Con el dinero de todos
La Valencia oficial se puso de gala para la inauguraci¨®n oficial del AVE Madrid-Valencia. Pol¨ªticos y empresarios se daban codazos, gui?aban los ojos y se abrazaban con redoble de palmadas en las espaldas. El adjetivo "hist¨®rico" no se les ca¨ªa de la boca a ninguno de los asistentes. El rey compar¨® la ceremonia con la puesta en marcha del primer ferrocarril en Espa?a entre Barcelona y Matar¨® y el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, confes¨® que el de ayer era uno de los escasos d¨ªas felices que hab¨ªa vivido en los ¨²ltimos tiempos. Todo era alegr¨ªa, generosidad y pl¨¢cemes. El AVE era de todos. Pero hubo un tiempo en que no fue as¨ª. En 2003 el tren era cosa ¨²nicamente del PP. El entonces candidato a la presidencia de la Generalitat, Francisco Camps, aparec¨ªa en las vallas publicitarias con el AVE detr¨¢s como si ya fuera una realidad. Incauto hubo que lleg¨® a preguntar en la estaci¨®n de Atocha d¨®nde se compraban los billetes para Valencia, tal era la fuerza de la m¨¢quina de propaganda del PP.
Si los pol¨ªticos no fueran tan mezquinos en sus comportamientos y en sus manifestaciones, la puesta en marcha de la l¨ªnea de alta velocidad entre Madrid y Valencia deber¨ªa celebrarse como una obra de todos. De Joan Lerma a Francisco Camps, de Ricard P¨¦rez Casado a Rita Barber¨¢, de Aznar a Zapatero, de ?lvarez Cascos a Blanco y de muchos empresarios, singularmente de Federico F¨¦lix, que empujaron un tren que parec¨ªa que no iba a arrancar nunca. Pero no hay manera. Hasta ayer mismo el presidente de la Generalitat, en un art¨ªculo que se pretend¨ªa institucional, tuvo que desafinar al reclamar sibilinamente todo el protagonismo para el PP. Puro oportunismo y puro juego de manos. Para restar protagonismo a los socialistas se dice que el AVE es cosa de todos y, a rengl¨®n seguido, se reclama la paternidad del proyecto, cuando es sabido que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar puso a los empresarios valencianos y a su partido ante el dilema de elegir entre trasvase del Ebro o tren. Eligieron agua y hay tren.
Pero bien est¨¢ lo que bien acaba. El AVE es una realidad y pocos cuestionan la trascendencia econ¨®mica que supondr¨¢. S¨ª, la de ayer fue una jornada hist¨®rica para Valencia y motivos hay para estar orgullosos. Pero la cita con el tren solo es un paso m¨¢s. El Gobierno se ha comprometido a que la alta velocidad llegue a Alicante en 2012 y a Castell¨®n a 2014. No parece que vaya a retrasarse, pero habr¨¢ que estar vigilantes para que se cumpla la palabra dada. Como hay que seguir reclamando el cierre de la l¨ªnea entre Castell¨®n y Tarragona para que el corredor mediterr¨¢neo sea una realidad lo mismo que el parque central de Valencia. Del mismo modo que habr¨¢ que exigir que el plan de cercan¨ªas no se quede en otro anuncio m¨¢s sacrificado por la crisis.
Zapatero subray¨® ayer que el AVE se ha hecho con los impuestos de los ciudadanos. Una obviedad aparente que sirve para recordar que las grandes obras o los eventos se hacen con el dinero de los ciudadanos. Ya no hay plusval¨ªas con que financiar seg¨²n qu¨¦ cosas ni queda margen para la deuda p¨²blica. As¨ª que nadie se llame a enga?o: lo que queda por hacer se har¨¢ con inversiones privadas o con impuestos. Quien diga lo contrario, miente. No se f¨ªen de quienes regalan duros a cuatro pesetas. El AVE que se inaugur¨® ayer no es solo cosa de todos, tambi¨¦n se ha pagado con el dinero de todos. Incluido el de los que nunca lo utilizar¨¢n.
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