El Cielo y la Tierra
Lu Ji (261-303), general y poeta en la China de la dinast¨ªa Jin, invita en los 262 versos de su Wen Fu a atrapar el Cielo y la Tierra en una jaula, a transformar la emoci¨®n en luz, a provocar diluvios en el coraz¨®n o a convertirse uno mismo en palabras. Hermosas met¨¢foras puestas al servicio de un texto unitario y preciso que desarrolla por primera vez en China los conceptos de creaci¨®n po¨¦tica y de cr¨ªtica literaria, y que, m¨¢s atento a la raz¨®n natural de las cosas y a la relaci¨®n org¨¢nica que entretejen unas con otras, se atreve a hacerlo liber¨¢ndolos de sus obligaciones pol¨ªticas y morales. En este breve tratado de ra¨ªz tao¨ªsta a Lu Ji le da tiempo a reflexionar sobre los aspectos psicol¨®gicos y mentales del poeta, el origen y el fin de la escritura, los complejos contrapesos a los que se someten mutuamente el pensamiento y el lenguaje, aspectos t¨¦cnicos como la musicalidad, el orden, la proporci¨®n, la rima, el tono o la claridad, la originalidad (sobre la falta de originalidad tiene un par de versos muy hermosos: "Puede ser que la flecha haya alcanzado tu coraz¨®n, pero tambi¨¦n hiri¨® a otros antes que a ti"), el lugar que deben ocupar los genios de la antig¨¹edad, o las que denomina cinco imperfecciones. Los seres, que se diluyen en lo informe, necesitan, para adquirir una forma, del poeta, que usar¨¢ en su tarea l¨¢tigos, ca?as de pescar, hachas, arcos y flechas, balanzas de precisi¨®n, escuadras y compases (cualquier material ser¨¢ v¨¢lido con tal de que puedan llegar a contemplarse a s¨ª mismos gracias a la mediaci¨®n de la poes¨ªa), pero que sobre todo usar¨¢ el vac¨ªo, esa cualidad que comparten la mente y el universo. En este punto la Literatura, tal y como la entiende Lu Ji, y el Tao parecen confundirse, algo que le da a la primera una consistencia cosmol¨®gica y soteriol¨®gica que la faculta para sostener toda una civilizaci¨®n. Gracias a la extraordinaria edici¨®n de Pilar Gonz¨¢lez Espa?a, que prologa, anota minuciosamente, reflexiona con gran conocimiento sobre la ¨¦poca y el autor y traduce en un castellano de gran belleza, por fin podemos disponer en versi¨®n directa de una de las tres obras maestras de est¨¦tica de la antig¨¹edad china. Como de otra de ellas (El coraz¨®n de la literatura y el cincelado de dragones, Liu Xie, traducci¨®n de Alicia Relinque, Comares, 1995) tambi¨¦n existe versi¨®n espa?ola, s¨®lo nos falta la tercera, Las 24 categor¨ªas de poes¨ªa, de Si Kongtu.
Wen Fu. Prosopoema del arte de la escritura
Lu Ji. Edici¨®n y traducci¨®n de
Pilar Gonz¨¢lez Espa?a
C¨¢tedra. Madrid, 2010
206 p¨¢ginas, 10 euros
Lu Ji (261-303), general y poeta en la China de la dinast¨ªa Jin, invita en los 262 versos de su Wen Fu a atrapar el Cielo y la Tierra en una jaula, a transformar la emoci¨®n en luz, a provocar diluvios en el coraz¨®n o a convertirse uno mismo en palabras.
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