro la competitividad de los coches europeos frente a los asi¨¢ticos o americanos. La Comisi¨®n no quiere que se publiquen porque los representantes de la industria deben poder hablar "con franqueza". Por supuesto que s¨ª. El problema es otro. ?Por qu¨¦ los ciudadanos no podemos conocer lo que piensan, con franqueza, los constructores de coches europeos?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.