?Hasta cu¨¢ndo?
Han preferido el deshonor a la guerra y ahora tendr¨¢n el deshonor y la guerra", dijo Churchill en una ocasi¨®n famosa; podr¨ªamos parafrasear sus palabras para aplicarlas a las circunstancias de la visita de Benedicto XVI a Espa?a: nuestras autoridades renunciaron al laicismo democr¨¢tico para no pasar por anticlericales y ahora se ven sin dignidad laica y encima tachadas de anticlericales por el beneficiario de su abandono de los principios.
?Acaso a¨²n no han aprendido que la Iglesia es insaciable y se toma todas las concesiones sin agradecimiento por lo que se le da y con aire ofendido por lo que a¨²n se le niega? En eso se parece mucho a los nacionalismos... a los que tanto debe y que tanto le deben.
?Acaso no han aprendido nuestros dirigentes que la Iglesia es insaciable?
El Vaticano es una especie de Arabia Saud¨ª pero decorada por Miguel ?ngel
El Papa denuncia el terrible laicismo de Espa?a no solo a pesar de que recibe en su viaje la pleites¨ªa exagerada de todas las autoridades civiles, no solo pese al financiamiento y privilegios fiscales de la Iglesia, no solo a pesar de que se mantiene el concordato de origen franquista que impone la presencia clerical en la educaci¨®n y hasta en el ej¨¦rcito, sino por los terribles agravios y la "persecuci¨®n" que sufre por parte de un Parlamento que legisla sobre el aborto o sobre el matrimonio homosexual sin obedecer al clero y que hasta pretende sustentar una asignatura de educaci¨®n c¨ªvica que no cuenta con el n¨ªhil ¨®bstat episcopal.
Para el Papa, estamos como en el a?o 36 y de ah¨ª a quemar iglesias solo hay un paso. Por lo visto, ni siquiera 40 a?os de franquismo bajo palio nos autorizan a emanciparnos un poquito de una instituci¨®n que tan eficazmente ha trabajado por perpetuar el atraso intelectual y la falta de libertades pol¨ªticas en nuestro pa¨ªs desde comienzos de la modernidad.
Se ha puesto de moda proclamar al inquisitorial Ratzinger nada menos que como una cima de sabidur¨ªa insuperable. Para diversos opinadores medi¨¢ticos que probablemente no han le¨ªdo tratado metaf¨ªsico m¨¢s profundo que ?Qui¨¦n se ha llevado mi queso?, es el primer intelectual europeo, mundial, universal, no inferior en m¨¦ritos a sabios de la altura de Rappel o Bel¨¦n Esteban.
Destaca precisamente en teolog¨ªa, una de las ciencias m¨¢s ¨²tiles y con mayor futuro, la ¨²nica que inventa su objeto mientras dogmatiza sobre ¨¦l. Por eso puede establecer con especial autoridad la relaci¨®n entre verdad y libertad. Porque la verdad no es una funci¨®n que se alcanza a trav¨¦s de la raz¨®n que observa, experimenta y deduce, sino la revelaci¨®n que llega por la boca del que habla desde la infalibilidad. ?Abajo el relativismo, escuchemos al Absoluto! Y la libertad,claro, es la de obedecer no a humanos vulgares y a las leyes por ellos consensuadas, sino a quienes representan e interpretan el poder de lo sobrehumano...
A algunos de nuestros pol¨ªticos -no olviden sus nombres a la hora de votar- les encanta que por fin las cosas se pongan as¨ª de claras, contra la falta de valores y confusi¨®n en que chapoteamos. Adem¨¢s, parece que cuenta con beneficios electorales, de modo que bendito sea Dios.
Por si fuera poco, el Papa merece los m¨¢ximos honores porque se trata nada menos que de un jefe de Estado. ?Y menudo Estado, a fe m¨ªa! El ¨²nico de la Europa actual que abiertamente no respeta quisquillosos derechos humanos como la libertad religiosa, la igualdad de sexo para optar a cargos p¨²blicos y otras menudencias democr¨¢ticas semejantes. Es un Estado tan original y ¨²nico en su g¨¦nero, prueba de la especial protecci¨®n divina que lo ampara, que se parece mucho m¨¢s a las teocracias de otros lugares del mundo que a los imp¨ªos reg¨ªmenes laicos que le rodean. El Vaticano es una especie de Arabia Saud¨ª pero decorada por Miguel ?ngel y Rafael, lo cual es una gran mejor¨ªa est¨¦tica, aunque en cambio representa poco avance pol¨ªtico.
Evidentemente, el gran problema religioso y la mayor amenaza para las libertades p¨²blicas en Espa?a lo representan las mujeres que llevan velo isl¨¢mico, no el ver a nuestros representantes electos mostrar todo tipo de deferencia y reconocimiento moral al gobernante de ese Estado mod¨¦lico... que por lo visto ejemplifica las ra¨ªces de la Europa democr¨¢tica mejor que tanto laicismo y tanta ciencia sin trascendencia como vemos por ah¨ª.
Pese a los menguados coros y danzas que han acompa?ado la visita papal a Santiago y Barcelona, indudablemente fervorosos (en televisi¨®n una se?ora confesaba: "Se me puso tal nudo en la garganta que no pod¨ªa ni sacar fotograf¨ªas"), lo cierto es que las pr¨¢cticas cat¨®licas no dejan de disminuir en nuestro pa¨ªs. ?Pero si ya incluso hay m¨¢s matrimonios civiles que eclesi¨¢sticos...!
De modo que parece llegado el momento de, sin ofender a los cat¨®licos, no agraviar tampoco a quienes no lo somos y a quienes si¨¦ndolo comparten con nosotros el deseo de un Estado realmente laico, en el que la religi¨®n o la falta de ella sean un derecho de cada cual pero no una obligaci¨®n de nadie... y mucho menos de las instituciones que son de todos y para todos.
Por eso, es necesaria y urgente una ley de libertad religiosa a la altura de nuestra realidad social y del siglo en que vivimos. Para que los creyentes puedan ejercer a t¨ªtulo personal su religi¨®n al modo que prefieran, siempre que no conculquen las leyes civiles... y, sobre todo, para que los no creyentes o los que creemos otras cosas no tengamos forzosamente que sentirnos avasallados por la fe de nadie.
Fernando Savater es escritor.
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