Mirando atr¨¢s

TVE ha impuesto el ritual de comenzar el a?o mirando por el retrovisor. Ya no se puede ver el ¨²ltimo anuncio del a?o, pero tras el rito de las campanadas, comienza el retorno al pasado. La televisi¨®n p¨²blica sigue siendo la mayoritaria en los actos oficiales, y las campanadas lo son. Pronto se le prohibir¨¢ retransmitirlas para favorecer a las privadas. Pero su fiesta nos zambulle en el t¨²nel del tiempo. Y nos gusta volver a ver el kitsch, la inocencia, la mascarada de otros tiempos, m¨¢s que la contempor¨¢nea. Se ha institucionalizado empezar el a?o mirando atr¨¢s. El archivo nos devuelve a casa por Navidad. Y nos sale barato. Eso s¨ª, es de justicia que cobre unos c¨¦ntimos el autor del Porompompero y del "All¨ª me col¨¦ y en tu fiesta me plant¨¦", aunque solo sea por uso y desgaste a?o tras a?o; aunque el dinero les llegue por la v¨ªa de la SGAE, que es junto a los controladores a¨¦reos, los dos malos colectivos que se ha fabricado el subconsciente nacional para pensar que el resto de la poblaci¨®n vive de la entrega desinteresada de su esfuerzo laboral.

El montaje plantea un juego regresivo. El r¨®tulo aclaratorio llega cuando ya los comensales han participado en adivinar si aquellos tipos en blanco y negro eran los hermanos Calatrava, Juan y Junior o Las Grecas. Empezar el a?o paseando hacia atr¨¢s tiene algo de metaf¨®rico, como si nos diera p¨¢nico el porvenir. Nos vamos viendo a nosotros mismos y respondemos interiormente a un test sobre cu¨¢ntas nocheviejas fuimos condenados a pasarlas ante el televisor. Esta s¨ª, esta no, aquella tambi¨¦n.

A ratos, cuando uno ve a Mill¨¢n Salcedo o a Tip y Coll nos gustar¨ªa que la tele fuera interactiva y nos dejara el fragmento completo. Tambi¨¦n nos hace sospechar que antes se tirara la casa por la ventana para traer a Stevie Wonder, a Eric Clapton o a Aretha Franklin, y ahora la fiesta sea de retales. El programa estrella de Nochevieja tiene algo de final de guateque, de confeti gastado, de vac¨ªo de sala de fiestas al amanecer. Pero nos gusta porque siempre nos parece mejor la fiesta de hace a?os que la de esta noche.