??frica? Solo materias primas
Las materias primas, la corrupci¨®n, las drogas, el terrorismo y la compraventa de armas son los asuntos que m¨¢s preocupan a la diplomacia estadounidense en ?frica, seg¨²n hemos podido ver en los cables de Wikileaks.
De forma descarada, estos cables relatan c¨®mo las minas de cobalto, bauxita, cromita o colt¨¢n deben estar "protegidas" por Estados Unidos para mantener el nivel tecnol¨®gico y proteger la estabilidad de la primera potencia mundial.
Por lo visto, la mayor parte de la actividad de sus embajadas en ?frica se centra en controlar las riquezas naturales y solo en uno de los cables se habla de pasada de los "supuestos avances de la investigaci¨®n francesa sobre Ruanda".
No vemos en estos cables demasiada preocupaci¨®n por la defensa de los derechos humanos o de la paz y, mucho menos, por el bienestar de los ciudadanos. Sus temas estrella est¨¢n siempre relacionados con las consecuencias que los acontecimientos en esa zona pueden conllevar para el Primer Mundo. Y as¨ª, si las nuevas rutas de las drogas o el terrorismo preocupan es porque su destino final es Europa, no por el da?o que estos fen¨®menos puedan estar haciendo a todo un continente.
No se ve a EE UU preocupado por los derechos humanos o por la paz en los cables de Wikileaks
El gran asunto de los despachos estadounidenses es, como ha quedado dicho, el de las materias primas, esas que hacen que nosotros tengamos ordenadores y m¨®viles o que se pueda desarrollar nuestra industria espacial. En los a?os noventa, el control de las minas de diamantes desencaden¨® una cruel guerra en Sierra Leona y Liberia, y en esa misma d¨¦cada vimos en televisi¨®n c¨®mo cientos de miles de personas hu¨ªan de la masacre entre hutus y tutsis.
De esta ¨²ltima atrocidad se nos dijo que se trataba de querellas ¨¦tnicas, entre salvajes. Pero con el tiempo hemos podido saber que aquellas matanzas solo fueron luchas por el control de zonas mineras, en la que intervinieron las grandes potencias utilizando a los ruandeses como guerreros manipulados.
El tiempo va poniendo todo en su sitio y recientemente hemos comenzado a leer informes de altos cargos de Naciones Unidas, hasta ahora ocultos, hablando de las matanzas que sufrieron los hutus ruandeses tras el genocidio tutsi. Eso confirma lo que era vox p¨®puli, que el presidente ruand¨¦s Kagame (el que quiso visitar a Zapatero pero este no le recibi¨®) llev¨® a cabo en territorio congole?o una matanza de hutus, que hu¨ªan de Ruanda, ante la mirada congelada del resto de la humanidad. A pesar de protagonizar estos hechos, el actual secretario General de Naciones Unidas le nombr¨® codirector de los Objetivos del Milenio. ?No hab¨ªa nadie mejor?
En el filme Hotel Rwanda vimos el genocidio tutsi: 800.000 muertos y dos millones de refugiados. Esta masacre se pudo llevar a cabo gracias a la mala utilizaci¨®n de 134 millones de d¨®lares del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional bajo un Programa de Ajuste Estructural. Naciones Unidas, absolutamente desbordada por la situaci¨®n, no hizo nada para impedirlo.
Pero lo que nunca se hab¨ªa sabido oficialmente es que tras esa matanza vino otra, no menos sanguinaria. Los informes secretos hasta hace escasos meses, dada la importancia de los implicados, ni se mencionan en los cables de Wikileaks. ?C¨®mo se han podido guardar en un caj¨®n informes tan sangrantes? ?A qui¨¦n pretend¨ªan proteger?
El Informe Gersony, un documento de 1994 elaborado por el entonces representante de Estados Unidos ante el Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados en Ruanda, narra m¨¢s de 30.000 asesinatos en los tres meses posteriores a la toma del poder por parte de Kagame. O sea tutsis que asesinaban hutus.
Asimismo dos memorandos de Naciones Unidas revelan que la ONU conoc¨ªa este informe as¨ª como su secretario general Kofi Anan y el subsecretario de Estado norteamericano, George Moose. Por su parte la comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha denunciado recientemente a Kagame: "Cometi¨® cr¨ªmenes contra ancianos, mujeres y ni?os hutus, tanto ruandeses como congole?os, cuando hu¨ªan hacia el Congo". De esta manera, la ONU est¨¢ reconociendo un segundo genocidio, ocultado oficialmente hasta ahora.
El que s¨ª conoc¨ªa estos datos era el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu quien en febrero de 2008 admiti¨® a tr¨¢mite una querella criminal contra la c¨²pula militar ruandesa. Francia tambi¨¦n decidi¨® procesarla, y el actual secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, recibi¨® recientemente una comisi¨®n rogatoria del juez Andreu en la que se le solicitaban "todas las pruebas".
Carla del Ponte, ex fiscal del Tribunal Penal Internacional para Ruanda, describe con detalle en su ¨²ltimo libro el encubrimiento sistem¨¢tico por parte de Estados Unidos de los hechos acontecidos. Relata las pruebas que obtuvo para procesar a Kagame y describe con minuciosidad los lugares donde se llevaron a cabo las masacres. Estos hechos hicieron que tuviese que dejar su puesto en el tribunal por negarse a actuar de encubridora. Su sustituto ya se encarg¨® de hacerlo.
Una verg¨¹enza.
Merc¨¨ Rivas Torres es periodista y escritora, autora de Los sue?os de Nassima y Vidas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.