?Qu¨¦ es el socialismo actualizado?
Quien haya le¨ªdo los Lineamientos de la pol¨ªtica econ¨®mica y social, el documento a debatir en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, a celebrarse en abril del pr¨®ximo a?o, habr¨¢ notado la escasa, por no decir nula, innovaci¨®n institucional que propone el mismo. Para tratarse de un congreso postergado durante ocho a?os y que intenta afrontar la prolongada crisis econ¨®mica y pol¨ªtica de Cuba, la "actualizaci¨®n del socialismo" que impulsa el Gobierno de Ra¨²l Castro procede con una cautela reveladora de la falta de consenso dentro de las ¨¦lites habaneras. No es en las instituciones sino en el lenguaje donde habr¨ªa que encontrar los pocos avances que puede experimentar la pol¨ªtica cubana a partir de la pr¨®xima primavera.
El documento a debatir en el VI Congreso del PC de Cuba puede servir para presionar a favor del cambio
El documento del pr¨®ximo congreso puede utilizarse a favor del cambio
De acuerdo con las reformas a los art¨ªculos 3?, 11? y 137? de la Constituci¨®n cubana, en el verano de 2002, el socialismo en la isla es "irrevocable". Esas reformas, como es sabido, fueron introducidas en respuesta al Proyecto Varela, impulsado por el Movimiento Cristiano de Liberaci¨®n, la organizaci¨®n opositora que encabeza Oswaldo Pay¨¢ y que propon¨ªa una iniciativa de ley, respaldada por m¨¢s de 11.000 ciudadanos, que condujera a una ampliaci¨®n de las libertades p¨²blicas en la isla. El Proyecto Varela no demandaba la "revocaci¨®n" del socialismo o la restauraci¨®n capitalista, pero la respuesta del r¨¦gimen al mismo fue que "Cuba no volver¨ªa jam¨¢s al capitalismo".
Tan solo este episodio describe la ambig¨¹edad sem¨¢ntica con que el Gobierno cubano ha manejado, hist¨®ricamente, conceptos centrales de su ideolog¨ªa como "revoluci¨®n" o "socialismo". Dado que en ning¨²n documento del Partido Comunista de Cuba o art¨ªculo de la Constituci¨®n de 1976, reformada en 1992 y 2002, se establece qu¨¦ es el socialismo, la irrevocabilidad del mismo se vuelve tambi¨¦n ambigua y, por tanto, aprovechable en un escenario de permanencia y cambio. Pero la ausencia de una definici¨®n expl¨ªcita del socialismo genera una autom¨¢tica identificaci¨®n del mismo con la estructura ideol¨®gica e institucional del r¨¦gimen. Los tres elementos centrales de dicha estructura son el partido ¨²nico, la ideolog¨ªa "marxista-leninista y martiana" y la econom¨ªa de Estado.
Por su tono pragm¨¢tico y su escasa densidad ideol¨®gica, los Lineamientos, t¨ªtulo vertical¨ªsimo donde los haya, podr¨ªan abrir la puerta a una redefinici¨®n m¨¢s expl¨ªcita del concepto de socialismo en Cuba, al menos, en el tercer elemento. Digo podr¨ªan, porque este documento tampoco abandona esa tradicional opacidad conceptual de los l¨ªderes cubanos, que les ha permitido crear un aparato de legitimaci¨®n simb¨®lica sumamente
eficaz. Al cabo de medio siglo, esos viejos pol¨ªticos saben que, para preservar el poder, es mejor que los significantes est¨¦n vac¨ªos, ya que una ideolog¨ªa refinada puede convertirse en un arma de doble filo.
