Memoria del follet¨®n

El ¨¦xito de la teleserie Amar en tiempos revueltos entronca con el de aquellas digestivas adaptaciones de novelas c¨¦lebres que emit¨ªa durante la sobremesa la televisi¨®n en blanco y negro, y con el de los radioseriales de Guillermo Sautier Casaseca y Antonio Losada, escritos para moralizar conmoviendo. Josep Maria Benet i Jornet, Rodolf Sirera y Antonio Onetti, sus guionistas, dramaturgos con muchos estrenos a sus espaldas, han utilizado el formato y el tono del viejo follet¨ªn para contarnos con perspectiva historias del d¨ªa a d¨ªa de la Espa?a de posguerra.

Lo que presentan ahora con el subt¨ªtulo de El diablo bajo la cama no es un imposible resumen de 1.500 episodios, sino la adaptaci¨®n de una de las tramas de la temporada pasada: la de la primera actriz empe?ada en sacar adelante una funci¨®n escrita por Salvador Bellido, intelectual represaliado, y presentada al premio nacional bajo el nombre de su cu?ada. Grosso modo, el intento les ha salido bien a los guionistas, especialmente a Antonio Onetti, que firma la dramaturgia y la direcci¨®n.

Durante el primer tercio del espect¨¢culo Onetti abusa de la narraci¨®n en flash back, recurso nada teatral que le permite resumir una trama en exceso compleja para la hora y 50 minutos que dura. Pero en cuanto entra en materia dram¨¢tica, es decir, cuando empiezan los ensayos de la funci¨®n premiada, que le permiten engarzar un par de buenas escenas cl¨¢sicas de teatro dentro del teatro, el espect¨¢culo se entona, las escenas que hasta ahora parec¨ªan cuentas sueltas se enhebran y todo empieza a estar en su sitio.

Amor y emancipaci¨®n

Hay melodrama para dar y tomar en Amar en tiempos revueltos. El t¨ªtulo no enga?a. Es teatro para el gran p¨²blico: para las minor¨ªas hay cartelera donde escoger. Sus autores se permiten incluso hacer un c¨®mico homenaje al g¨¦nero en la escena del estreno de la obra de Salvador Bellido, un drama social a lo Dicenta, declamado a la antigua manera y con arcaicos aspavientos, que produce una evocaci¨®n cat¨¢rtica en el felizmente transigente marido de la autora interpuesta, con la que Bellido va trenzando una bonita historia de amor y emancipaci¨®n.

En el papel de la actriz, Cayetana Guill¨¦n Cuervo tiene el apresto de una estrella de ¨¦poca. Ver¨®nika Moral rezuma encanto y verdad en su relaci¨®n con el autor, encarnado en el pleno sentido del verbo por Antonio Valero. Sebasti¨¢n Haro delimita con vigor el perfil ¨²nico del ministro falangista. Ricard Borr¨¤s y Lara Grube los secundan con eficacia.