Maquiavelo oriental
Es una mina inmensa. De tama?o y valor bien ciertos, pero de dimensiones desconocidas. Hay filones de calidades y tama?os diversos ya explotados, al menos parcialmente. Luego est¨¢n los filones que quedan por conocer. Por m¨¢s que muchos Gobiernos hayan querido minimizar el valor de los hallazgos m¨¢s singulares, es abundante el n¨²mero, calidad y tama?o de las piedras preciosas encontradas hasta ahora. Nadie ha hallado, es verdad, la piedra filosofal, ni el secreto del poder mundial. Nadie ha obtenido la revelaci¨®n capaz de darle la vuelta a la historia del mundo. Pero estos son fruto de meras expectativas exageradas, que han contribuido objetivamente al posterior efecto minimizador. La mera revelaci¨®n, y su proporci¨®n, es el acontecimiento que en s¨ª mismo lleva a cambiar muchos par¨¢metros de la diplomacia, el blindaje de los secretos e incluso puede alcanzar a la jurisprudencia sobre la persecuci¨®n de los responsables.
Lo que nos cuentan los cables sobre el conjunto del mundo musulm¨¢n es devastador
Uno de los mejores filones abiertos por los cables del Departamento de Estado que Wikileaks ha desvelado son las informaciones que nos ofrecen sobre el conjunto del mundo ¨¢rabe, desde Marruecos hasta Irak, ¨¢rea tem¨¢tica que se puede ampliar geogr¨¢ficamente hasta los confines del Gran Oriente Pr¨®ximo en la frontera indo-pakistan¨ª. Lo que nos cuentan los cables acerca de los reg¨ªmenes de estos pa¨ªses es devastador, tanto sobre los niveles de corrupci¨®n y saqueo de las arcas p¨²blicas, como de la benevolencia interesada y corruptora de los pa¨ªses occidentales, acomodados a unos d¨¦spotas que les tienen amarrados fundamentalmente por la energ¨ªa.
Alguien podr¨¢ decir de nuevo que todos lo sab¨ªamos. Ser¨¢ entonces que lo hab¨ªamos olvidado o ven¨ªamos actuando fingiendo que lo hab¨ªamos olvidado. La muestra m¨¢s extrema del maquiavelismo oriental practicado por estos reg¨ªmenes nos la ofrece el conjunto de cables que se refieren a las reacciones suscitadas por la publicaci¨®n de las caricaturas de Mahoma por el diario dan¨¦s Jyllands-Posten, a principios de 2006, con una reacci¨®n en cadena por parte de musulmanes de todo el mundo, ahora perfectamente documentada en cuanto a apoyos, financiaci¨®n e incluso su directa organizaci¨®n. En Damasco, donde fueron asaltadas y destruidas cuatro embajadas occidentales, fue el primer ministro quien dio instrucciones personalmente para que los sermones del viernes en las mezquitas echaran a la gente a la calle en protesta por las caricaturas. Seg¨²n contaba Maite Rico en su cr¨®nica, el r¨¦gimen de Assad "permiti¨® que los sun¨ªes descargaran su ira", present¨¢ndose como el "defensor de la dignidad isl¨¢mica", mientras se?alaba a la comunidad internacional que "esto es lo que ocurrir¨¢ si permitimos una verdadera democracia y los islamistas llegan al poder".
La utilizaci¨®n del islamismo radical por parte de reg¨ªmenes laicos como la dictadura de Assad no tiene nada de parad¨®jico ni de excepcional. Al contrario, es un modelo utilizado a placer en toda la zona geogr¨¢fica y por todo tipo de reg¨ªmenes, desde monarqu¨ªas como la marroqu¨ª o las de la pen¨ªnsula ar¨¢biga hasta rep¨²blicas te¨®ricamente democr¨¢ticas como Pakist¨¢n. Con casos extremos, en que es el propio r¨¦gimen el que organiza las algaradas, hasta otros m¨¢s atemperados en que se reprime a los extremistas pero se les utiliza como espantajo ante los occidentales.
El maquiavelismo oriental no tiene que ver directamente ni con la civilizaci¨®n ¨¢rabe ni mucho menos con el islam. Es m¨¢s probable que se trate de una fuerte tradici¨®n arraigada en una zona geogr¨¢fica donde la huella del otro maquiavelismo, europeo y de ra¨ªz colonial, ha echado sus frutos incluso entre quienes no son ni ¨¢rabes ni musulmanes. Un buen ejemplo lo ofrece Netanyahu, que juega a dos barajas con los extremistas de por medio en dos partidas entrelazadas, y en ambas con id¨¦ntica habilidad a la hora de sacar provecho de la polarizaci¨®n: con el extremismo palestino de Ham¨¢s, para demostrar que no hay un interlocutor palestino con fuerza y representatividad, y con los colonos, cuya actividad hipoteca cada vez m¨¢s la negociaci¨®n del territorio.
Este fil¨®n nos se?ala que algo se est¨¢ haciendo terriblemente mal desde Europa y EE UU respecto a estos reg¨ªmenes y a toda la zona, Israel incluido. Es evidente que la derecha europea, los partidos populistas antiisl¨¢micos e incluso el propio Vaticano con su pol¨ªtica de competencia y contenci¨®n del islam han venido a echar m¨¢s aceite en este fuego, alentando el choque de civilizaciones con tal torpeza que se ha terminado perjudicando muy seriamente incluso a los cristianos de Oriente, v¨ªctimas tambi¨¦n dobles, de una jerarqu¨ªa cat¨®lica que ha perdido su sentido pol¨ªtico y de unos reg¨ªmenes desp¨®ticos que los utilizan como v¨ªctimas propiciatorias lanzadas como pasto de las peores pasiones de los fundamentalistas. Pero tampoco lo han hecho mucho mejor quienes preconizan pol¨ªticas de apaciguamiento, bien f¨¢cilmente manipulables por el Maquiavelo oriental.
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