"Soy v¨ªctima de la destrucci¨®n institucional de mi infancia"
Los hu¨¦rfanos que sufrieron la violencia en los orfanatos de la posguerra en la Alemania federal relatan su calvario - Las indemnizaciones, tachadas de "farsa"
Con 10 a?os, Harald Miesem sali¨® de un infierno para entrar en otro: alejado de su familia a causa de un padre violento que maltrat¨® y abus¨® de sus hijos, fue internado en un orfanato de Baviera, en Alemania, en 1961. All¨ª fue obligado a hacer trabajos forzosos, humillado y maltratado de nuevo dentro del sistema de la denominada "pedagog¨ªa negra", aquella forma de educar que se aplic¨® en los orfanatos alemanes de la posguerra. Hoy, Miesem sufre ataques de p¨¢nico. "En mi caso es dif¨ªcil establecer cu¨¢l es la causa", dice con una lac¨®nica sonrisa. "S¨¦, sin embargo, que no puedo trabajar m¨¢s con mis problemas, necesito que se me reconozcan los a?os de trabajos en el orfanato para poderme jubilar".
"Todav¨ªa hoy tengo p¨¢nico a la cercan¨ªa de la gente y los espacios cerrados"
"Los resultados son rid¨ªculos comparados al mal padecido"
Se trata de una de las v¨ªctimas que desde toda Alemania occidental -existe una comisi¨®n separada para la ex Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana- acudieron ayer a Berl¨ªn con ocasi¨®n de la presentaci¨®n del informe final elaborado por una comisi¨®n sobre los abusos cometidos en orfanatos . Los trabajos fueron coordinados por la ex presidenta del Parlamento Antje Vollmer, y en ellos participaron representantes de la iglesias cat¨®lica y evang¨¦lica, del Estado federal y de los l?nder, adem¨¢s de representantes de los afectados.
En el informe, que consta de 40 p¨¢ginas, se detallan las pr¨¢cticas violentas llevadas a cabo en estas instituciones entre los a?os cincuenta y los sesenta: palizas, humillaciones, pr¨¢cticas s¨¢dicas, aislamiento, trabajos forzosos, censura de las cartas, prohibici¨®n de contactos con los familiares, abusos sexuales. No se especifica, sin embargo, un n¨²mero de v¨ªctimas: los medios las cifran entre 30.000 y 50.000.
"Fui separado de mi familia a los 10 a?os. Nunca m¨¢s vi a mi madre, que a¨²n estaba viva. Tard¨¦ 40 a?os en encontrar a mis hermanos, fue gracias a Internet", relata Miesem, que tiene 59 a?os y que se reuni¨®, en el lugar donde se difundieron las conclusiones, con otras v¨ªctimas para manifestar su descontento con el informe final. "Creemos que los resultados alcanzados son rid¨ªculos comparados al mal padecido".
La mesa redonda que ha analizado los hechos aprob¨® in extremis, un d¨ªa antes del cierre de sus trabajos, la creaci¨®n de un fondo de 120 millones de euros destinado a las indemnizaciones, al que contribuir¨¢n a partes iguales la Iglesia, el Estado federal y los l?nder. Del total, 20 millones de euros ser¨¢n para las pensiones de quienes, como Miesem, trabajaron de ni?os como carpinteros, tejedores, mec¨¢nicos, etc¨¦tera.
Las v¨ªctimas reclamaban un fondo de 450 millones, pero, ante el riesgo de que no se aprobara ninguna suma de dinero, aceptaron un compromiso que ahora tachan de "farsa". Asimismo, lamentan que no pudieron consultar con sus abogados mientras participaban en los trabajos y que el informe no cuenta toda la verdad.
"Es un esc¨¢ndalo", repite Friedhelm M¨¹nter, 58 a?os, un se?or robusto de barba blanca, mientras cuelga una pancarta con su historia y distribuye informaciones sobre su caso. Su tragedia empez¨® cuando ten¨ªa tres meses y entr¨® por primera vez en el orfanato de M¨¹nster. Desde ah¨ª pas¨® por varias instituciones m¨¢s y padeci¨® todo tipo de violencia.
