Fulgurante Madrid, radiante Bar?a

A la espera del cl¨¢sico, previsto para el d¨ªa 28, el Madrid y el Bar?a caminan por v¨ªas opuestas en la Liga y sin dar tregua a ning¨²n rival, animados ambos por un mano a mano de nuevo monumental. Al equipo de Mourinho le acompa?a el ruido, la pegada y la energ¨ªa, como si compitiera en mar abierto. Tiene momentos extraordinarios, igual que fuera un trueno, imperial en el anuncio de la tormenta. A ratos parece un equipo imposible para cualquier adversario. Le pas¨® al Milan y tambi¨¦n al Atl¨¦tico, abatido en poco m¨¢s de un cuarto de hora, arramblado por el vendaval colectivo de los blancos y la sutileza de ?zil, un jugador con unos ojos como platos. A cambio, a los muchachos de Mourinho les falta continuidad en el juego y parecen expuestos a cualquier contratiempo; por ejemplo, a los goles de un veterano como Inzaghi. Anoche necesitaron de la mejor versi¨®n de Casillas, in¨¦dito hasta ahora, para atemperar al Atl¨¦tico, que se bati¨® con entereza, f¨²tbol y remates tras conceder dos goles.

Los goles azulgrana tardan en llegar, precisan mimo; los blancos son r¨¢pidos

Aumenta la dificultad de los partidos y contin¨²a contando victorias el Madrid, mejor organizado y combativo, y m¨¢s fiero que cuando lo entrenaba Manuel Pellegrini.

Las oleadas del Madrid contrastan con el f¨²tbol sosegado del Bar?a, siempre primaveral, tan bien representado por Messi como Cristiano es la bandera blanca. Al Bar?a le sali¨® un partido redondo en Getafe. Resolvi¨® pronto y bien a partir de un juego excelente. Pudo dosificar los tendones de Xavi, para nada le afectaron las rotaciones de jugadores referenciales como Busquets y marcaron los delanteros, necesitados de goles: Pedro parec¨ªa peleado con el palo y ayer emboc¨® a la red; a Villa se le exige un tanto por partido y anoche cumpli¨® despu¨¦s de un error de bulto, y ya se sabe que Messi no se da por satisfecho hasta que doblega al portero.

A La Pulga se le da especialmente bien el Colis¨¦um Alfonso P¨¦rez. Ayer estuvo tan soberbio que volvi¨® a ser Di St¨¦fano m¨¢s que Maradona. Fue Messi en tres dimensiones. La de goleador: abri¨® el marcador y ya se sabe que el primero vale por dos, aunque parezca f¨¢cil, como fue ayer por la cesi¨®n de Villa. La de asistente: prepar¨® el 0-2 a Villa para devolverle el favor del 0-1. Y la de recuperador: propici¨® el 0-3 por presionar al central y al portero. Messi ha marcado en los ¨²ltimos cinco partidos y suma 63 goles en 63 partidos.

La voracidad de Messi contrast¨® con la docilidad del Getafe. El equipo de M¨ªchel despert¨® tarde, fr¨ªo al inicio y combativo al final, cuando los azulgrana recurrieron a Vald¨¦s para ratificarse como excelentes visitantes: ha ganado los cinco partidos en cancha ajena.

El pr¨®ximo cl¨¢sico se disputar¨¢ en el Camp Nou y para entonces se supone que pocas cosas cambiar¨¢n: los goles del Bar?a tardan en llegar, necesitan mimo, mientras que los del Madrid son r¨¢pidos e instant¨¢neos. El uno es un equipo fulgurante; el otro, radiante.