Peligros a la vista
La informaci¨®n m¨¢s destacada de la semana se situ¨® en el ¨¢mbito de los precios y salarios, con la publicaci¨®n por el INE del IPC de noviembre y la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL) y el ¨ªndice de precios de la vivienda (IPV) del tercer trimestre.
El IPC se atuvo a lo previsto, al aumentar un 0,5% respecto a octubre. Esta tasa es relativamente elevada, pero se explica por la estacionalidad del vestido y el calzado y por la subida del precio de la energ¨ªa. En noviembre de 2009, el aumento mensual fue el mismo, por lo que la tasa de inflaci¨®n anual se mantuvo estable en el 2,3%. Tampoco se observan cambios significativos en los distintos componentes, aunque contin¨²a la ligera tendencia al alza de los precios de los alimentos elaborados y de los bienes industriales no energ¨¦ticos, que podr¨ªa explicarse por los efectos de la subida del IVA en julio y por el aumento de los precios de las materias primas utilizadas en la producci¨®n de los mismos.
Sin la subida del IVA ni el aumento del precio de la energ¨ªa, la inflaci¨®n se situar¨ªa en el 0,5%
No saldremos de la crisis con alzas de salarios y m¨¢s consumo, sino con menos costes y m¨¢s competitividad
La tasa del 2,3%, aunque relativamente moderada para las costumbres de la econom¨ªa espa?ola, no es un fiel reflejo de las nulas tensiones de los precios generados por las empresas espa?olas. Si de ella restamos el impacto de la subida del IVA, que puede estimarse en unas seis d¨¦cimas porcentuales -otras cinco las han absorbido los m¨¢rgenes comerciales-, y el aumento de los precios de la energ¨ªa, que es una inflaci¨®n importada, la inflaci¨®n estar¨ªa en el 0,5%. Por ello es enga?oso el hecho de que el diferencial con la zona euro haya aumentado en los ¨²ltimos meses y se haya situado en tres d¨¦cimas porcentuales, cuando en 2009 fue negativo [gr¨¢fico superior izquierdo]
. En todo caso, esto no debiera utilizarse como un indicador de p¨¦rdida de competitividad.
A pesar de que en noviembre no hubo novedades en el comportamiento del IPC, las previsiones para diciembre y el pr¨®ximo a?o s¨ª han sufrido cambios importantes, desafortunadamente al alza. Por un lado, la reciente subida de los impuestos sobre el tabaco a?adir¨¢ un par de d¨¦cimas al IPC de diciembre y enero, y por otro, la nueva escalada del precio del petr¨®leo y la inevitable subida del recibo de la luz pueden a?adir otra d¨¦cima en diciembre y dos o tres en enero. Total, el a?o puede terminar en el 2,8%, y enero, en el 3%, unas cuatro y seis d¨¦cimas m¨¢s, respectivamente, de lo previsto en noviembre [gr¨¢fico superior derecho]. La previsi¨®n media anual para 2011 aumenta medio punto porcentual, hasta el 2,3%.
Alguien podr¨ªa ver en esto una nota positiva, pues nos aleja de la deflaci¨®n, pero se equivocar¨ªa. La inflaci¨®n generada por el sistema productivo espa?ol seguir¨¢ siendo del 0,5% y el resto son rentas que se van a llevar las Administraciones p¨²blicas (todas ellas se benefician de la subida del IVA y del impuesto sobre el tabaco) y los pa¨ªses productores del petr¨®leo del bolsillo de los consumidores. Las empresas y los consumidores espa?oles perder¨¢n poder adquisitivo, lo que acabar¨¢ lastrando el consumo y la inversi¨®n. Nada bueno, por tanto.
Teniendo en cuenta la naturaleza de la inflaci¨®n, ni las empresas ni los trabajadores asalariados deben intentar recuperar su poder adquisitivo, unas manteniendo o aumentando sus m¨¢rgenes y otros indiciando los aumentos salariales al IPC. Si hacemos esto, acabaremos profundizando m¨¢s la crisis, perdiendo competitividad y destruyendo empleo. Con una tasa de paro del 20% es suficiente.
El comportamiento de los salarios debe continuar la tendencia que se observa a lo largo de este a?o, es decir, de moderaci¨®n, lo que ha permitido que el aumento anual de los costes laborales por trabajador haya pasado del 4% en la primera mitad de 2009 a caer un 0,3% en el tercer trimestre, si bien esta ca¨ªda se debe a la de los costes no salariales. Por primera vez en la historia, los costes en Espa?a est¨¢n aumentando menos que en la zona del euro . De nuevo alguien podr¨ªa aducir que esto lastra el poder adquisitivo de los trabajadores y el consumo. Pero, cr¨¦anme, no saldremos de la crisis aumentando los salarios y consumiendo m¨¢s, sino reduciendo nuestros costes, ganando competitividad y exportando m¨¢s, lo que requiere moderaci¨®n salarial y aumentos de productividad. Vamos por el buen camino, no lo estropeemos.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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