Lukashenko se prepara para repetir mandato en Bielorrusia

El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, en el poder desde 1994, espera prolongar su mandato cuatro a?os m¨¢s y adquirir una imagen de prudente aperturista en los comicios que se celebran este domingo. Los analistas dan por hecho el primer objetivo, pero no el segundo, y aplican a Bielorrusia una famosa frase de Stalin, v¨¢lida a¨²n para la mayor¨ªa de los Estados post-sovi¨¦ticos: "Lo importante no es c¨®mo se vote, sino c¨®mo se cuenten los votos".

Esta vez, Lukashenko podr¨ªa haberse arriesgado incluso a competir en honrada liza, ya que se ve favorecido por circunstancias externas. A diferencia de las elecciones de 2006, cuando la oposici¨®n democr¨¢tica se concentr¨® en torno a dos candidatos, esta vez son nueve los rivales del presidente. Entre ellos destacan Vlad¨ªmir Nekli¨¢ev, un respetado poeta; Yaroslav Romanchuk, un economista, y Andr¨¦i S¨¢nnikov, ex diplom¨¢tico y ex viceministro de Exteriores. Encuestas realizadas por el profesor Oleg Man¨¢iev indicaban que Lukashenko podr¨ªa obtener un 31% de los votos y la oposici¨®n en su conjunto, un 20%, lo que, de confirmarse, obligar¨ªa a una segunda vuelta. A diferencia de 2006, los rivales de Lukashenko han tenido esta vez m¨¢s oportunidades de celebrar concentraciones en la calle y han podido utilizar su tiempo de propaganda en la televisi¨®n.

En el cargo desde 1994, promete una apertura para seguir en la presidencia

Pocos d¨ªas antes de la cita con las urnas, Lukashenko ha conjurado el peligro que supon¨ªa una campa?a activa de Rusia contra su persona. Antes, la cadena de televisi¨®n NTV (perteneciente al monopolio del gas ruso Gazprom) hab¨ªa emitido una serie de reportajes en los que se presentaba al l¨ªder bielorruso como un p¨¦rfido y desequilibrado dictador e informaba por primera vez, con a?os de retraso, de los excesos del r¨¦gimen.

El presidente ruso, Dmitri Medv¨¦dev, lleg¨® a decir que Lukashenko, en sus afirmaciones sobre Rusia, iba m¨¢s all¨¢ de "la m¨¢s elemental decencia humana". El Kremlin parec¨ªa haber dado la espalda al dirigente bielorruso, pero a la vista de los acontecimientos parece que solo quer¨ªa disciplinarlo en aras de los proyectos comunes. Por los acuerdos recientemente firmados, Mosc¨² suministrar¨¢ petr¨®leo a Bielorrusia, pero este pa¨ªs tendr¨¢ que ceder a Rusia el 100% de los aranceles sobre la exportaci¨®n de los productos petroleros refinados en Bielorrusia.

La rebaja de los subsidios rusos en los ¨²ltimos a?os ha hecho que Lukashenko se abriera a otros horizontes (la UE, EE UU y Venezuela), y jugara sus cartas geoestrat¨¦gicas entre el Este y el Oeste para obtener el m¨¢ximo beneficio. Lukashenko no ha reconocido la independencia de Osetia del Sur y Abjazia, como el Kremlin hubiera querido, y cada vez m¨¢s asume, por lo menos formalmente, elementos de una ideolog¨ªa europea y nacional bielorrusa.

En un mitin celebrado el jueves en Minsk, Nekli¨¢ev y S¨¢nnikov, exhortaron a sus seguidores a salir a la calle el domingo por la noche para defender la democracia. La inc¨®gnita es saber si conseguir¨¢n el mismo grado de movilizaci¨®n que en las presidenciales de 2006, cuando grupos de j¨®venes plantaron tiendas en el centro de Minsk hasta que fueron desalojados por la polic¨ªa.