La herencia (buena) del 'boom'
La etapa de prosperidad aliment¨® los desequilibrios causantes de la crisis, pero integr¨® a miles de universitarios que est¨¢n llamados a cambiar la econom¨ªa
Cuenta Matilde Mas, profesora de la Universitat de Val¨¨ncia y miembro del Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (IVIE), que estos d¨ªas, cuando los alumnos de ¨²ltimo curso le piden consejo sobre su futuro laboral, les recomienda que se marchen: a Estados Unidos, a Alemania, a cualquier lugar que no est¨¦ siendo tan castigado por la crisis y donde las previsiones no sean tan pesimistas. La conversaci¨®n tiene lugar en el pasillo de la Facultad de Econom¨ªa que Mas comparte con Francisco P¨¦rez, director del IVIE, fundado hace 20 a?os por la Generalitat con un objetivo: "Disponer de una organizaci¨®n capaz de hacer investigaci¨®n econ¨®mica apoy¨¢ndose en el capital humano de las universidades", dice P¨¦rez. El instituto celebra su aniversario en medio de la peor crisis global a la que ha asistido la mayor¨ªa de los economistas vivos, y eso ha obligado a sus investigadores a hacer un alto en su m¨¦todo de trabajo habitual (el medio y largo plazo) para ocuparse de la coyuntura.
La Comunidad Valenciana no saldr¨¢ antes de la crisis, cree Francisco P¨¦rez
"Los universitarios han llegado para quedarse", afirma el director del instituto
El IVIE naci¨® en 1990 para investigar la econom¨ªa apoyado en las universidades
El mensaje de P¨¦rez no es de entrada tan devastador como el que seguramente sin pretenderlo transmite Mas. El director del IVIE no es optimista ("cuando la econom¨ªa dice que el sistema tiene mecanismos para reequilibrarse, lo que no dice es que esos mecanismos no tengan costes y lleven tiempo; por supuesto que la actual situaci¨®n podr¨¢ corregirse, pero nos costar¨¢"), y aun as¨ª, quiz¨¢ por la costumbre de la perspectiva, deja en su discurso alg¨²n elemento para la esperanza, como se ver¨¢ enseguida.
Todav¨ªa no se han estudiado del todo las consecuencias envenenadas de la d¨¦cada larga (1995-2007) de prosperidad que vivi¨® Espa?a y la Comunidad Valenciana en particular, lo que se suele llamar el boom. Pero s¨ª se han explicado buena parte de sus aspectos. El crecimiento de la econom¨ªa galop¨® a lomos de una burbuja inmobiliaria. Su estallido ha causado un socav¨®n cuya profundidad a¨²n no est¨¢ clara. Por su alta rentabilidad la fiebre inmobiliaria absorbi¨® inversiones y cr¨¦ditos que podr¨ªan haberse destinado a modernizar actividades tradicionales o alumbrar otras nuevas de m¨¢s valor a?adido. El reclamo del empleo poco cualificado y bien pagado foment¨® el abandono escolar. La expansi¨®n monetaria, la entrada en el euro y los bajos tipos de inter¨¦s sentaron las bases de una monta?a de deuda (p¨²blica y privada) muy dif¨ªcil de digerir. El territorio y el paisaje pagaron la factura ambiental del ladrillo. Etc¨¦tera.
De todo ello va hablando P¨¦rez hasta que se le pregunta: ?Le costar¨¢ m¨¢s recuperarse a la econom¨ªa valenciana que a la espa?ola? "Lo que es evidente es que nos ha afectado m¨¢s. Una prueba de ello es la tasa de paro. Es verdad que la experiencia de otros momentos se?ala tambi¨¦n que cuando la econom¨ªa repunta, la valenciana lo hace con m¨¢s fuerza. Pero la duda que existe en estos momentos es si ese mecanismo de recuperaci¨®n m¨¢s r¨¢pida, del que muchas veces ha sido responsable el propio sector inmobiliario, en este caso va a ayudar. Lo previsible es que a corto plazo no lo haga".
?D¨®nde est¨¢n las buenas noticias? El director del IVIE cree que fuera del desalentador campo de visi¨®n general hay cosas que ya han empezado a cambiar. El t¨¦rmino clave es capital humano, una de las especialidades del instituto. O, dicho de otra forma, los universitarios. "Una parte de la econom¨ªa que nos debe ayudar a crecer ya existe pero todav¨ªa es peque?a. Son esas actividades m¨¢s intensivas en tecnolog¨ªa y en conocimiento. Y para eso hay un elemento muy positivo, y es que durante el boom hubo una penetraci¨®n enorme de capital humano en las empresas, tambi¨¦n en las valencianas. El n¨²mero de universitarios se multiplic¨® por tres".
