"Las leyes del mercado han degradado coherencias"
Preferir¨ªa no hacerlo". Bartleby emplea diez veces esta f¨®rmula en el libro de Herman Melville. Cuando el abogado le pide que corrija una copia, decide no seguir copiando. "?No ve usted mismo la raz¨®n?", le responde a su jefe. Alejandro Zaera Polo (Madrid, 1963), cofundador de Foreign Office Architects, FOA, tambi¨¦n ha negado, y dos veces. La primera, a continuar con el proyecto ol¨ªmpico para Londres 2012; la segunda, a reconocer como suya la obra del Instituto de Medicina Legal en el Campus de la Justicia de Madrid. Bien porque las decisiones las toman otros o porque el presupuesto no es el adecuado, en los dos casos ha preferido no hacerlo.
PREGUNTA. Para empezar, vamos a hablar, si le parece, de Londres. ?Cu¨¢les son las oportunidades que ofrece la ciudad con los Juegos Ol¨ªmpicos de 2012?
"La EMSV es un cliente profesional y serio, que tiene mucha experiencia, mientras que la Comunidad de Madrid no tiene ni idea"
RESPUESTA. Yo llegu¨¦ a Londres en 1993. Entonces Londres era un desastre total. Estaba en crisis. La ciudad entera en venta. Estaba sucia, hab¨ªa huelgas... En 1996 gan¨® el Labour Party y empez¨® la "era Blair". A partir de entonces fue siempre para arriba... La verdad es que lo que he visto de Londres ha sido ese crecimiento tremendo que ha hecho que la ciudad se convierta en uno de los mercados financieros m¨¢s importantes del mundo.
P. ?Ha mejorado la movilidad de las personas? ?Es c¨®modo desplazarse por Londres, moverse de un sitio a otro? ?Ha mejorado tanto como en Madrid, por ejemplo?
R. No, eso no ha mejorado mucho, porque Londres es una ciudad que tiene una infraestructura victoriana en la que no se ha invertido un duro desde hace tiempo.
P. ?Es esta su asignatura pendiente?
R. Yo no lo s¨¦. Esa idea de la ciudad contempor¨¢nea como la ciudad de los transportes... Yo creo que ese no va a ser el modelo. Seguir el modelo de las ciudades americanas de los a?os cincuenta, con autopistas por todas partes, es un disparate. Dentro de poco eso no va a ser sostenible porque cuando empiecen a funcionar los impuestos sobre la emisi¨®n de CO2, se acab¨®. Este sistema legal consuetudinario brit¨¢nico en el que no todo se dicta por orden ministerial, sino que tiene que pasar una serie de tr¨¢mites, al final se convierte en un sistema muy lento para reaccionar, pero que curiosamente ahora les va a venir bien.
P. ?Cu¨¢l es el sentimiento personal despu¨¦s del alejamiento del proyecto ol¨ªmpico, no s¨¦ si voluntario o involuntario?
R. Fue involuntario hasta cierto punto. Fue una experiencia muy interesante, porque nos dio la posibilidad de trabajar a ese nivel con equipos enormes de ingenieros y especialistas. Pero desde el primer d¨ªa sab¨ªa que no acabar¨ªamos haciendo nada, que estar¨ªamos ah¨ª, que nos utilizar¨ªan para generar una serie de im¨¢genes que fueran vendibles, pero que, al final, en el mundo anglosaj¨®n, ese tipo de proyectos terminan siempre en manos de las mismas empresas. Es sistem¨¢tico, si lo haces en Australia o lo haces en Pek¨ªn, o en no s¨¦ d¨®nde, todo termina siempre en manos de esas grandes empresas, porque son las que tienen el m¨²sculo, no solo el m¨²sculo, porque al final el m¨²sculo es un equipo m¨¢s o menos grande de gente, pero... Lo que pasa es que la responsabilidad pone en tal estado de miedo a los pol¨ªticos que solamente se f¨ªan si tienen a una de estas grandes empresas detr¨¢s.
