Spotify a la espa?ola

Comprar o alquilar. Son las dos opciones en el negocio de la m¨²sica. Comprar en iTunes o alquilar en Spotify , principalmente. Frente a esos dos grandes faros, hay otros negocios musicales que buscan su espacio. Es el caso de Yes.fm, el sitio espa?ol donde la gente puede escuchar m¨²sica sin necesidad de almacenarla en un aparato.

En octubre, Yes.fm super¨® los 600.000 abonados. De media, pasan 28 minutos al d¨ªa escuchando m¨²sica. "No est¨¢ nada mal para una empresa de 10 personas", asegura Fr¨¦d¨¦ric Terrien, de origen franc¨¦s y presidente de la compa?¨ªa. A diferencia del modelo de tienda a lo iTunes, en Yes.fm no se compra m¨²sica sino servicio.

A finales de 2007, Terrien reuni¨® a cinco amigos que ven¨ªan del mundo de la telefon¨ªa m¨®vil para crear este servicio musical. "Lo m¨¢s dif¨ªcil", recuerda el consejero delegado, "fue convencer a las grandes discogr¨¢ficas: EMI, Warner, Sony y Universal. Tuvimos que explicarles muy bien qu¨¦ quer¨ªamos hacer para que nos confiaran su cat¨¢logo de m¨²sica".

Los m¨¢s de 600.000 abonados consumen m¨²sica hasta 28 minutos al d¨ªa

Superada la fiebre de llenar el disco duro, llega la hora de la escucha en l¨ªnea

Yes.fm no pretend¨ªa vender canciones, sino abonos mensuales, un concepto m¨¢s nebuloso para que las discogr¨¢ficas vieran ingresos. Para disfrutar de Yes.fm no es necesario instalar ning¨²n programa. Basta con entrar en la p¨¢gina y darse de alta. Tampoco hay l¨ªmite para escuchar canciones, solo se oye alg¨²n anuncio cada media hora, y es gratuito si se reproducen las listas de m¨²sica, actualizadas a diario y enriquecidas con entrevistas y noticias sobre los cantantes.

Si se quiere disfrutar de m¨²sica a la carta, entonces hay que pagar siete euros al mes. Para tener acceso total desde el m¨®vil se llega a los 10 euros, igual que en su directa competencia, venida del norte, los suecos de Spotify.

Despu¨¦s de superar las 130.000 descargas de la aplicaci¨®n para iPhone, Terrien comienza a plantearse nuevos retos para 2011.

Tambi¨¦n mira al continente americano. En su caso, de M¨¦xico para abajo, centr¨¢ndose en Am¨¦rica Latina. "Spotify es un gran servicio, un espejo para nosotros. Pensamos que si en Espa?a les hemos plantado cara aguantado el pulso, en Latinoam¨¦rica podemos ganar la partida", se ilusiona Terrien. Y es que superada la fiebre de tener todo y llenar el disco duro del ordenador, aunque no se tenga tiempo para escuchar o ver lo descargado, parece que soplan vientos favorables al streaming (escuchar m¨²sica en l¨ªnea, sin necesidad de almacenarla) y la moda social de compartir recomendaciones de los amigos y el acceso f¨¢cil a los contenidos.

A Yes.fm le acecha en Espa?a Spotify. Creado por dos suecos afincados en Londres, comenz¨® en 2008 repartiendo invitaciones de prueba. Lutz Emmerich, responsable del servicio en Espa?a, confirma que en octubre superaron los dos millones de personas conectadas.

Una vez popularizado el servicio, Spotify ha prescindido de las invitaciones para crear unas tarifas m¨¢s claras. Gratis se pueden escuchar 20 horas mensuales; por cinco euros al mes se escucha tanto cuanto se desee, pero en el ordenador. Para llevar consigo toda la m¨²sica y en cualquier lugar del mundo, ya sea con o sin conexi¨®n, el pago sube a 10 euros.

Pero las cuentas del streaming salen menos claras que con la venta. El ¨¦xito europeo de Spotify, con m¨¢s de 15 millones de suscriptores, no le ha dado estabilidad econ¨®mica, pues de esa cantidad los abonados de pago no pasan del mill¨®n, seg¨²n diversos analistas, insuficientes para empezar a dar beneficios.

Tampoco la publicidad, la otra v¨ªa de ingresos, cubre los gastos. La salida en Estados Unidos, que lleva m¨¢s de un a?o retrasada, podr¨ªa aliviar el horizonte del rey del streaming musical, y enfrentarse all¨ª al rey de la venta de m¨²sica, iTunes, que tambi¨¦n ha visto que su crecimiento se estancaba por la competencia de Amazon y el streaming. Quiz¨¢s la m¨²sica no sea tanto una propiedad como un servicio.