Esa m¨ªnima fisura, por donde podr¨ªa avanzar una reformulaci¨®n ideol¨®gica, aparece en la propia ret¨®rica del documento -menos manipuladora y demag¨®gica-, en el ¨¦nfasis en la dependencia de la econom¨ªa cubana del exterior capitalista -comercio, inversiones, cr¨¦ditos, turismo, tecnolog¨ªa...-, en el "reconocimiento y est¨ªmulo" a las formas no estatales de propiedad -empresas mixtas, cooperativas, usufructos, trabajo por cuenta propia y "otras" no definidas a¨²n-, en la insistencia con que se plantea la eliminaci¨®n o reducci¨®n de subsidios estatales y, sobre todo, en la propuesta de una pol¨ªtica fiscal y de precios no concebida para limitar al sector no estatal sino para fomentarlo.
Desde mediados de los a?os noventa, las t¨ªmidas aperturas al mercado de la econom¨ªa cubana se han dado acompa?adas de un constante boicoteo del poder pol¨ªtico, basado en presiones tributarias, restricciones jur¨ªdicas y confiscaciones arbitrarias. Esa competencia desleal del Estado se ha manifestado, tambi¨¦n, en el lenguaje pol¨ªtico de los m¨¢ximos l¨ªderes, empezando por el propio Fidel Castro. Los Lineamientos, que no solo son un gesto a la comunidad internacional sino un documento interno del Partido Comunista, abordan el tema del mercado en la econom¨ªa cubana con una naturalidad hasta ahora in¨¦dita, aunque acote que "en la actualizaci¨®n del modelo econ¨®mico debe primar la planificaci¨®n".
Hay tambi¨¦n otras modulaciones ret¨®ricas que vale la pena comentar, sin convertir la hermen¨¦utica de las mismas en una hoja de ruta para la transici¨®n. El pasaje m¨¢s ideol¨®gico del texto dice, apenas, que "solo el socialismo es capaz de vencer las dificultades y preservar las conquistas de la Revoluci¨®n". Pero a rengl¨®n seguido hace algo que ning¨²n otro texto oficial hab¨ªa hecho: definir el socialismo. Socialismo, dice, "es igualdad de derechos e igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, no igualitarismo". Es cierto que el art¨ªculo primero constitucional afirma que Cuba es un "Estado socialista organizado... para el disfrute de la libertad pol¨ªtica, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad", pero esta definici¨®n atribuye el contenido del socialismo a los fines del Estado y no a los derechos de la ciudadan¨ªa.
La nueva definici¨®n del socialismo cubano -igualdad de derechos y oportunidades- es id¨¦ntica a la definici¨®n de cualquier econom¨ªa de mercado, Estado de derecho o democracia pol¨ªtica del mundo. No hay aqu¨ª el menor intento de distinguir el "modelo cubano" dentro de la comunidad internacional ni de remitir su singularidad a la experiencia hist¨®rica de la isla. As¨ª definido, el socialismo ser¨ªa un sistema globalizado en el que la "separaci¨®n de funciones estatales y empresariales" o la mayor autonom¨ªa de estas ¨²ltimas responden a la incorporaci¨®n en la isla de la racionalidad del capitalismo mundial.
Algunos analistas han vuelto a insistir en que los Lineamientos denotan la aproximaci¨®n de Cuba al modelo chino o al "socialismo del siglo XXI" latinoamericano. Habr¨ªa que recordar, una vez m¨¢s, que el mismo no se abre al pluralismo pol¨ªtico ni a la peque?a y mediana empresa privadas, aunque la forma en que este l¨ªmite se manifiesta es, tambi¨¦n, mucho m¨¢s discreta que en toda la tradici¨®n del discurso oficial. No es la propiedad privada o la contrataci¨®n de trabajadores lo que se proscribe, sino la "concentraci¨®n de la propiedad en personas jur¨ªdicas o naturales". De manera que los Lineamientos, concebidos oficialmente como plataforma de permanencia, pueden ser utilizados por opositores y reformistas para presionar a favor del cambio.
Rafael Rojas es historiador cubano. Ha ganado el primer Premio de Ensayo Isabel Polanco con Rep¨²blicas de aire.
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