P. ?Entonces el arquitecto se queda solo como un creador de im¨¢genes?
R. En ese caso concreto, nuestro papel era ese. Nosotros no ten¨ªamos infraestructura para... Pod¨ªamos haber aguantado. Fue una cosa muy complicada...
P. Seg¨²n lo que se ceda, ?no?
R. S¨ª, exactamente, seg¨²n lo que se ceda. B¨¢sicamente, la situaci¨®n era que cada vez que hab¨ªa que presentar el proyecto a una comisi¨®n de calidad o a un comit¨¦, al principio nos pon¨ªan delante, pero luego est¨¢bamos al final del todo. Hab¨ªa unos se?ores que tomaban decisiones, y no ten¨ªamos posibilidades de decir: "?Oye, pero es que esto habr¨ªa que haberlo hecho de otra manera!". Entonces, en un determinado momento, nos la jugamos y dijimos: "?O cambi¨¢is la manera de hacer las cosas o nos vamos!". Y ellos dijeron: "Pues sal¨ªs". ?Ja, ja! El riesgo habr¨ªa sido seguir ah¨ª. Pero, pens¨¢ndolo a toro pasado, deber¨ªamos habernos quedado.
P. En el proyecto del Instituto de Medicina Legal, IML, del Campus de la Justicia de Madrid ocurri¨® algo parecido. ?O el abandono fue motivado por otras causas?
R. S¨ª, fue diferente porque en Madrid exist¨ªa el deseo original por parte de alguien de hacer un proyecto importante y de convocar una serie de concursos... Nosotros ganamos uno de los primeros. Fuimos los m¨¢s r¨¢pidos en reaccionar porque nuestro edificio era el m¨¢s peque?o. Era un concurso que estaba claramente infradotado. Ten¨ªa un presupuesto de 960 euros por metro cuadrado, incluyendo todas las instalaciones de fr¨ªo, de c¨¢maras mortuorias... Inmediatamente despu¨¦s de ganar, le dije al cliente: "Seamos realistas, esto no se puede construir con ese dinero". Y dijeron: "S¨ª, ya lo sabemos, a ver qu¨¦ pod¨¦is hacer...". Y la cosa sigui¨®, y sigui¨®, y all¨ª nadie tomaba ninguna decisi¨®n. La Asamblea de la Comunidad de Madrid, cuando en un proyecto hay una variaci¨®n econ¨®mica de casi el 50%, como era la nuestra, tiene que aprobar el reformado. Alfredo Prada (anterior consejero de Justicia e Interior) me dijo: "S¨ª, s¨ª, no te preocupes, haz el modificado...". El modificado se entreg¨® dos d¨ªas antes del congreso del Partido Popular en el que Esperanza Aguirre lo defenestr¨® y puso a su peor enemigo (Francisco Granados). Creo que si no hubieran quitado a Prada el edificio se habr¨ªa acabado bien, porque Prada era el que hab¨ªa estado llevando todos los proyectos y la idea era suya. El modificado estaba aprobado. Simplemente hubo ese cambio repentino y entonces todo aquello alter¨® la situaci¨®n. Al no aceptar el modificado, dije: "Pues entonces me voy, porque no juego a esto. Nadie va a poner un cartel enfrente de mi edificio diciendo que este edificio se hizo con 900 euros por metro cuadrado". Hab¨ªa una serie de proyectos adjudicados y el nuestro era el que estaba en mayor desventaja. Inclu¨ªamos unas instalaciones dentro del edificio que los dem¨¢s no ten¨ªan, ya que eran edificios fundamentalmente de oficinas. Hice todo tipo de cuadros explicando lo que vale esto, con el porcentaje de... Y dijeron: "No, pero es que lo que te ofrecemos no est¨¢ mal...". Me hicieron una especie de oferta, un poco m¨¢s de dinero para acabar, y dije que no. Adem¨¢s, no me gust¨® nada la forma en que lo hicieron, porque me precisaron: "A Foster le damos 2.500 euros m¨¢s porque es especial y a Zaha la vamos a echar". Esto lo juro yo aqu¨ª en esta mesa... Ten¨ªa que haberlo grabado. Cuando te vienen as¨ª, te das cuenta de que no hay nada que hacer. Me pagaron el reformado y me fui. Les dej¨¦ que siguieran con el proyecto mientras no se utilizara mi nombre. Contrataron a otro arquitecto y lo acabaron. No s¨¦ muy bien lo que van a hacer con el edificio...
