Las miserias del 'caso G¨¹rtel'
El juez Pedreira combate la mayor trama de corrupci¨®n de la democracia con la ¨²nica ayuda de un secretario compartido y funcionarios inexpertos
El despacho del juez Antonio Pedreira, donde se investiga la mayor trama de corrupci¨®n pol¨ªtica destapada en Espa?a desde el advenimiento de la democracia, apenas ocupa 40 metros cuadrados. Y, adem¨¢s, es compartido. Junto a Pedreira, en esa apretujada estancia, trabajan tambi¨¦n sus colegas de la Sala de lo Penal y Civil del Tribunal Superior de Justicia de Madrid Jos¨¦ Manuel Su¨¢rez Robledano y Emilio Fern¨¢ndez Castro.
Impresiona ver los montones de diligencias y tomos del caso G¨¹rtel que flanquean la mesa del juez, que se elevan desde el suelo porque no hay espacio ni armarios donde colocar la cascada de diligencias que el asunto genera a diario desde hace muchos meses. "No hay intimidad y tampoco se puede hablar a solas con el juez; sus colegas est¨¢n al lado y todo se oye", describen fuentes de la investigaci¨®n que despachan a menudo con Pedreira.
Los 100.000 folios de la causa ir¨¢n en dos o tres meses a un juzgado de Madrid
El Supremo ha pedido a Pedreira que le expurgue las escuchas de Garz¨®n
Con m¨¢s de 60 imputados en Madrid -sin contar los de Valencia y Castilla y Le¨®n, que a¨²n siguen bajo la lupa de Pedreira a la espera de que adquieran firmeza los autos de inhibici¨®n dictados a favor de los tribunales superiores correspondientes-, el caso G¨¹rtel es el mayor latrocinio de dinero p¨²blico de la reciente historia de Espa?a. El juez tiene impuestas fianzas que se acercan a los 200 millones de euros. Nunca hasta ahora hab¨ªan aflorado tantos aforados y con pruebas tan s¨®lidas contra ellos por haber robado tanto dinero de las arcas p¨²blicas.
Pero no es solo una cuesti¨®n de intimidad y de exiguo espacio lo que hoy traba el caso. Hay muy pocas manos para una causa que acumula ya m¨¢s de 100.000 folios. Despu¨¦s de que el juez Baltasar Garz¨®n, instructor inicial del caso, elevase al Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) los 17.000 primeros folios que hab¨ªa instruido, el secretario de la Sala, Francisco de As¨ªs Gonz¨¢lez, exigi¨® m¨¢s medios para afrontar la avalancha de documentos que, como ha sucedido, se avecinaba. Por escrito y a trav¨¦s del presidente de la Sala, Francisco Vieira, Gonz¨¢lez dio la voz de alarma. Aparte de medios tecnol¨®gicos, reclam¨® a la Consejer¨ªa de Justicia del Gobierno madrile?o de Esperanza Aguirre m¨¢s funcionarios; al Ministerio de Justicia, dos secretarios m¨¢s aparte de ¨¦l; y al Consejo General del Poder Judicial, la asignaci¨®n de un juez de apoyo. Francisco Granados, consejero de Justicia, reforz¨® la plantilla con varios funcionarios extra¨ªdos de la bolsa de trabajo. Pero son interinos, con contratos renovables mensualmente y sin experiencia en tramitaci¨®n de causas judiciales. Y menos a¨²n en un asunto tan complejo como este, con una veintena de comisiones rogatorias en diferentes rincones del planeta en busca de los millones evadidos, y reos en manos de algunos de los mejores abogados del pa¨ªs.
Ahora mismo hay un ¨²nico secretario en la sala de lo Penal y Civil del Tribunal Superior. Jam¨¢s hab¨ªa tenido tanto trabajo. No solo se encarga de dar fe y cursar las comunicaciones que dicta Pedreira, sino que tambi¨¦n lleva las causas de los otros tres jueces de la Sala y el archivo del tribunal. Para colmo, ahora tendr¨¢ que expurgar los 100.000 folios y remitir al Tribunal Supremo la documentaci¨®n sobre las escuchas que dict¨® Garz¨®n en la c¨¢rcel entre los principales acusados y sus abogados.
Al Supremo le fue enviada toda la causa, pero el instructor, Alberto Jorge Barreiro, ha pedido que se le facilite ya depurada. Conclusi¨®n: el secretario, que est¨¢ para todo, no da abasto. 20 meses despu¨¦s de llegar el caso al TSJM, el Ministerio de Justicia no ha ampliado el n¨²mero de secretarios. Y ni visos de que lo haga. Tampoco el Poder Judicial ha accedido a otorgar un juez de apoyo a Pedreira, alegando que legalmente no era posible.
"Hay que dotar a los tribunales de muchos m¨¢s medios para la lucha contra tramas tan da?inas como esta para la sociedad, y lanzar un mensaje de que el corrupto que la hace, la paga r¨¢pidamente", subraya ?ngel Galindo, abogado de Jos¨¦ Luis Pe?as, el ex edil del PP cuya denuncia ante la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n puso al descubierto los millonarios sobornos a altos cargos del PP que pag¨® la trama a cambio de contratas de obras o de actos p¨²blicos inflados de precio.
En esta carest¨ªa de medios, t¨¦cnicos y humanos, es muy posible que las decenas de miles de folios del sumario abandonen en dos o tres meses la sede del TSJM para recalar en uno de los juzgados de la plaza de Castilla. ?Por qu¨¦? El caso G¨¹rtel tuvo que abandonarlo Garz¨®n en cuanto vio que entre los imputados hab¨ªa tres diputados del PP de la Asamblea de Madrid y hasta el mism¨ªsimo presidente de Valencia, Francisco Camps. Las causas contra aforados auton¨®micos solo pueden instruirlas los jueces de los tribunales superiores. Es previsible que el ex consejero madrile?o de Deportes Alberto L¨®pez Viejo y los diputados Alfonso Bosch y Benjam¨ªn Mart¨ªn Vasco no vayan en las listas del PP de las elecciones de mayo y pierdan as¨ª su fuero. En ese momento, Pedreira se inhibir¨¢ y remitir¨¢ el asunto a un juzgado normal de Madrid. No volver¨¢ a la Audiencia Nacional, donde empez¨® con Garz¨®n, ya que los aforados de otras comunidades, Valencia y Castilla y Le¨®n, para entonces ya estar¨¢n previsiblemente en manos de sus respectivos tribunales superiores. As¨ª, la investigaci¨®n ya no ser¨ªa supraprovincial, aunque no faltan expertos en derecho que postulan la vuelta del sumario al ex despacho de Garz¨®n.
Pero la opini¨®n m¨¢s arraigada es que acabar¨¢ en los juzgados de Madrid. Cuando llegue estar¨¢ pr¨¢cticamente instruido, con un auto de transformaci¨®n de procedimiento abreviado por delante y concreci¨®n judicial de hechos a sus autores, y posiblemente tambi¨¦n con una decena menos de imputados. El juicio se celebrar¨ªa as¨ª en la Audiencia de Madrid. Pero todo ello si le da tiempo a la exigua plantilla judicial que, con sus penurias, tramita hoy la mayor trama de corrupci¨®n de la democracia; esto es, un juez, medio secretario y funcionarios interinos sin apenas experiencia.
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