Desde la "hermana Ilse", quien lo obligaba a ense?ar frente a todos los compa?eros que se hab¨ªa orinado encima, hasta un educador del orfanato de Werl, en el norte, que abus¨® sexualmente de ¨¦l. Sufri¨® adem¨¢s la prohibici¨®n de ver a su madre, quien hab¨ªa sido declarada incapaz de mantener un hijo parido fuera del matrimonio, y la traum¨¢tica separaci¨®n de su hermana, que estaba en el mismo internado, a la edad de cinco a?os. "A pesar de que se me podr¨ªa haber devuelto a mi madre, esto no ocurri¨®", explica. "Me echaron fuera del orfanato, a la sociedad, como una persona traumatizada. Soy v¨ªctima de la destrucci¨®n institucional de mi infancia y de la violaci¨®n sistem¨¢tica de mis derechos humanos".
Seg¨²n otra decisi¨®n pol¨¦mica de la comisi¨®n, cada v¨ªctima tendr¨¢ que solicitar por separado una indemnizaci¨®n, que depender¨¢ de los abusos sufridos. No habr¨¢ por tanto una suma igual para todos, como ped¨ªan los afectados. Se calcula que cada una recibir¨¢ entre 3.000 y 4.000 euros.
Demasiado poco para quienes, como Hannelore Abraham, de 65 a?os, padecen todav¨ªa graves consecuencias. "No puedo viajar en autob¨²s o tranv¨ªa, me molestan los espacios cerrados y la cercan¨ªa de la gente, me da p¨¢nico estar en habitaciones con las ventanas cerradas..." Abraham, una se?ora de ojos azules claros que usa bast¨®n, enumera sus miedos fruto de los castigos padecidos en el orfanato durante su ni?ez. "Los repetidos castigos en aislamiento, en cuartos peque?os, oscuros y sin ventanas me traumatizaron", explica. A pesar de todo, ofrece asistencia a las otras v¨ªctimas como asesora de la Asociaci¨®n de Antiguos Internos.
La Iglesia y los Estados piden disculpas
"Parte del trabajo de nuestra comisi¨®n es la de pedir perd¨®n a los afectados por lo ocurrido", dijo ayer Georg Gorissen, representante de los Estados federados en la comisi¨®n que ha elaborado el estudio de los abusos en los orfanatos alemanes de la posguerra, durante la conferencia de prensa en la que se present¨® el informe final. "Asumimos la responsabilidad a trav¨¦s de nuestra participaci¨®n en las indemnizaciones", a?adi¨® el representante de la Iglesia cat¨®lica, Johannes St¨¹cker-Br¨¹ning.
Los miembros de la comisi¨®n, con excepci¨®n de las v¨ªctimas, manifestaron su satisfacci¨®n con el resultado logrado. La ex presidenta del Parlamento alem¨¢n Antje Vollmer, que ha encabezado esta comisi¨®n, destac¨® "la toma de responsabilidad colectiva", expresada en el informe mediante la participaci¨®n del Estado federal, los l?nder y las Iglesias cat¨®lica y evang¨¦lica en el fondo de 120 millones para las indemnizaciones. "Un Estado de Derecho deficiente e inmaduro", seg¨²n Vollmer, no habr¨ªa sido capaz en la posguerra de establecer responsabilidades claras para las injusticias. A?adi¨® que la comisi¨®n trabaj¨® con dificultad debido al tiempo transcurrido desde que ocurrieron los hechos.
Algunas cuestiones quedan sin embargo abiertas: cada Estado federado, como el Estado federal, deber¨¢ aprobar oficialmente la financiaci¨®n de las indemnizaciones. Asimismo hace falta que el Gobierno federal d¨¦ m¨¢s financiaci¨®n a la comisi¨®n para que se organicen los entes regionales que recopilen y aprueben las peticiones.
Otra comisi¨®n paralela, creada este a?o, y en la que participan las actuales ministras de Familia, Educaci¨®n y Justicias, est¨¢ elaborando un informe de los casos de abusos sexuales en instituciones educativas cat¨®licas y laicas en tiempos m¨¢s recientes.
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