Mohamed VI tiende la mano y nombra a un saharaui gobernador de El Aai¨²n
Human Rights Watch critica con dureza la represi¨®n marroqu¨ª en el S¨¢hara
Una muy leve sanci¨®n y una mano tendida. Ese fue el doble mensaje que el rey Mohamed VI lanz¨® ayer a los saharauis al hacer dos nombramientos. El monarca alau¨ª sustituy¨® al frente del Gobierno Civil de El Aai¨²n, la capital del S¨¢hara Occidental, al gobernador Mohamed Guelmouss, y eligi¨® para sustituirle al saharaui Khalil Dkhil. El wali (gobernador) es a la vez el representante del rey y del Ministerio del Interior en la regi¨®n.
Veinte d¨ªas despu¨¦s del desmantelamiento por la fuerza del campamento de protesta saharaui en las afueras de El Aai¨²n, y de los posteriores enfrentamientos en la ciudad, el soberano quit¨® de su puesto a Guelmouss, que llev¨® a cabo la fracasada negociaci¨®n con los representantes de los 20.000 saharauis de Agdaym Izik.
El anterior jefe del Gobierno Civil regir¨¢ ahora una peque?a urbe
Rabat proh¨ªbe a la prensa entrar en Marruecos a trav¨¦s de Ceuta
Guelmouss apenas ha sido castigado. El rey le nombr¨® de inmediato gobernador de Safi, una peque?a ciudad costera al norte de Agadir. Su r¨¢pido env¨ªo a un destino de menor calado pol¨ªtico pone, sin embargo, de relieve una cierta desaprobaci¨®n de su gesti¨®n de la crisis.
La responsabilidad de Guelmouss es, sin embargo, limitada. A finales de octubre el ministro del Interior de Marruecos, Taieb Cherkaoui, se desplaz¨® a El Aai¨²n y se qued¨® all¨ª supervisando la labor del gobernador. Cherkaoui es uno de los cuatro ministros nombrados directamente por Mohamed VI.
Guelmouss ha sido sustituido por Dkhil, el primer saharaui que accede a este cargo en la capital del S¨¢hara, aunque otras ciudades menos importantes del territorio s¨ª han estado gobernadas durante algunos a?os por oriundos de la zona.
Su nombramiento supone, seg¨²n interpretan fuentes saharauis, un intento de acercamiento a la poblaci¨®n aut¨®ctona de El Aai¨²n, a¨²n asustada por las detenciones y los registros efectuados en sus casas por la polic¨ªa.
Dkhil, de 65 a?os, se prest¨® a principios de los a?os setenta a fundar un partido, el PUNS, inspirado por el colonizador espa?ol para contrarrestar la influencia del Frente Polisario. Estudi¨® la carrera en Granada. El rey Hassan II le nombr¨® primero embajador en La Habana y despu¨¦s en Belgrado. Continu¨® m¨¢s tarde su carrera en el Ministerio del Interior.
El doble gesto del monarca se produce cuando las malas noticias se multiplican para Marruecos incrementando el nerviosismo de las autoridades y pol¨ªticos que han convocado para el domingo una manifestaci¨®n.
El jueves el Parlamento Europeo aprob¨® por unanimidad una resoluci¨®n que pide a la ONU que lleve a cabo una investigaci¨®n de los sucesos de El Aai¨²n. Ayer, la prestigiosa ONG estadounidense Human Rights Watch (HRW) hizo p¨²blico su primer informe efectuado por un investigador al que la polic¨ªa marroqu¨ª impidi¨® dos veces viajar al S¨¢hara. Solo lo consigui¨® al tercer intento.
HRW confirma el n¨²mero de bajas en las fuerzas del orden marroqu¨ªes (11) y entre los civiles saharauis (2), pero denuncia el uso desproporcionado de la fuerza, las palizas sistem¨¢ticas a detenidos y al menos una violaci¨®n.
"(...) nada puede justificar el golpear a personas en detenci¨®n hasta que pierdan la conciencia", afirm¨® Sarah Leah Whitson, directora de HRW para Oriente Pr¨®ximo y el Magreb. Los saharauis entrevistados denuncian tambi¨¦n "la participaci¨®n de civiles marroqu¨ªes en ataques contra ellos y sus casas". Hubo adem¨¢s heridos a los que se les impidi¨® buscar asistencia m¨¦dica.
La ONG lamenta las restricciones puestas a la prensa extranjera para entrar en el S¨¢hara. Desde el martes Rabat ha prohibido adem¨¢s a los periodistas espa?oles entrar en Marruecos a trav¨¦s de Ceuta. El vicepresidente Manuel Chaves achac¨® ayer en Ceuta este nuevo veto al "contexto creado por los acontecimientos en el S¨¢hara".
La ministra de Exteriores, Trinidad Jim¨¦nez, se comprometi¨® el jueves, con la Federaci¨®n de Asociaciones de Periodistas de Espa?a, a seguir gestionando con Marruecos "el libre acceso" de los medios espa?oles al S¨¢hara.
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