De los siete millones y medio de puestos de trabajo generados en Espa?a entre 1995 y 2007, tres millones eran universitarios. "Es verdad que una parte de ellos est¨¢ ocupando puestos para los que est¨¢n sobrecualificados, pero la mayor¨ªa no. Y una buena noticia es que llegaron y han resistido, porque la destrucci¨®n de empleo de universitarios ha sido m¨ªnima. Del empleo destruido, solo el 3% es de universitarios, cuando representan el 20 y tantos por ciento de los empleados. Hay razones para pensar que los universitarios han llegado para quedarse y eso deber¨ªa ser un elemento que contribuyera a que sean viables las transformaciones que dentro de las empresas que sobreviven y sobrevivir¨¢n se est¨¢n produciendo".
La econom¨ªa valenciana debe mover ficha en dos direcciones, sigue P¨¦rez: cambiar lo que produce y d¨®nde lo vende; y abordar cambios de ahorro de costes y organizativos en las empresas. "Para ambas cosas hace falta capital humano. Porque no puedes cambiar los perfiles y las caracter¨ªsticas de los productos si no tienes gente que dise?a, que innova. Tampoco vendes en otros mercados si no tienes gente que hable lenguas, ya no solamente ingl¨¦s y franc¨¦s sino lo que haga falta, y teja redes comerciales. Pero tampoco mejoras los procesos con facilidad si no tienes gente que sea capaz de comprender y contribuir a hacer mejor las cosas".
Hoy, con la cuarta tasa de paro m¨¢s alta de Espa?a y con un tejido productivo especializado en actividades de poco valor a?adido, no es f¨¢cil pensar en otra cosa. Pero el director del IVIE remata: "Creo que hay un proceso de transformaci¨®n en marcha que, si fu¨¦ramos capaces de medirlo, no nos dir¨ªa cosas buenas porque todav¨ªa es muy peque?o. Pero si lo sigui¨¦ramos nos dar¨ªa pronto buenas noticias porque va creciendo de tama?o. Aunque no va a ser f¨¢cil. Y va a obligar a que todos seamos mucho m¨¢s realistas".
La dificultad de remar contra el viento
La crisis ha dejado muchos damnificados. ?Est¨¢n entre ellos los economistas que, en general, no advirtieron la gravedad de lo que estaba a punto de ocurrir? "Tomados en su conjunto la opini¨®n de los economistas acab¨® estando bastante en sinton¨ªa con el optimismo y la infravaloraci¨®n de los riesgos generales, eso no se puede negar", responde Francisco P¨¦rez, director del IVIE. "Es verdad que algunos economistas avisaron del riesgo de aspectos concretos. Lo que pasa es que cuando se generalizan estos estados de opini¨®n, optimistas o pesimistas, nadar contracorriente es muy complicado. Da la impresi¨®n de que cuando se hacen comentarios sobre los riesgos que parecen desmentir los hechos se est¨¢ queriendo actuar como aguafiestas. Y en particular estas dudas se plantean m¨¢s sobre los universitarios, que parece que tenemos un sentido cr¨ªtico muy exacerbado".
El IVIE, en el que trabajan 50 personas, fue creado por el Consell socialista en 1990. Sus investigadores pertenecen a la Universitat de Val¨¨ncia, pero tambi¨¦n a la de Alicante, la Jaume I de Castell¨®n, la de Murcia, la Pablo de Olavide de Sevilla y la Pompeu Fabra de Barcelona. Su naturaleza fue desde el principio, sin embargo, singular: se trata de una empresa de la que el Gobierno valenciano posee el 21% del capital. El resto corresponde a Bancaja, Fundaci¨®n BBVA, CAM y, en otro escal¨®n, a Ford, Funcas y la fundaci¨®n Ca?ada Blanch. Su grado de independencia respecto al Consell, asegura P¨¦rez, es total, a pesar de que la presidencia del instituto corresponde al consejero de Econom¨ªa y Hacienda. El Consell financia entre el 10% y el 15% del presupuesto del IVIE que, antes de la crisis, rondaba los dos millones de euros.
Creador de una inmensa base de datos, su gran especialidad es el estudio del crecimiento econ¨®mico y sus fuentes: an¨¢lisis regionales, influencia de las nuevas tecnolog¨ªas, acumulaci¨®n de capital y, relacionado con ello, el impacto econ¨®mico de la educaci¨®n.
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