?Mi hijo muri¨® o me lo robaron?
El fiscal de la Audiencia Nacional remite de nuevo al Gobierno 300 casos de secuestro de ni?os
Vivieron durante d¨¦cadas con la pena de que se les hubiera muerto un hijo horas o d¨ªas despu¨¦s de haberlo dado a luz. Recordaron cada uno de sus cumplea?os e intentaron no olvidar el tama?o, el peso, el tacto de aquel beb¨¦ con el que hab¨ªan pasado tan poco tiempo. Pero desde hace unos a?os a esa pena decenas de madres en toda Espa?a empezaron a a?adir una duda, es decir, una angustia: ?mi hijo se muri¨® o me lo robaron?
La duda surgi¨® en una familia y otra, con un caso muy similar, empez¨® a sospechar, y as¨ª hasta casi 300 -"?a ti tambi¨¦n te dijeron que hab¨ªa muerto de otitis y que estaba enterrado...?"-. Tres familias pusieron esta semana sobre la mesa del fiscal de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, muchos de estos casos. Algunos ya hab¨ªan estado antes en la del juez Garz¨®n, que estim¨® que el franquismo hab¨ªa robado cerca de 30.000 ni?os y quiso empezar a buscarlos porque "durante m¨¢s de 60 a?os no hab¨ªa sido objeto de la m¨¢s m¨ªnima investigaci¨®n". Y fue apartado del caso y del tribunal.
Al principio, el R¨¦gimen se quedaba con los ni?os para "recatolizarlos". Luego y hasta los ochenta, simplemente se vend¨ªan
El r¨¦gimen franquista puso en marcha el robo sistem¨¢tico de ni?os como m¨¦todo de "regeneraci¨®n de la raza" amparado por las disparatadas teor¨ªas del psiquiatra y comandante Antonio Vallejo N¨¢jera y de la Iglesia, que pretend¨ªa purificar a los hijos de rojos descarriados. Franco permiti¨® que se robaran ni?os a las madres presas, se repatriaran sin permiso de sus padres y desde 1941, por ley, que se les cambiara de apellidos, impidiendo para siempre que su familia los encontrara. Con el tiempo, y hasta los a?os ochenta, aquellos ni?os que el R¨¦gimen rescataba de padres republicanos para entreg¨¢rselos a familias de derechas, simplemente, se vendieron, seg¨²n denuncian las familias afectadas.
"Estuvimos cerca de dos horas con el fiscal. Nos enfadamos, lloramos...", relata Mar Soriano, hermana de una ni?a que asegura que fue robada. Zaragoza les comunic¨® que el delito que supuestamente hab¨ªan sufrido, el secuestro de menores, no se encuentra en el cat¨¢logo de los que corresponde juzgar a la Audiencia. El jefe de la fiscal¨ªa, que ya se opuso a que Garz¨®n investigara el caso en su instrucci¨®n sobre el franquismo, les dijo tambi¨¦n que consideraba que los cr¨ªmenes hab¨ªan prescrito y que, adem¨¢s, ser¨ªa dif¨ªcil acreditarlos ya que algunos se basan en simples sospechas. Eso s¨ª, prometi¨® exponer su caso al Ministerio de Justicia e inst¨® a las v¨ªctimas a que solicitaran la apertura de una oficina de atenci¨®n. Tambi¨¦n sugiri¨® como idea la creaci¨®n de una base de datos con su ADN para que pudiera cotejarse, aunque advirti¨® de la dificultad de obligar a los posibles afectados a facilitarlo.
"Naci¨® el 3 de enero de 1964. Mi madre le dio el pecho hasta que le dijeron que ten¨ªan que llevarla a la incubadora. Cuando mis padres fueron a buscarla les dijeron que hab¨ªa muerto de otitis. Mi padre dijo que quer¨ªa verla y enterrarla, y le contestaron que se hab¨ªan ocupado de todo y estaba en una fosa com¨²n. Fue en la cl¨ªnica O'Donnell de Madrid", relata Soriano.
"A mi madre tambi¨¦n le dijeron que mi hermano hab¨ªa muerto de otitis. Y tambi¨¦n fue en la cl¨ªnica O'Donnell. Se lo llevaron a la incubadora y a los seis d¨ªas le comunicaron su muerte. A mis padres les dijeron que era mejor que no lo vieran, porque hab¨ªa quedado en muy mal estado. Al insistir, afirmaron que lo hab¨ªan enterrado ya", cuenta Nuria Mass¨®, hermana de Miguel ?ngel, que naci¨® en 1965. "Cuando yo tuve un hijo enferm¨® de otitis y mi madre y yo nos asustamos much¨ªsimo porque le pasara como a mi hermano. El pediatra me dijo que era imposible que un beb¨¦ se muriera de otitis. Luego conoc¨ª la historia de Mar [Soriano] y empec¨¦ a sospechar...". Alfonso Delgado, ex presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa, asegura: "Una otitis por s¨ª sola no causa la muerte. Tendr¨ªa que complicarse con algo m¨¢s".
"Yo creo que el m¨®vil era econ¨®mico", prosigue Nuria. "Era un m¨¦todo muy perfeccionado, en el que hab¨ªa directores de hospitales, m¨¦dicos, matronas..., y amparado por el franquismo. Creo que las familias que se pod¨ªan permitir comprar un hijo, lo compraron".
"Nuestro caso es de 1945. Mi madre, Agustina, repart¨ªa leche en una maternidad de la calle de Serrano de Madrid. Era una mujer de izquierdas. Mi padre y mi madre ten¨ªan a muchos represaliados en la familia. Ella estaba embarazada y la presionaron tanto para que fuera a dar a luz all¨ª que al final accedi¨®. Le dijeron que hab¨ªa nacido muerto, pero mi madre siempre dijo que lo hab¨ªa sentido. Poco antes se hab¨ªa muerto de tuberculosis otra hermana m¨ªa y mi madre estaba deshecha. Si no, hubiera reaccionado de otra manera", cuenta Blanca Guerrero.
Agustina esper¨® mucho. Muri¨® con 101 a?os en 2009. El suyo es uno de los casos que el abogado Fernando Mag¨¢n llev¨® repetidamente a la Audiencia Nacional para que le tomaran declaraci¨®n y muestras de ADN antes de que falleciera. Muchas madres han muerto con esa duda: ?mi hijo se muri¨® o me lo robaron? Como Marina ?lvarez, que antes de morir se hizo cinco pruebas de ADN -que pag¨® de su bolsillo- con cinco mujeres que viv¨ªan en Francia, B¨¦lgica, La Rioja, Murcia y Zamora que pens¨® que pod¨ªan ser su hermana; o Emilia Gir¨®n, madre de un ni?o al que iba a poner Jes¨²s y que le quitaron en un hospital de Salamanca. Falleci¨® en 2007, con 96 a?os. Julia Manzanal, de 95, guarda en una caja un mech¨®n de pelo de su hija, que le dijeron que hab¨ªa muerto estando ella presa en Amorebieta.
Blanca Guerrero tambi¨¦n ha guardado un mech¨®n de su madre fallecida. "Para sacar el ADN, por si aparece mi hermano. Creo que si le viera hoy le reconocer¨ªa. Mi hermana y yo hablamos mucho de ¨¦l, de Miguel ?ngel, que es el nombre que le puso mi madre".
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