P. En las viviendas de Carabanchel, ?se ha sentido limitado por la normativa o por el cliente, que era la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo, EMSV, o fue todo mucho m¨¢s sencillo que en la Ciudad de la Justicia?
R. La diferencia fundamental entre la EMSV y la Comunidad de Madrid es que la EMSV es un cliente profesional y serio, que sabe lo que est¨¢ haciendo y que tiene mucha experiencia, mientras que la Comunidad de Madrid no tiene ni idea, no sabe lo que est¨¢ haciendo, no sabe ajustar los presupuestos, no sabe lo que valen los edificios. Contrata a Bovis para que le haga la gesti¨®n del proyecto, como si le fuera a salvar de algo, pero es la comunidad la que no tiene una idea clara de qu¨¦ hacer. En cambio, la EMSV, desde el principio, te dice: este es el dinero que hay, esto es lo que queremos, estos son los plazos, estos son los metros cuadrados que tienes que construir y, dentro de esas limitaciones, te deja que hagas verdaderos experimentos. Todo el mundo est¨¢ en las mismas condiciones. No hay proyectos dotados con tres veces m¨¢s presupuesto que otros. Una empresa como esta es capaz de entregar viviendas a determinados precios y adem¨¢s sabe que tiene que experimentar, que tiene que buscar otros arquitectos, que tiene que dejar que algunos edificios fallen porque alguien hace una cosa rara, como por ejemplo poner ca?izo en la fachada. Reconozco que es arriesgad¨ªsimo.
P. Ustedes intervienen tambi¨¦n en la nueva estaci¨®n de Birmingham vistiendo el edificio que construye una ingenier¨ªa. ?Se est¨¢ quedando el arquitecto para esa funci¨®n anecd¨®tica que consiste en vestir santos?
R. El caso de Birmingham se trata de un proyecto de estaci¨®n que est¨¢ haciendo Atkins, que es una empresa enorme, probablemente la empresa de ingenier¨ªa m¨¢s grande del mundo, con seis mil personas distribuidas por todo el globo y que son un desastre total. No he visto una cosa igual en mi vida. Nosotros creamos la imagen y esos se?ores ponen las escaleras mec¨¢nicas, derriban el estacionamiento, construyen no s¨¦ qu¨¦... Ese fue el concurso. Forrar la estaci¨®n y hacer el espacio interior del atrio. En las bases del concurso ya nos dec¨ªan que nuestra labor llegaba hasta el proyecto b¨¢sico y que despu¨¦s, adi¨®s, que luego Atkins se har¨ªa cargo del proyecto. No s¨¦ cu¨¢nto vamos a durar. En alg¨²n momento nos van a echar, seguro. Los ¨²ltimos proyectos construidos de FOA, la Escuela de Dise?o y Comunicaci¨®n Ravensbourne en Greenwhich, o los Cineplex y grandes almacenes de John Lewis en Leicester, comparten tambi¨¦n esa preocupaci¨®n por la envolvente, por el vestido. Las leyes del mercado han degradado coherencias y totalidades como las de la terminal de transbordadores de Yokohama. En estos tiempos de cambio, m¨¢s vale vestir santos que desvestir borrachos.
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