La resistencia del camello
?Qu¨¦ podemos esperar? Todos esperamos algo. Esperamos m¨¢s o menos, pero lo nuestro es esperar. A medida que se van cumpliendo a?os uno entiende que la loter¨ªa toca a los dem¨¢s y que la regularidad de los d¨ªas contiene sorpresas relativas, pero aun as¨ª, esperamos algo para ma?ana, para el a?o que viene o para un futuro impredecible. Conozco mucha gente que conf¨ªa en la llegada de alg¨²n hecho que transforme su futuro. La loter¨ªa ser¨ªa lo cl¨¢sico, pero lo del azar tiene sus derivadas en los otros campos de la vida. ?Qui¨¦n no vive esperando algo?
Hoy se celebra la Epifan¨ªa del Se?or. Dios se revela como hombre en la figura de Jes¨²s, el tan esperado Mes¨ªas, que tiene que salvar al hombre. Al menos eso me ense?aron. La festividad de los Reyes tambi¨¦n se celebra hoy y, as¨ª, la Epifan¨ªa coincide con la espera de juguetes y perfumes. Durante la ¨²ltima d¨¦cada, la epifan¨ªa nos ha acompa?ado de una manera m¨¢s laica. Directores de cine, dramaturgos o pintores han querido dotar a sus obras de algo epif¨¢nico, con min¨²scula y con mayor o menor acierto. Para que nos entendamos: si una pel¨ªcula no tiene un momento epif¨¢nico o trascendente, no va a Sundance.
Baste recordar la presencia de Zapatero en el balc¨®n de la Generalitat para que el bochorno se convierta en sofoco
Electores y elegidos tambi¨¦n esperan. Estos d¨ªas he estado revisando las tomas de posesi¨®n de los presidentes de las ¨²ltimas legislaturas. El ¨²ltimo Gobierno de Pujol acarreaba demasiada historia para que pudiese a?adir alg¨²n significado a los anteriores. Despu¨¦s lleg¨®, para los que la esperasen, la esperad¨ªsima y trascendente balconada del primer tripartito. Maragall us¨® la met¨¢fora del diciembre congelado, que se retiraba confuso. La alusi¨®n conten¨ªa m¨²ltiples connotaciones, pero con las figuras ret¨®ricas hay que andarse con cuidado: al cabo de pocos meses las ¨¦pocas de estiaje y bochorno fueron notorias y abundantes. Y baste recordar la presencia de Zapatero en el balc¨®n del Palau de la Generalitat para que el bochorno se convierta en sofoco. En el corolario, la toma de posesi¨®n de Montilla tuvo sus actores, sus dramaturgos y su poca epifan¨ªa. De los hechos sin palabras pasamos a los problemas de comunicaci¨®n. La gesti¨®n, ya se sabe.
El pasado 27 de diciembre congelado, Artur Mas pronunci¨® en su toma de posesi¨®n un discurso de apariencia antiepif¨¢nica, aunque para ¨¦l el momento era revelador. Siete a?os de traves¨ªa del desierto persiguiendo la estrella son muchos a?os. Mas cit¨® la leyenda del ya famoso tim¨®n. Lo del coraz¨®n caliente tiene algo de ilusionante, pero lo de la cabeza fr¨ªa, pu?o firme y pies en el suelo nos devuelve a la cotidianidad de la espera. Los que cre¨ªan estar en la antesala de la noche de Reyes van a tener que cambiar de gui¨®n. Nadie dejar¨¢ regalos en el balc¨®n de la Generalitat.
Los Magos de Oriente llevaron a Jes¨²s oro como rey, incienso como Dios y mirra como hombre. En fin, hechos y palabras: Mas nos dijo que deb¨ªamos dinero, y mucho, y se declar¨® servidor; as¨ª pues, nada de oro. Sabedor de que los inciensos pueden llegar a embotar el olfato, lo deja para dentro de unos a?os, las naciones duran milenios, dijo. Eso s¨ª, ofreci¨® mirra, una resina amarga que se extrae de las incisiones de un arbusto espinoso. Les ahorro las met¨¢foras, que las carga el diablo.
No hay revelaciones ni falsas esperanzas. Las promesas de la campa?a electoral fueron de baja intensidad y tra¨ªan consigo el aviso de que conseguir el concierto econ¨®mico ser¨¢ dif¨ªcil, muy dif¨ªcil. Tenemos prisa, pero lo de la plenitud nacional nos lo f¨ªa largo. Realismo, quiz¨¢ la mejor democracia es aquella que no promueve las epifan¨ªas entre los votantes. Hace tiempo que sabemos que los regalos de Reyes los acabamos pagando nosotros. Seguiremos esperando.
Francesc Ser¨¦s es escritor.
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