El Bar?a es grande

Lo nunca visto. En la carrera por el Bal¨®n de Oro 2010, eran tres, tres jugadores del Bar?a y tres jugadores procedentes de La Masia, tres estrellas formadas con amor seg¨²n los principios de un juego que no existe en ning¨²n otro lugar, lo cual es una pena para el f¨²tbol en general.

Los tres, a distinto t¨ªtulo, lo merec¨ªan. Xavi, por el conjunto de una carrera brillante y ejemplar, por no hablar de un a?o de ¨¦xitos. Messi, por su ingente n¨²mero de goles y de jugadas espectaculares y su participaci¨®n en los resultados de su club. Iniesta, por su clase y su participaci¨®n tan decisiva en el t¨ªtulo de campe¨®n del mundo logrado por Espa?a en Sud¨¢frica, el 11 de julio en el Soccer City de Johanesburgo.

El ganador de esta edici¨®n in¨¦dita ha sido Messi y es un hermoso y magn¨ªfico ganador que hace honor a este palmar¨¦s. Esta recompensa no se la ha regalado nadie, como tampoco se la habr¨ªan regalado a sus dos grandes compa?eros de equipo.

El jurado de la FIFA y de France Football lo ha elegido obrando en conciencia y no hay nada m¨¢s que a?adir. Bravo por Messi. Pero bravo por los otros dos, y otro bravo m¨¢s por sus compa?eros y sus entrenadores, a quienes conviene asociar a este premio, ya que sin ellos el ganador no lo habr¨ªa recibido.

Realmente, no soy un aficionado cul¨¦. Para no ocultarles nada, me gustaba, y mucho, apasionadamente, el Real Madrid de principios de siglo, cuando Zidane, Ronaldo, Casillas, Figo y todos los dem¨¢s tej¨ªan un f¨²tbol brillante y delicioso. Porque ese equipo merengue dirigido por Vicente del Bosque enarbolaba las virtudes de este deporte, enfocado al ataque, paciente cuando hab¨ªa que serlo, incisivo cuando era menester y siempre lleno de dominio.

Hoy en d¨ªa, me gusta, con locura, el espect¨¢culo que propone la escuadra de Pep Guardiola ya que se corresponde, total y perfectamente, con la idea que tengo de este juego: un juego sencillo pero elaborado, hecho con pases y desplazamientos con una sola idea en mente, la de marcar un gol m¨¢s que el adversario. O dos, o tres, cuando no son cinco... En resumidas cuentas, algo que hemos perdido la costumbre de ver y de apreciar en los tiempos que corren ahora. ?Sobre todo cuando tenemos la mala suerte de seguir de cerca la Liga francesa!

S¨ª, para todos los enamorados del f¨²tbol, este Bar?a es un ejemplo. Con o sin la publicidad de Qatar en la hermosa camiseta blaugrana.

Vincent Machenaud es periodista de France Football.