"Si les dejamos, los ni?os cambiar¨¢n el mundo"
Hay estad¨ªsticas demoledoras sobre qu¨¦ significa ser ni?o en ?frica. La m¨¢s brutal est¨¢ relacionada con el sida: 20 millones de hu¨¦rfanos de padre o madre, o ambos, a causa de la enfermedad. Tambi¨¦n existen historias de esperanza.
Bell'Aube, de 41 a?os, director de la ONG Plan en Ben¨ªn, tiene varias en la memoria. "Recuerdo a un padre de una aldea de Ben¨ªn que prohibi¨® a su hija participar en una obra de teatro en el colegio porque lo consideraba indecente. Tuve que ir tres veces a su casa para convencerle. Al final dio su autorizaci¨®n y acudi¨® ¨¦l mismo al estreno. Al verla actuar, se emocion¨®. No sab¨ªa que su hija era capaz de representar un papel. Jam¨¢s la hab¨ªa visto desde esa perspectiva".
El director de la ONG Plan en Ben¨ªn lucha en ?frica contra la explotaci¨®n de ni?os
Bell'Aube habla pausado mientras remueve una sopa de habas en la que flota una ¨²nica viruta de jam¨®n. Es su comida del d¨ªa: sopa, coca-cola light y caf¨¦. La ONG para la que trabaja centra su trabajo en Ben¨ªn y otros pa¨ªses de ?frica Occidental en la lucha contra el comercio de ni?os y la explotaci¨®n sexual en las escuelas.
"La educaci¨®n es la apuesta del futuro", dice. "Si les dejamos, los ni?os cambiar¨¢n el mundo. Educar no se limita a colocar a los chicos entre cuatro paredes. Educaci¨®n es conseguir ciudadanos que entiendan su entorno y puedan mejorar la sociedad".
La camarera trae el segundo plato a los otros comensales y pregunta a Bell'Aube si no desea pedir m¨¢s. "?No le parece suficiente con la sopa?", pregunta desde una gran sonrisa sin soltar la cuchara.
El director de Plan en Ben¨ªn habla con entusiasmo de la utilizaci¨®n de la tecnolog¨ªa y de los medios de comunicaci¨®n en el combate contra la explotaci¨®n sexual. Su ONG tiene un programa piloto en 20 comunidades de Ben¨ªn. Cada grupo est¨¢ compuesto por 10 o 15 ni?os armados con un tel¨¦fono m¨®vil y un n¨²mero de alarma.
"En Ben¨ªn realizamos una encuesta y el 50% de los profesores entrevistados reconocieron haber tenido conocimiento de situaciones de abuso. La cifra llega al 88% en N¨ªger. En Ghana, el 6% de las ni?as admite haber recibido propuestas. La cantidad es muy alta porque muchas no denuncian", dice."Es muy importante la utilizaci¨®n de los medios. En Togo, 51 ni?as enviaron una carta a un programa de radio para denunciar un abuso. Las denuncias empiezan a abrirse paso en el sistema judicial, antes reacio. Tenemos que cambiar la mentalidad de la sociedad. La reacci¨®n habitual de las familias es ocultar el abuso para evitar un enfrentamiento con la familia del profesor. Hay miedo a que se deterioren las relaciones. Parte de nuestro trabajo es de mediaci¨®n".
Cuenta Bell'Aube que en una aldea, una familia vendi¨® a su hijo a un comerciante. "El ni?o se lo dijo a sus amigos y todos, por iniciativa propia, hicieron una sentada en la casa de los padres y empezaron a llorar. Su actitud oblig¨® al pueblo a intervenir".
Muchos afirman que este tipo de iniciativas son gotas en un oc¨¦ano. "Resolver el problema a gran escala es trabajo del Gobierno. (...) Hay que acabar con la impunidad, educar a la polic¨ªa y a los jueces". La escritora y periodista estadounidense Martha Gelholm, que estuvo en la Guerra Civil espa?ola, ten¨ªa una respuesta brillante para este tipo de preguntas: "Tiro piedras al agua, no s¨¦ qu¨¦ efecto producen en el estanque, pero al menos yo tiro piedras".
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